Agar, puedes ser todo lo mordaz que quieras, pero nada de lo que expones establece un nexo entre esos hechos, tan reales como detestables unos, tan distorsionados y manipulados ideológicamente otros, y la existencia de ese patriarcado escurridizo pero omnipresente y perfectamente orgnizado que mantiene una cierta visión feminista.
"Fabricarse" o nombrar un enemigo oficial y caracterizarlo, y consecuentemente entrar en guerra con él es una opción tan cómoda como poco rigurosa intelectualmente, pero sin duda muy útil. Ahora todo está claro, sabemos quien es el malo, sabemos como es y sabemos como atacarlo.
Hay ejemplos sobrados, y manidos, de esto.
¿Que los judíos son prósperos? Sin duda tienen la culpa de nuestros males... pogrom al canto.
¿Que es difícil calzar un estado sionista en una Palestina árabe? Nada, ¡Santiago y Cierra España! en versión hebrea y duro con los árabes, que son muy malos.
¿Que nuestra cultura árabe secular se ve amenazada por eso que los occidentales llaman la "modernidad"? Nosotros los hombres de bien decretamos la Yihad contra el impío y decadente occidente.
¿Que occidente ve amenazada su supremacía geoestratégica y acaso algún que otro negociete? Ponga un malo en su vida. Ya que el comunista pasó de moda, el papel pasa al Islam. Hagamos los posible por extender la virtud y la democracia entre esas buenas gentes, por su bien, por supuesto.
Polarización,
polemos, todos contra todos. Río revuelto y ganancia de pescadores. En el caso de este tipo de feminismo obviamente es más una cuestión de comodidad intelectual y precisión doctrinaria que de un interés material (en el sentido de defender una serie de cosas cuando buscas otras dieferentes). Y sin embargo ninguna de las imágenes anteriores se corresponde con la realidad, ni como verdugos ni como víctimas.
Podemos intentar resolver los problemas de una sociedad yendo todos juntos y pasito a pasito, pacíficamente y con el consenso y la importancia de la educación en mente -opción sin duda más difícil pero, creo, más segura-, o por vía de la polarización, el conflicto, la polémica. ¿Tú cual crees que es la más adecuada a día de hoy en España?. Y en mi concepto de educación el lenguaje debe ser una herramienta para el conocimiento y no munición para el conflicto.
Nolano escribió:
También creo que se es libre de opinar que el uso del denominado "lenguaje no sexista" envuelve un interés muy concreto, a cuyo servicio se pone un falso victimismo de quien nunca fue víctima (o no más que cualquier humano inserto en un entorno social) y que requiere de un falso lenguaje para visualizar, en contraposición al lenguaje ordinario, una realidad que no existe más que como simulacro.
Aquí creo que está buena parte de la clave de la cuestión. En las palabras
(o no más que cualquier humano inserto en un entorno social)
Creo que todo eso que dices, con base real, son epifenómenos. Son síntomas de una sociedad que padece. Desigualdad, violencia a veces explícita y a veces sorda pero destructiva siempre, carencias democráticas, prebendas disimuladas bajo apariencia de respetabilidad, avaricia y corrupción más visible cuanto más poderoso es quien las exhibe, pero presente a todos los niveles.
Por eso polarizarse en torno uno de estos fenómenos, y la radicalización de posturas consecuente, me parece la forma más eficaz de evitar una solución a esos problemas.
Y aquí entra el mensaje de Demóstenes. La primera parte de su mensaje puede ser subjetiva y en todo caso es coyuntural. Especialmente desafortunado es el uso del término
hembra en este contexto. Pero la segunda creo que va en la línea que pretendo argumentar.
A veces por falta de profundidad ideológica (un cierto feminismo). Otras por interés político, definiendo un nuevo catecismo de "lo bueno" que omite problemas también de su competencia pero más comprometidos. Poner de relieve unos problemas (que lo son) hace que otros pasen más desapercibidos, o al menos se intenta. Y los sindicatos, a remolque.
Respecto a la prensa, bueno. Se busca siempre el titular, se etiqueta y listos. Menos trabajo y más efectismo.
Hay un fenómeno de actualidad (espero que nadie acuda al chiste fácil!
) que me interesa y que cuenta con mi simpatía, mi respeto, mi apoyo y mi admiración. Es el del colectivo FEMEN, cuya figura más visible hoy es Amina. Cualquier movimiento necesita activistas, reivindicación y... mártires. Espero que no sea el caso de esta chica, pero realmente son personajes necesarios para avanzar.
Pero casi todo tiene su
kayros, y lo necesario en cierto contexto puede llegar a ser en otro, en el cual se ha superado casi por completo, contraproducente . Incluso aunque tales fenómenos persistan de forma tan residual como, a veces, desoladora.
Mantener una cierta visión feminista hoy dia y en España, creo que contribuye más bien a llevar, por radicalización, a un punto muerto o un deterioro de la situación más que a arreglar un problema que se va pareciendo más a un reflejo condicionado que a una respuesta a un estado de cosas real.
Hoy mismo vemos en
las noticias las declaraciones de un señor de cierto partido que, queriendo ayudar a una compañera en un asunto comprometido, se suelta con un “Las mujeres engañadas por sus maridos no son tontas”. Y puede parecer que estas palabras te dan la razón. Pero yo miro a mi alrededor y lo comento. Compañeros (y compañeras, vaaale) de trabajo carcajeándose, algunos negando con la cabeza, expresando estupor, incredulidad (¡a estas alturas!!!!) y casi compadeciéndose del hombre.
Y si me preguntas si son más representativos de la sociedad española actual las palabras del primero o la reacción de los segundos ... yo lo tengo claro. ¿Tú que opinas?
Un saludo.