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TEMA: "Análisis y metafísica". Notas de lectura crítica (cap. 8)

"Análisis y metafísica". Notas de lectura crítica (cap. 8) 28 Dic 2011 00:10 #5867

  • Nolano
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Este capítulo y los dos que siguen, como dice el propio Strawson en el prólogo, son añadidos posteriores al cuerpo principal del libro (p. 42). En particular, este capítulo 8 es “una adición posterior, hecha en un momento en el que las teorías del significado inspiradas en la teoría de la verdad de Tarski estaban adquiriendo popularidad”. De hecho se ocupa de la misma materia que el tema 12 del manual de De Bustos (“Introducción a la Filosofía del lenguaje”; lo citaré como “Bustos”). Me serviré para mi lectura crítica de este capítulo 8 tanto de las conclusiones que he ido obteniendo a lo largo de mis comentarios a los otros capítulos, como de este libro de De Bustos.
Strawson escribió:
Hay un número ilimitado de oraciones y de combinaciones de oraciones de las cuales, de antemano, conocemos su sentido, su significación...
Parece por lo menos plausible sostener que el problema [de la comprensión ilimitada] ha de resolverse atribuyéndonos: a) un conocimiento implícito (...) de un conjunto finito de construcciones semánticamente significativas (...); y b) el dominio de un vocabulario finito de elementos... Este conocimiento y este dominio son tales que, tomados en conjunto, contienen y explican la posibilidad de esa ilimitada comprensión nuestra (p. 154; las megritas son mías).

Ahí hay un error por parte de Strawson. Es evidente que de un número finito de construcciones realizadas con un número finito de elementos, sólo puede salir un número limitado (quizá de enorme tamaño, pero siempre finito) de “oraciones”. Lo que falta en la exposición de Strawson es lo siguiente:
Bustos escribió:
...el conjunto de expresiones bien formadas resultante es un conjunto infinito (...) Este hecho obliga a que la especificación de las reglas de formación, gramaticales en sentido amplio, sea una especificación recursiva, esto es, que estén dispuestas de tal manera que sea posible su aplicación indefinida(Bustos, p. 374; las negritas son de De Bustos)

Pero lo que realmente está preocupando a Strawson es el descubrimiento de “los principios estructurales que subyacen a nuestra ilimitada comprensión lingüística” viendo incluso “las distintas gramáticas de los lenguajes particulares [los diferentes idiomas hablados por los hombres] como otras tantas realizaciones de algo más general” (p. 155). Y aquí construye Strawson su “muñeco de paja” particular para atizarle de lleno:
Strawson escribió:
Recordando las afirmaciones de Quine a favor de la notación canónica, no debería sorprendernos observar que algunos filósofos se remitan, o recurran, a la lógica formal al tratar esta cuestión. Y siguiendo un supuesto razonable, está claro que la lógica ofrece al menos un modelo del género de cosa que buscamos... (p. 155)
...la lógica proporciona un ejemplo de cómo la adquisición de un número finito de principios estructurales puede dar lugar a la adquisición de un conjunto ilimitado de estructuras. (p. 156)
...supongamos que pudiésemos mostrar que para todas las construcciones semánticamente significativas del lenguaje natural fuese posible encontrar construcciones equivalentes que se empleen en la lógica estándar. Y supongamos que pudiésemos atribuir al usuario del lenguaje natural un conocimiento implícito de esas equivalencias. Podría afirmarse, entonces, que habríamos sacado a relucir los principios estructurales cuyo conocimiento explica el dominio que tenemos de nuestras lenguas naturales: que comprendamos un conjunto ilimitado de oraciones. (p. 156)

Acabamos de ver que la comprensión de un conjunto ilimitado de oraciones no depende, en absoluto, del tipo de principios estructurales que utilicemos, sino de la propiedad de la «recursividad» de tales estructuras, lo que posibilita su aplicación reiterativa sobre oraciones construidas según esos mismos principios estructurales; y así hasta el infinito. Esa propiedad de la recursividad no es propia exclusivamente del lenguaje lógico formal, sino compartida por éste con el lenguaje natural y, de hecho, por todos los lenguajes naturales conocidos en el mundo. Así que el descubrir los principios estructurales del lenguaje-objeto (lógico formal) no añadirá nada a nuestro conocimiento del metalenguaje, o lenguaje natural.

Esta forma de afrontar la cuestión es la inversa a la del propio Tarski. En efecto, Strawson parece querernos demostrar en este capítulo la insuficiencia ontológica del lenguaje lógico, mostrándonos las referencias ontológicas del lenguaje natural que el lenguaje lógico formal no sería capaz de captar. Pero nadie ha dicho que el lenguaje lógico formal sea el fundamento del lenguaje natural, sino más bien que aquél es el resultado de una reducción operada en éste:
Bustos escribió:
Las teorías de la verdad sólo son pues aplicables a sistemas lingüísticos abiertos, que no incluyen dentro de sí predicados metalingüísticos aplicables a sus enunciados...
...es evidente que el metalenguaje debe contener los medios expresivos suficientes para referirse al lenguaje-objeto y traducir de forma correcta sus elementos, esto es, ha de ser al menos tan rico expresivamente como el lenguaje-objeto y ha de poder formar nombres de las entidades pertenencientes a él (Bustos p. 372).

Es decir, en la teoría de la verdad de Tarski, el metalenguaje (el lenguaje natural) no es una extensión barroca, y llena de accesorios inútiles, del lenguaje-objeto, sino, a la inversa, es el lenguaje-objeto una reducción, para ciertas aplicaciones de rigor lógico, del metalenguaje.

Ya expuse en mis comentarios al capítulo 7 que no hay que confundir los dos niveles en los que podemos utilizar la palabra «verdad». Strawson, sin embargo, los confunde: “Y, siguiendo un supuesto razonable, está claro que la lógica ofrece al menos un modelo del género de cosa que buscamos. El supuesto en cuestión es el de que algo central a considerar en la comprensión de oraciones es una captación de sus condiciones de verdad” (p. 155). Ciertamente, la “comprensión de oraciones” en el marco de la lógica, es decir, de enunciados en el lenguaje-objeto dentro de un esquema de inferencia, consiste en captar sus condiciones de verdad, que no es otra cosa que saber las condiciones de uso en el metalenguaje de la oración equivalente a la proposición lógica.

Pero eso hay que mantenerlo separado de las bases epistemológicas de tales condiciones de uso en el metalenguaje. De hecho no otra cosa es lo que dice Strawson, sin percatarse de las consecuencias de ello: “comprender una oración es conocer qué pensamiento expresa (o es capaz de expresar en circunstancias contextuales dadas); y conocer esto es conocer qué es lo que nosotros creeríamos si considerásemos verdadero ese pensamiento”. Ahora estamos en el nivel del metalenguaje y, aquí, la “verdad” se esfuma (dada la incompatibilidad mutua de las teorías de la verdad correspondencia y de la verdad coherencia) y “comprender una oración”, en el nivel del lenguaje natural, ya no es captar sus “condiciones de verdad”, sino sus “condiciones de afirmabilidad”, es decir, sus condiciones de credibilidad, o sea, lo que justifica que sostengamos la creencia expresada mediante la oración del lenguaje natural (que no será su “verdad”, como expliqué al comentar el capítulo anterior, sino más bien su “verosimilitud”).

El objetivo de la segunda parte del capítulo 8 consiste en insistir en la crítica a la doctrina de Quine del compromiso ontológico (“ser es ser el valor de una variable”), utilizando esta vez la estrategia de poner de manifiesto la dificultad de expresar en lenguaje lógico formal canónico ciertas expresiones del lenguaje natural; de ahí se seguiría, entiende Strawson, que hay ciertos entes que no están contemplados en el “compromiso ontológico” y en la “economía ontológica” de Quine, pero que tienen un estatuto ontológico. De ahí se seguiría, pues, lo limitado y restrictivo de la propuesta de Quine.

Desde que estudié Lógica del primer curso de la carrera, la formalización de enunciados del lenguaje natural siempre me ha parecido un pasatiempo entretenido, pero escasamente útil. Quiero decir: es inútil en sí mismo considerado, si no se tiene en cuenta el contexto argumentativo o inferencial en que se va a usar la oración. Así, tomemos la oración 1 que pone Strawson como ejemplo en la página 157: “Carlos I fue un buen rey y un mal esposo”. Eso no se puede formalizar sin saber para qué se va a utilizar. Si lo que pretendo inferir es lo siguiente:

Carlos I fue un buen rey y un mal esposo.
Luego:
Carlos I fue un buen rey.

Posiblemente formalizaríamos la premisa como “p^q” (donde p= “Carlos I fue un buen rey”; y q=”Carlos I fue un mal esposo”); nuestra formalización sería:

p^q
p

En virtud de la regla de eliminación de la conjunción.

Ahora bien, si lo que pretendo argumentar es lo siguiente:

Carlos I fue un buen rey y un mal esposo.
Pero todos los reyes ingleses del siglo XII fueron malos reyes

Luego:
Carlos I no reinó en el siglo XII

Formalizaría la primera premisa: “Ra^Ba” (a, Carlos I, es un rey inglés y es un buen rey; no tiene ninguna función lógica que fuera un mal esposo; es como decir que era pelirrojo o tenía la nariz grande o infinidad de características y propiedades más: eso no desempeña papel alguno en la inferencia y podemos dejarlo de lado):

Ra^Ba
/\x [(Rx^XIIx)→¬Bx]
¬XIIa

Aplicando el modus tollens sobre la segunda premisa se niega que Carlos I fuera rey y a la vez reinara en el siglo XII; como sabemos que fue rey, deducimos que no reinó en el siglo XII.

Entonces: ¿cómo estará bien expresada la oración “Carlos I fue un buen rey y un mal esposo”? ¿Mediante “p^q” o mediante “Ra^Ba”? Esa pregunta no tiene sentido si no sabemos qué queremos deducir y con qué premisas adicionales contamos.

Y creo que lo mismo pasa con los ejemplos de la página 158 (sobre esta cuestión, ver también p. 383 de Bustos). Tomo el segundo, por ser más simple: ¿Qué quiero demostrar, a dónde quiero llegar afirmando que “Tomás murió en el jardín a medianoche”? Si de lo que se trata es simplemente de informar a alguien del suceso no necesitamos el lenguaje lógico para nada; nos basta con el lenguaje natural y, entonces, no tenemos nada que formalizar ni interviene para nada el lenguaje canónico. Pero si queremos hacer el siguiente razonamiento:

Tomás murió en el jardín a medianoche.
Luego:
Tomás no estaba en el salón a medianoche.

Entonces formalizaremos:

Ja (Tomás estaba en el jardín)
/\x (Jx→¬Sx) (Si alguien está en el jardín, no está en el salón)
Luego:
¬Sa (Tomás no estaba en el salón)

Es, en mi opinión, un divertido ejercicio, pero bastante inútil, decir que existe un evento y luego añadir todas las circunstancias de dicho evento: Hubo un evento. Que fue morirse Tomás. Y sucedió en el jardín. Y sucedió a medianoche. Y sucedió mientras esperaba a la bella Eloísa. Y sucedió mientras fumaba un puro habano. Y sucedió al poco de croar la rana en el estanque. Y sucedió yendo vestido con su uniforme de gala de húsar. Etc. Etc. Eso sería el cuento de nunca acabar. Si no sabemos qué queremos deducir, la formalización lógica no sirve de nada.

Pero el caso es que, como afirmaba Quine, no hay evento sin referencia. Sin un Tomás, no hay oración posible pues no hay nadie a quien “colgarle” los predicados subsiguientes. Pongamos: “ocurren eventos en el jardín a medianoche”. ¿Cómo formalizar eso? Pero, a la vez: ¿Cómo afirmar que eso es decir algo sobre el mundo o que eso tiene algún contenido ontológico? Sin embargo, es lo que hace Strawson: “Llamo su atención sobre esto, porque no deja de ser una curiosidad interesante –y, me inclino a añadir, que un poco cómica-; pues seguramente no necesitamos que se nos hagan consideraciones como éstas para persuadirnos de que hay cosas como los eventos” (p. 163). Desde luego, en lo que a mí respecta, no me hace falta nada para persuadirme de que hay eventos; pero sí que me hace falta para persuadirme de que hay eventos sin sujeto referencial. De que “morirse” existe sin un Tomás que se vaya al otro mundo. Al fin y al cabo, esto es lo que afirmaba Quine; no que no haya predicados (¿cómo no va a haberlos?), sino que no hay predicados sin referencia, y que no se puede predicar de un predicado. Si yo digo “hay muertes que son violentas” eso no significa nada si no hay personas que mueran violentamente. Y, como nos mostró el compañero Kierkegaard *AQUÍ*, la frase “ser es ser el valor de una variable”, después de todo, quizá no signifique otra cosa sino que sin propiedades que predicar de algo, ese algo no podemos darlo por existente; que el ser sin atributos (como enseñó Kant) no es nada; para ser hay que ser algo.

Filotecnóloga se interesaba *AQUÍ* sobre lo que dice Strawson en la página 163. Doy, pues, mi interpretación de ese pasaje. Partiendo de las siguientes suposiciones:

1. El compromiso ontológico de Quine (ser es ser el valor de una variable; no se puede predicar sobre predicados).
2. La lógica contiene los principios estructurales que subyacen a nuestra ilimitada comprensión lingüística.
3. La revelación de los principios estructurales habría de lograrse realizando tan sólo paráfrasis del lenguaje natural en las formas de la lógica estándar.

Si manteniendo estos tres supuestos aceptamos además la teoría de Davidson según la cual “Tomás murió en el jardín a medianoche” se formalizaría como «Vx [F(x,a)^G(x)^H(x)]», es decir, «hay un evento que es morirse Tomás y el evento sucedió en el jardín y el evento sucedió a medianoche», si aceptamos todo eso, el evento, representado por «x», es el valor de una variable y, por lo tanto, existe, conforme a la premisa o suposición 1ª. Pero, como ya he dicho, en lo que a mí respecta, la existencia del “evento”, sin la “a” (Tomás), se disuelve: no puedo reconocer que haya eventos sin sujetos. Hay varias cosas en el esquema de Strawson que son difíciles de compartir. Ya he discutido (e impugnado) que la lógica contenga los principios y sea el fundamento del lenguaje natural; y también he discutido que el lenguaje formalizado según la lógica estándar sea más útil (en términos absolutos) que el lenguaje natural. Y, por supuesto, también he discutido la utilidad de la formalización de Davidson más allá de un esquema inferencial sobre el que deba ser aplicada dicha formalización. En consecuencia, no sé a quién pretende rebatir Strawson que me parece que se organiza un muñeco de paja a su medida sin demasiada consistencia.

No voy a negar la afirmación de Strawson de “la recíproca dependencia de los tres apartados formados por la ontología, la epistemología y la lógica” (p. 161) pero siempre que no formemos con todo ello un totum revolutum indiscernible. Si hay recíproca dependencia es, también, porque cada una de aquéllas tienen, por su parte, una cierta independencia o autonomía que nos permite realizar analíticamente una delimitación conceptual de sus campos de aplicación, sin perjucio de que ello deba ser completado mediante la constatación de sus interrelaciones mutuas.
Bin ich doch kein Philosophieprofessor, der nöthig hätte, vor dem Unverstande des andern Bücklinge zu machen.
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Jesús M. Morote
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Última Edición: 28 Dic 2011 11:22 por Nolano.
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Re: "Análisis y metafísica". Notas de lectura crítica (cap. 8) 15 Ene 2012 01:48 #6081

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Nolano escribió:
Strawson escribió:
Strawson escribió:
Hay un número ilimitado de oraciones y de combinaciones de oraciones de las cuales, de antemano, conocemos su sentido, su significación...
Parece por lo menos plausible sostener que el problema [de la comprensión ilimitada] ha de resolverse atribuyéndonos: a) un conocimiento implícito (...) de un conjunto finito de construcciones semánticamente significativas (...); y b) el dominio de un vocabulario finito de elementos... Este conocimiento y este dominio son tales que, tomados en conjunto, contienen y explican la posibilidad de esa ilimitada comprensión nuestra (p. 154; las megritas son mías).

Es evidente que de un número finito de construcciones realizadas con un número finito de elementos, sólo puede salir un número limitado (quizá de enorme tamaño, pero siempre finito) de “oraciones”.
Esto no es cierto del todo, pues una oración puede contener en principio ilimitadas construcciones, aunque se repitan, y éstas, además, un número en principio ilimitado de elementos, aunque se repitan. En cualquier caso estamos de acuerdo en que, como indica su nombre, estas “construcciones” son ilimitadas no actualmente pero sí potencialmente. Por eso Bustos habla de la “especificación recursiva”: normas para la construcción.
Nolano escribió:
Y aquí construye Strawson su “muñeco de paja” particular para atizarle de lleno [...] Strawson parece querernos demostrar en este capítulo la insuficiencia ontológica del lenguaje lógico[...] Pero nadie ha dicho que el lenguaje lógico formal sea el fundamento del lenguaje natural
Siempre he tenido entendido que son varios los pensadores que como Leibniz, el primer Wittgenstein o Frege pretendían desentrañar o crear un lenguaje lógico ontológicamente suficiente, que prescindiera de las ambigüedades y elementos superfluos y equívocos de los lenguajes naturales, obteniendo su inspiración sobre todo de la universalidad y éxito objetivo de la ciencia. Así que aunque es cierto cuanto dices sobre que el lógico es una lenguaje reducido a partir del natural (y dependiendo del sentido con que se quiera efectuar la reducción, así se formalizará) , no creo que sea justo hablar de tal muñeco de paja. Yo entiendo que Strawson pretende apuntar a que a la hora de desentrañar la “gramática profunda” de nuestro lenguaje natural, su enorme capacidad recursiva lo hace inabordable: por eso, como dice Bustos, en Tarski el metalenguaje ha de ser al menos tan rico como el lenguaje objeto. Las lógicas no clásicas también pretenden en esta línea enriquecer la formalización para dar cabida a expresiones del lenguaje natural que se habían dejado fuera.
Javier Jurado
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Re: "Análisis y metafísica". Notas de lectura crítica (cap. 8) 23 Ene 2012 11:32 #6138

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En línea con el último punto que comentaba, este párrafo de Strawson que tú achacabas como un ataque a un muñeco de paja resulta ilustrativo:
Strawson escribió:
"En general, ninguna maniobra sencilla tiene la menor oportunidad de demostrar que todos esos rasgos estructurales que obviamente están siendo explotados al generar los significados de las oraciones a partir de los significados de sus elementos se hallan sujetas a las reglas estructurales de la lógica. Por tanto, el teórico de la semántica comprometido con este programa está obligado a trabajar esforzadamente para dar nueva forma a clases enteras de oraciones ordinarias en el intento de revelar o descubrir la que, si tiene éxito, considera que es su verdadera forma lógica" (p.158).
Creo que el planteamiento que aquí se hace refleja esa transformación que se dió entre el primer y el segundo Wittgenstein, del Tractatus a las Investigaciones filosóficas. El primer Wittgenstein pretendía desentrañar la estructura profunda del lenguaje con arreglo a los principios de la lógica y despojarle de sus ineficiencias e imprecisiones. El segundo Wittgenstein, escarmentado por las insuficiencias del primer intento, apreció el valor incalculable de la pragmática en el estudio de la semántica y flexibilizó el análisis del lenguaje en el sentido al que apunta Strawson.
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Última Edición: 23 Ene 2012 11:32 por Kierkegaard.
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Re: "Análisis y metafísica". Notas de lectura crítica (cap. 8) 23 Ene 2012 13:00 #6142

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Por cierto, me gustaría añadir otro comentario que subrayé con la lectura de este capítulo.
Strawson escribió:
"¿Cómo es que poseemos esta vasta y potencialmente ilimitada comprensión?" (p.154)
Aunque no lo hemos mencionado aquí, parece que Strawson se apunta a la corriente de la Gramática generativa o universal de N. Chomsky, al menos en su planteamiento inicial acuñado como el problema de Platón (acuñado en Knowledge of language. Its nature, origins and use, en 1985, aunque ya planteado como problema fundamental de la lingüística desde 1965):
Chomsky en Una aproximación naturalista a la mente y al lenguaje. Barcelona, Prensa Ibérica escribió:
"Las lenguas «se pueden aprender» porque hay poco que aprender." (p. 181)
Esta línea que reivindicaba la raigambre racionalista de la llamada laxamente "lingüística cartesiana" en el ámbito de Port Royal, que sonaba tan idealista con nociones de innatismo y universalidad, bien pudiera tener un sostén mucho más modesto en el acervo filogenético que hemos venido comentando y compartiendo: la especie humana ha desarrollado esa gramática generativa que se actualiza en el seno de cada comunidad pero que se encuentra codificada en el cerebro de cada especímen. No es, desde luego, una estructura necesaria sino contingente, pero lo suficientemente general en la especie humana como para que roce el calificativo de universal a falta de mayor refutación de la tesis de Chomsky, hoy por hoy vigente en lo esencial.
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Re: "Análisis y metafísica". Notas de lectura crítica (cap. 8) 29 Ene 2012 01:01 #6193

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Sobre tu mensaje nº 6138:

Antes que nada recoger la errata en el texto de Strawson; donde dice "sujetas a las reglas estructurales de la lógica" debería decir "sujetos a las reglas estructurales de la lógica"; son los "rasgos estructurales" los que estarían sujetos a las reglas.

Creo que eso no refleja la transformación entre el primer y el segundo Wittgenstein. Strawson se refiere a teóricos semánticos como Davidson que han intentado e intentan buscar esquemas estructurales lógicos que recojan adecuadamente ciertas expresiones y oraciones del lenguaje natural y cuyos "rasgos estructurales" se muestran resistentes a una formalización satisfactoria. Pero el Wittgenstein de las Investigaciones filosóficas lo que hizo fue abandonar cualquier pretensión formalizadora de los lenguajes naturales, al ser éstos cada uno independiente de los demás, tener sus propias reglas, constituir "juegos de lenguaje" diferentes y resultar, por tanto, irreducibles a un único esquema estructural; en eso se diferencia del primer Wittgenstein.

Sobre tu mensaje nº 6142:

Hay alguna diferencia que creo digna de señalar entre la propuesta de Strawson y la de Chomsky, aunque, efectivamente, ésta se viene a la memoria al leer a Strawson.

En la Gramática universal de Chomsky vamos, en nuestro proceso investigador, desde el hecho de las lenguas naturales hacia una investigación del origen (posiblemente más de orden lógico que como hecho histórico) de todas las lenguas existentes. En la prpuesta de Strawson yo veo más bien un solapamiento irreductible entre ambas cosas, la gramática universal (lógica formal) y las lenguas naturales.

Por otro lado, creo que los universales Chomskyanos son de orden lingüístico, no de orden metafísico u ontológicamente categorial, como creo que son las "estructuras" que busca Strawson. Sin que ello obste a que, algunos de ellos acaben coincidiendo, pues el lenguaje también puede reflejar aspectos categoriales de relevancia ontológica.

Finalmente, pienso que la idea de Chomsky (y lo discutimos tú y yo en el curso virtual de Filosofía del Lenguaje hace algunos cursos, donde recordarás que defendí que Chomsky abría una perspectiva de juegos privados de lenguaje que Wittgenstein vedaba al reconocer sólo juegos públicos de lenguaje) tiene un interesante aspecto de futurición que no percibo en Strawson. En efecto, la Gramática universal permitiría el reconocimiento intersubjetivo de grietas en el "lenguaje público" no admitidas por éste; una "agresión" al lenguaje público, si no es la obra de un orate, tiene que surgir de un ámbito universal subyacente pero aún no fáctico, no incorporado al juego público de lenguaje, pero incorporable a él agrietando los esquemas fácticos previos que regulan dicho juego público. Lo que busca Chomsky, por tanto, es más profundo que lo que recoge Strawson.
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Re: "Análisis y metafísica". Notas de lectura crítica (cap. 8) 29 Ene 2012 10:43 #6194

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Nolano escribió:
Strawson se refiere a teóricos semánticos como Davidson que han intentado e intentan buscar esquemas estructurales lógicos que recojan adecuadamente ciertas expresiones y oraciones del lenguaje natural y cuyos "rasgos estructurales" se muestran resistentes a una formalización satisfactoria
En este sentido, entonces, me das la razón en que no se construye tal muñeco de paja, y que hay autores de la talla de Davidson que responden al perfil que critica Strawson.

Cierto es que quizá el segundo Wittgenstein llegara al abandono completo de cualquier intento de establecer forma lógica alguna para las semántica, pero al menos sí debió buena parte de su transformación a sufrir el hecho de que, como dice Strawson, ninguna maniobra sencilla tiene la menor oportunidad de demostrar que todos esos rasgos estructurales que obviamente están siendo explotados al generar los significados de las oraciones a partir de los significados de sus elementos se hallan sujetas a las reglas estructurales de la lógica.
Nolano escribió:
Por otro lado, creo que los universales Chomskyanos son de orden lingüístico, no de orden metafísico u ontológicamente categorial, como creo que son las "estructuras" que busca Strawson. Sin que ello obste a que, algunos de ellos acaben coincidiendo, pues el lenguaje también puede reflejar aspectos categoriales de relevancia ontológica.
Creo que aunque ciertamente su aproximación sea diferente (metafísica -> <- lingüística), acuden mutuamente al encuentro, pues si Strawson apunta a un a priori categorial de orden metafísico mitigado que nosotros hemos fácilmente ligado a un posible a priori filogenético, ¿dónde se hallaría esa hipotética gramática universal si no es en dicho a priori filogenético? Aunque a algunos les escandalice esa interpretación de Chomsky, no hace falta remontarse a trascendencias universales innatas en el ser humano para fundamentar de forma inmanente el sustrato de dicha gramática generativa.

Y sobre la capacidad de futurición, efectivamente te doy la razón en que para que Strawson verdaderamente se abriera a esa capacidad generativa debería reconocer el carácter dinámico de este a priori filogenético sobre el que, aunque parezca a punto en ocasiones, no llega a hablar.
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Última Edición: 29 Ene 2012 10:44 por Kierkegaard.
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Re: "Análisis y metafísica". Notas de lectura crítica (cap. 8) 29 Ene 2012 12:27 #6197

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Kierkegaard escribió:
En este sentido, entonces, me das la razón en que no se construye tal muñeco de paja, y que hay autores de la talla de Davidson que responden al perfil que critica Strawson.

No lo veo así. El "muñeco de paja" de Strawson sería un logicista que entendiera que el lenguaje natural no es sino el lenguaje lógico formal revestido y adornado con florituras innecesarias que hacen el discurso más oscuro sin añadir ningún contenido relevante adicional. Quizá esté pensando en Russell, en el Wittgenstein del Tractatus y en la línea de investigación del tipo Carnap. (Si bien Wittgenstein deja bien claro al final del Tractatus que hay mucho más allá de lo expresable con la lógica formal, y precisamente lo más importante para el hombre; aunque, si no lo he entendido mal, acaba llegando al postulado de que eso es "inexpresable", no ya sólo en el lenguaje lógico formal, sino también en el lenguaje natural.)

Creo que, al contrario, Strawson aplaude el intento de teóricos como Davidson que, viendo la "pobreza" del lenguaje lógico formal y su incapacidad para dar cuenta de muchos de nuestros conceptos e intuiciones que expresamos en el lenguaje natural, intentan acercar aquél a éste. Lo que Strawson critica es un reduccionismo del lenguaje natural hacia el lógico formal que creo que hoy en día pocos (si es que alguien) sostiene. Y Davidson no está en ese grupo.
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