En otro de los hilos, que desgraciadamente ha tomado un cariz feo, y no se ha continuado el debate racional y la contraposición dialógica, hemos estado hablando El genio maligno y yo acerca del caciquismo. Inicio aquí un hilo con el objeto de pensar filosóficamente el asunto. Incluso se ha pedido o dicho que mi intrerés es hablar de ello, y no lo niego. Pues la pregunta filosófica, una de ellas, que me embarga sobre este país arrumba parte de ese término. El caciquismo fue un tema recurrente de nuestra elite intelectual, y de él hablaron, bien directamente con obras específicas y monográficas, bien en sus artículos periodísticos, Joaquín Costa, Macías Picavea, Maeztu, Ortega, Azaña, Unamuno, Azorín, y muchos otros. El asunto es de una actualidad acuciante. Nos rodea, nos asfixia, pues se encuentra ontológicamenre enhebrado a la sustancia de este país. O no, pues eso será de opinión. Solicito a las autoridades de el foro iniciar un debate filosófico de la materia, bajo la formula <Pensar España: ontología del caciquismo>. Pesar cuales son su raíces, su estructura, si la hay, su pasado, o bien su presente, si desaparecido está o si no. En definitiva si es o no es ya, y, por tanto, si fue. Y esos casos sus límites conceptuales. Ello con el objeto de pensar España de un modo culto, responsable y sosegado. Mi postura ya la he dejado clara en otros lugares, y espero que sea clara, es una postura liberal, y que aunque este se diga de muchas maneras, se debata desde una óptica que analice qué se entiende por liberalismo, y qué clase de liberalismo es el que provee un país donde el caciquismo y la oligarquía fue un hecho, ya indiscutible, había cuenta de los autores que lo pensaron. Y solicito que no entremos en esas cainitas discusiones a lo Abel Sánchez, que han desangrado este maravilloso pais o putrefacto país, según se mire. Pues considero que la filosofía debe pensar de todo y saber de todo. Mi interés sigue centrado en esa ontología del mal, de la hablamos, porque en mí causa dolor, que es de donde parte mi pregunta. Dolor como causó a Ortega, y que yo creo que aún sigue peremne.
Mi proposición de base es la siguiente, puede que equivocada: El caciquismo en España es ontológico.