Ahora, además de dos "ceros", el
cero-divisor y el
cero-sustractor, Dvillodre1 nos propone dos infinitos, el
infinito-circunferencia y el
infinito-recta. Es palmario que con semejante equivocidad terminológica (y, lo que es peor, conceptual) no se puede llegar más allá de montarse una empanada mental de tamaño natural.
Tangencialmente, no puedo dejar de sorprenderme de que un seguidor de la doctrina de la "imagen del mundo" geométrica (como la llamó Heidegger) propia de la modernidad-ilustración, recurra a figuras geométricas como la circunferencia y la recta para esclarecer sus propios conceptos filosóficos.
Por otro lado, ya sabíamos que Dvillodre1 habla de Aubenque sin haberlo leído (como ya denuncié
aquí ), y lo mismo hace con Lyotard (lo denuncié
aquí ). Ahora también descubrimos que hace lo mismo con Kant:
Dvillodre1 escribió:
precisamente esta confusión es la que llevó a Kant a defender como postulado la idea de Dios. Este postulado en realidad quiere decir esto: el mundo no es reducible a la cantidad, sino que requiere de otro principio (de lacualidad,rol que asume el Dios cristiano).
Una simple lectura de la "Crítica de la razón pura" muestra que, para hablar de "mundo" en Kant hay que ser muy preciso. Que una cosa es el mundo como totalidad y otra cosa es el mundo como conjunto de fenómenos perceptibles por la intuición. En Kant, el mundo (como totalidad), el alma y Dios son ideas (en el sentido de ideales regulativos); a ellos no les son aplicables las categorías (cantidad, cualidad, relación y modalidad).
Estas categorías sólo son aplicables a los fenómenos, pues forman parte del esquematismo de la razón pura que sólo es hábil para aplicarse sobre los fenómenos, pero, desde luego, no sobre las ideas de la razón pura, si no se quiere incurrir en las conocidas antinomia y paralogismos de la razón pura.
Si se desprecia la lectura rigurosa de los textos, en vez de historia de la filosofía se hace filosofía-ficción.