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TEMA: "Marx (sin ismos)". Notas de lectura crítica (IV)

"Marx (sin ismos)". Notas de lectura crítica (IV) 24 Oct 2011 18:35 #5020

  • Nolano
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Voy a comentar en este hilo el capítulo “Un nuevo materialismo” (pp. 119-144).

1) Una primera cuestión importante es la de las ideologías en Marx. “¿Tiene ideología el proletariado?”, se pregunta FB (p.130). Ya expuse mi opinión al respecto AQUÍ

Por tanto, me limitaré a contextualizar las frases que FB atribuye a Marx para aventurar una interpretación algo diferente a la suya. Cito de “La ideología alemana” (tanto para esta obra como las Tesis sobre Feuerbach utilizo la traducción disponible en marxists.org al alcance de todo el mundo en Internet):
Marx escribió:
“... si una época se imagina que se mueve por motivos puramente «políticos» o «religiosos», a pesar de que la «religión» o la «política» son simplemente las formas de sus motivos reales, el historiador de la época de que se trata acepta sin más tales opiniones. (...) Y, mientras que los franceses y los ingleses se aferran, por lo menos, a la ilusión política, que es, ciertamente, la más cercana a la realidad, los alemanes se mueven en la esfera del «espíritu puro» y hacen de la ilusión religiosa la fuerza motriz de la historia. La filosofía hegeliana de la historia es la última consecuencia, llevada a su «expresión más pura» de toda esta historiografía alemana...”

“Toda esta concepción de la historia, unida a su disolución y a las dudas y reflexiones nacidas de ella, es una incumbencia puramente nacional de los alemanes y sólo tiene un interés local para Alemania (...) Como ya hemos dicho, la disolución real y práctica de estas frases, la eliminación de estas ideas de la conciencia de los hombres, es obra del cambio de las circunstancias, y no de las deducciones teóricas. Para la masa de los hombres, es decir, para el proletariado, estas ideas teóricas no existen y no necesitan, por tanto, ser eliminadas, y aunque esta masa haya podido profesar alguna vez ideas teóricas de algún tipo, por ejemplo ideas religiosas, hace ya mucho tiempo que las circunstancias se han encargado de eliminarlas.”

Por tanto, creo que lo que Marx y Engels intentan decir es que cada hombre (incluso cada nación) puede tener su propia “ideología”. Pero el proletariado como clase social no es un mero agregado o suma de individuos, es “la masa de los hombres” y como tal carece de ideología. En los países avanzados, como Francia e Inglaterra, donde el proletariado apunta ya como clase social, a diferencia de Alemania en que eso no ocurre todavía, es donde se puede ver esa desideologización del proletariado. Evidentemente, no todos los obreros se han despojado de las ideas religiosas, de la ideología impuesta por la sociedad burguesa; pero sí lo han hecho los obreros con conciencia de clase, conscientes de su pertenencia al proletariado.

2) La segunda cuestión importante, y desde luego la de mayor contenido metafísico, es la referente al materialismo de Marx. A este respecto FB expone su interpretación (pp. 131-134) de las Tesis sobre Feuerbach. Más que la interpretación de FB, por otro lado bastante insípida, creo que merece la pena detenerse un poco en esa tan breve como densa obra de Marx e irla interpretando.

Antes que nada me gustaría rememorar otro hilo del foro, Idealismo y materialismo, en el que ya defendí que el idealismo y el materialismo, aunque parecen tan opuestos, acaban convergiendo pues, en el fondo, son dos “monismos” ontológicos lo que los acerca entre sí diferenciándolos de las doctrinas “dualistas”. Me parece que es importante tener esto en cuenta para entender la crítica que Marx hace a Feuerbach, que hay que incardinar en la siguiente secuencia:

-Hegel: idealismo monista.
-Feuerbach: materialismo dualista.
-Marx: materialismo monista.

Vamos con las Tesis (sólo me detengo en su contenido más relevante, pues ya este mensaje es excesivamente largo):

Primera tesis:
Marx escribió:
El defecto fundamental de todo el materialismo anterior -incluido el de Feuerbach- es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo. De aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad real, sensorial, como tal.

El defecto fundamental del materialismo anterior a Marx es, pues, el de ser dualista. Concebir la realidad material como objeto del pensamiento; la materia sería el objeto de un sujeto espiritual no material. El “lado activo”, es decir la concepción de una actuación efectiva del hombre sobre el mundo ha sido desarrollado por el idealismo, que es monista. Pero al ser “ideal” carece también de efectos reales sobre una realidad que es concebida por Marx como estrictamente material.

Segunda tesis:
Marx escribió:
El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento.

No hay, para Marx y desde su monismo, “problema epistemológico”. No tiene sentido plantearse si la imagen mental, el pensamiento, se corresponde o no con la realidad material. Sólo hay realidad material y, por tanto, la verdad se demuestra actuando materialmente sobre la realidad material. La verdad es el poder de la acción material del hombre sobre un mundo material.

Tercera tesis:
Marx escribió:
La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad

La teoría materialista de Feuerbach, aunque identifica la religión como una proyección ideal del mundo material, yerra al instalarse en ese dualismo cielo-tierra, aunque haya invertido la dirección de esa relación bipolar. Esos dos polos sólo conducen a un círculo vicioso y desdobla falsamente una realidad que, al ser sólo materia, sólo es una.

Cuarta tesis:
Marx escribió:
...el que la base terrenal se separe de sí misma y se plasme en las nubes como reino independiente, sólo puede explicarse por el propio desgarramiento y la contradicción de esta base terrenal consigo misma. Por tanto, lo primero que hay que hacer es comprender ésta en su contradicción y luego revolucionarla prácticamente eliminando la contradicción.

El desdoblamiento que lleva a cabo Feuerbach es fruto de una mala comprensión de la realidad. No se trata de que el cielo sea una proyección de la tierra; es que, sencillamente, no hay cielo alguno. Todo es material y por tanto ese presunto desdoblamiento en dos principios (material e ideológico) sólo es una falsa imagen de lo que sólo son contradicciones de la base material consigo misma. Aquí Marx, por tanto, está mucho más cerca del idealismo monista de Hegel, y sus contradicciones resueltas dialécticamente, que del dualismo de Feuerbach.

Séptima tesis:
Marx escribió:
Feuerbach no ve, por tanto, que el "sentimiento religioso" es también un producto social y que el individuo abstracto que él analiza pertenece, en realidad, a una determinada forma de sociedad

Feuerbach sublima tanto al hombre que lo convierte en género, no en individuos concretos en una realidad concreta. Carece, por tanto, su construcción, de proyección histórica.

Décima tesis:
Marx escribió:
El punto de vista del antiguo materialismo es la sociedad civil; el del nuevo materialismo, la sociedad humana o la humanidad socializada.

La doctrina de Feuerbach, se resuelve en la “sociedad civil” (o "sociedad burguesa", ver observación sobre la traducción en mensaje posterior nº 5060), es decir, el Estado liberal en el que los hombres parecen conciliarse consigo mismos, pero sin conseguirlo porque las relaciones materiales subyacentes de explotación, propias de las formas de producción vigentes, siguen manteniéndose. Se trata, pues, de una sociedad civil deshumanizada, por no ser capaz de lograr la emancipación de la humanidad.

Undécima tesis:
Marx escribió:
Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.

La interpretación que da FB de esta última tesis creo, a la luz de mi interpretación, que es errónea. Para FB se trata de un exceso verbal, pues ha habido antes de Marx filósofos que han querido cambiar el mundo; y eso Marx tenía que saberlo.

En mi opinión lo que Marx dice, en coherencia con sus diez tesis anteriores, no es que otros filósofos no hayan querido transformar el mundo. Lo que dice es que habían adoptado la vía equivocada de la “interpretación”, la vía del dualismo mundo-imagen del mundo, efectuando así un desdoblamiento ontológico que sustrae cualquier posibilidad de auténtica transformación de un mundo exclusivamente material, pues nunca una imagen del mundo, una falsa proyección ideal de una relación real, ha podido mover un ápice de un mundo material. Ha habido filósofos de la utopía, pero no, antes de él, filósofos de la eutopía. Podemos o no estar de acuerdo con las afirmaciones de Marx, pero no acusarle de mentir deliberadamente, como creo que hace FB aunque sea de forma piadosa. Yo creo que la XI tesis dice lo que dice (y no hay por qué querer que diga otra cosa, como FB) y es certera, si partimos de los presupuestos del propio Marx expuestos en las tesis precedentes.

3) Materialismo dialéctico, materialismo histórico y ética marxista.

Richard Rorty, en “Filosofía y futuro”, hace notar que a partir de un determinado momento la filosofía pierde su interés en lo eterno y empieza a tomarse en serio el tiempo, centralizando ese momento en Hegel como figura principal. En esto Marx es un monista more hegeliano; el monismo de Hegel y el de Marx es muy diferente a los monismos precedentes como, por ejemplo, los de Parménides o Spinoza, que al carecer de perspectiva filosófica temporal veían el mundo como inmune al movimiento y al cambio. Hegel y Marx son monistas pero introducen el cambio dentro del mundo, intrínseco a él, mediante el concepto de “dialéctica”: no se trata de dos principios ontológicos enfrentados, sino de un único mundo dentro del cual se desarrollan contradicciones internas que le hacen moverse.

Pero para que el principio dialéctico sea efectivo, el mundo tiene que tener un sentido, una historia encaminada a algo. De ahí que el materialismo histórico constituya una filosofía de la historia.

Dedica FB su último apartado de este capítulo a las relaciones que, según él, establece Marx entre economía y ética. Pero creo que aquí FB vuelve a errar el tiro. Tal y como describe la forma de entender la relación que Marx establece entre ciencia económica y “crítica moral del capitalismo” creo que FB interpreta a Marx bajo un esquema que sólo aparecerá mucho después en la filosofía de la ciencia económica; me refiero a la distinción entre “economía positiva” (que estudia las cosas como son) y la “economía normativa” (que nos dice cómo deberían ser). Esa distinción es extraña a Marx, pues su filosofía de la historia conlleva que las cosas sean, precisamente, como deben ser, al menos en el tiempo en que se consideran.

Al introducir la “moralidad” como elemento esencial en el análisis económico marxista, FB desvía la cuestión de su curso y queda como una pieza difícil de encajar en el sistema filosófico marxista. En efecto, si mi interpretación de la filosofía de la historia de Marx es correcta, no cabe hablar en él de Moralität en sentido kantiano (como pretende FB), sino más bien de Sittlichkeit en sentido hegeliano. Entonces la eticidad de la ciencia económica consiste en su ajuste o no al sentido de la historia. La crítica de Marx a la teoría económica de Ricardo y su “cinismo” no radica sino en que, constituyendo un paso necesario en el desarrollo de la historia según el sentido de ésta, llega un momento en que ese paso debe ser superado para que la historia siga su curso. Por eso Ricardo es “la expresión más acabada del cinismo” (inmoralidad, en la perspectiva de FB), pero a la vez, “el cinismo está en las cosas y no en las palabras que expresan las cosas” (pp. 142-143). La política económica clásica, por tanto, es “cínica” en cuanto debe ser superada por otro modelo de relaciones de producción emancipadoras, pero no es “cínica” en cuanto es una descripción de una etapa necesaria en la historia de la humanidad.

Ciertamente el sistema marxista no logra librarse, como todo sistema filosófico, de un carácter aporético. Esa aporía que vio Bloch entre marxismo frío y marxismo cálido. Pues el monismo materialista de Marx obliga a concebir un movimiento histórico indefectible y necesario; pero para que ese movimiento determinista y mecánico no sea contrahumano, Marx introduce un sentido liberador de la historia que no acaba de tener fundamento alguno en esa materia que es el único constituyente del mundo. No en vano la tesis doctoral de Marx versaba sobre Demócrito y Epicuro; el atomismo materialista de Leucipo y Demócrito era puro determinismo material sin sentido; la diferencia principal del atomismo materialista epicúreo se hacía radicar en algo tan sutil e inestable como el “clinamen” o “parénclisis”, esa pequeña llama que mantenía viva la esperanza de la libertad humana entre los epicúreos o que alimentaría el calor del marxismo cálido entre los comunistas. (Sobre el clinamen, puede descargarse en el apartado de Descargas del foro el trabajo que realicé para la asignatura de Historia de la Filosofía I).
Bin ich doch kein Philosophieprofessor, der nöthig hätte, vor dem Unverstande des andern Bücklinge zu machen.
No soy un profesor de Filosofía, que tenga que hacer reverencias ante la necedad de otro (Schopenhauer).


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Última Edición: 27 Oct 2011 08:06 por Nolano.
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Re: "Marx (sin ismos)". Notas de lectura crítica (IV) 26 Oct 2011 19:17 #5060

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Gracias por tu mensaje, Dvillodre1, que nos permite discutir la VIII tesis que, por razones de economía expositiva, había dejado de lado en mi mensaje precedente.

Hay que tener presente que se trata de once tesis “sobre Feuerbach”, no sobre Hegel. Es cierto que el título lo puso Engels y no Marx, pero no ha resultado objeto de mucha polémica, siendo admitido pacíficamente, por lo que habrá que coincidir en que, efectivamente, aquí se realiza una crítica al pensamiento de Feuerbach, no al de Hegel al que, y especialmente como aparece en la “Fenomenología del espíritu”, había sido criticado por Marx en los Manuscritos de 1844.

Una observación sobre la traducción. En mi mensaje anterior utilicé la de marxists.org por ser de acceso libre en Internet para todo el mundo. Me voy a permitir utilizar ahora la de Clemente Fernández en “Los filósofos modernos” (BAC); el motivo principal es que lo que en la traducción de marxists.org es “sociedad civil”, Fernández lo traduce por “sociedad burguesa”. La divergencia procede de la equivocidad del alemán bürgerliche, que es tanto “civil” como “burgués”, teniendo en cuenta que un “burgo”, también en castellano, es una ciudad (civitas), y por tanto un burgués bien puede ser lo mismo que un ciudadano (cives). Sin embargo, el sentido político de “civil” y de “burgués”, en Marx es bastante distinto. Téngase eso en cuenta en la traducción de la X tesis que reproduje en mi mensaje precedente.

Mi interpretación es que, en la visión de Marx, Feuerbach, aunque materialista, era un dualista. Su concepto de la verdad era el de la verdad como correspondencia: hay una realidad material (o social) distinta de la imagen del mundo que tiene el hombre. Si esa imagen del mundo coincide con la realidad (a semejanza del reflejo en un espejo de ésta) el hombre posee la verdad; si la imagen del mundo que el hombre se forma no se corresponde con la realidad, el hombre se instala en la falsedad (ver II tesis). Eso es lo que ocurre con el fenómeno religioso, tal como lo concibe Feuerbach, que el hombre “deforma” la realidad, incluso la invierte, creyendo que Dios hace el mundo y al hombre, cuando es, por el contrario, el hombre quien proyecta su mundo hacia una imagen ultramundana y es, por tanto, él quien produce a Dios y no al revés.

Si, por otro lado, leemos las XI tesis como una progresión, como un desarrollo, y no como tesis mutuamente independientes, creo que hay que incardinar la VIII tesis entre la VII y la IX.
Marx escribió:
7. Feuerbach no ve, pues, que el sentimiento religioso es él mismo un producto social, y que el individuo abstracto que él analiza pertenece a una forma social determinada.

Feuerbach carece de sentido filosófico de la historia, cosa que, sin embargo, sí tenía Hegel. Es decir, para Feuerbach la historia consiste en el desarrollo de las relaciones entre ideología o pensamiento y realidad material, no en el desarrollo de lo realmente existente. La realidad material permanece, mientras que el hombre va en busca de la verdad, de conseguir una imagen del mundo verdadera, que se corresponda con esa realidad material. El hombre feuerbachiano, en cuanto sujeto creador de una imagen del mundo, es, pues, un “individuo abstracto”, no es él mismo realidad material, sino que resulta ser el otro lado de su dualismo epistemológico, el sujeto opuesto al objeto. El defecto, por tanto, que Marx achaca a Feuerbach en esta VII tesis es que concibe al hombre de forma abstracta, no él mismo como un producto social, precisamente como consecuencia del dualismo de partida: el dualismo epistemológico es, también, un dualismo ontológico.
Marx escribió:
8. Toda vida social es esencialmente práctica. Todos los misterios que empujan la teoría al misticismo encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esa práctica.

Marx hace suya la crítica de Feuerbach contra el “misticismo” idealista de Hegel y de sus seguidores acríticos. Pero vuelve a insistir en que la crítica de la filosofía de Hegel no pasa por volver a un dualismo, sino en mantener el monismo hegeliano si bien desplazado desde el mundo ideal del espíritu al mundo real de las relaciones sociales.
Marx escribió:
9. El punto más alto a que llega el materialismo intuitivo, es decir, el materialismo que no entiende a la materialidad como actividad práctica, es el conocimiento inmediato de los individuos tomados aisladamente y el de la sociedad burguesa.

Feuerbach es “el punto más alto a que llega el materialismo intuitivo”. En su dualismo epistemológico y ontológico, Feuerbach desdobla al hombre en: a) un “individuo abstracto” en cuanto sujeto pensante separado de la materia y b) un “individuo tomado aisladamente” como realidad material no pensante, sino pensada, como objeto de su propia autoconciencia. Así, no puede pasar del “conocimiento de la sociedad burguesa”, es incapaz de dar el paso hacia la actividad práctica, material, revolucionaria.
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Última Edición: 18 Ene 2012 20:03 por Nolano.
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Re: "Marx (sin ismos)". Notas de lectura crítica (IV) 26 Oct 2011 23:13 #5071

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Tres cosas, Dvillodre1:

1. En mis mensajes precedentes (este es el IV) hay textos suficientes en los que se recoge que, efectivamente, Marx utiliza a veces la palabra "filosofía" a secas para referirse a la filosofía de Hegel. No obstante, hay también muchos textos de Marx en los que también se refiere a otro tipo de filosofía. Por tanto, sólo se trata de interpretar la palabra "filosofía" en su contexto. En general no suele haber muchas dudas sobre el sentido en que utiliza Marx esa palabra en cada caso.

2. También creo que he dejado escrito (en especial y explícitamente por comparación a los monismos de Parménides y Spinoza) que los monismos de Hegel y Marx son dialécticos. Y también he dejado escrito que el pensamiento de Marx es aporético, como todos los pensamientos importantes que yo conozco. Quizá no es la menor de sus aporías la de pretender un único principio material en la realidad y, a la vez, que ese principio único esté transido de contradicciones internas.

3. No entiendo a qué te refieres cuando hablas de "categorías del entendimiento" y "categorías de la razón". Tampoco entiendo por qué escribes Razón con mayúscula.
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