Éste es un tema sobre el que he reflexionado mucho, considerando, sobre todo, dos posiciones aparentemente antagónicas (Sartre vs Heidegger) para abordar algunas cuestiones fundamentales sobre la libertad: ¿somos libres para hacer lo que queremos hacer? Y lo más importante: ¿podemos rehuir del compromiso (responsabilidad) de ser libres?
Gracias a las impagables aportaciones de Nolano he leído la interesante polémica entre Javier Marías y la familia Aranguren y, además, he tenido acceso a la lectura de "La libertad humana y el yo" de Chisholm (enhorabuena, Nolano, por tus dotes como traductor, y gracias por compartir). Ambas lecturas me han suministrado nuevos datos y más información, pero, en lo esencial, no han conseguido moverme de mi posicionamiento determinista (con matices).
Sobre el hecho de que un individuo, cualquiera, pueda o no considerarse libre creo que tienen mucho que ver sus circunstancias (mundo circundante) y su yo (personalidad y forma de ser).
Creo por ello que el ser humano está sometido a
cierto determinismo, no solo psicobiológico (nuestro singular y particular yo) sino también histórico (realidad contextual).
Los actos individuales, consecuencia de las elecciones vitales, están predeterminados inevitablemente por todo el conjunto de circunstancias externas e internas que afectan al ser humano. Sartre argumentaría que
somos inevitablemente libres, en tanto siempre estamos obligados a elegir; es decir, podemos elegir ser libres, pero incluso si nuestra elección fuese desear "no ser libres" ya estaríamos, de facto, eligiendo, ergo estaríamos haciendo uso de nuestra libertad. Si eligiésemos "no ser libres", paradójicamente, también estaríamos tomando una decisión "libremente".
Siempre me ha llamado la atención el hecho de que un esclavo como Epicteto pudiera sentirse libre, y ello a pesar de saber que, en tanto que esclavo, no podía hacer muchas de las cosas que sí hubiese podido hacer un individuo libre. ¿Por qué se sentía libre, entonces? ¿Era objetiva y realmente libre Epicteto?
Yo solo le encuentro una explicación: Epicteto estaba predeterminado psicobiológicamente para ser un persona resignada y acomodaticia. Así, estaba
destinado a ser, influenciado por una forma de ser característica, un futuro o
probable estoico. Y en tanto que estoico resignado, Epicteto se obligó (autoengañó) a creerse y sentirse libre.
Esta explicación que yo vengo sosteniendo desde hace tiempo es, por lo visto, lo que Chisholm denomina "opinión hobbsiana" o determinista.
Sin embargo, la "opinión kantiana", siguiendo el indeterminismo señalado por Hume, argumentaría que no podríamos predecir si Epicteto acabaría deviniendo estoico a pesar de conocer sus condicionantes externos e internos, ya que al ser el devenir vital
contingente, no tendríamos la certeza absoluta de que así hubiera de ocurrir.
Kant, como Hume, tenía toda la razón.
Yo mismo, no ha mucho, recurrí a Hume para señalar la falacia ad hoc subyacente en la teoría marxista, apuntando que la predicción de la misma (la llegada del comunismo tras la autodestrucción del capitalismo) no podía considerarse una certeza absoluta (efecto o consecuencia) después de analizar experiencias históricas (causas) que son contingentes.
El problema, en mi opinión, solo aparece como tal si nos empeñamos en elegir entre ambas propuestas radicales: determinismo vs indeterminismo, es decir probabilidad vs certeza absoluta.
La solución es sencilla, y vengo sosteniéndola desde hace mucho tiempo: para aceptar el determinismo del yo y las circunstancias en nuestros actos no es necesario que las relaciones causa-efecto (entre un yo agente y las consecuencias de los actos de éste) sean una verdad absoluta que deba validarse científicamente.
Siempre he dicho que la psicología no es una ciencia exacta. Y bien que lo sabían, sin duda, los mismos que deseaban vestirla con ropajes científicos al tiempo que, ladinamente, incluían la estadística y el estudio de las probabilidades en los planes de estudio.
De hecho, leyendo "La libertad humana y el yo" me encuentro con un autor desconocido, un tal Reid que, en mi opinión, concluye acertadamente:
"Podemos razonar sobre los motivos de las personas para actuar de determinada manera, incluso con gran probabilidad, pero nunca con absoluta certeza."
Esta conclusión, que comparto, nos hace considerar al agente de un acto (ser humano) como un individuo que al elegir realizar una acción concreta (ejercer la inevitable responsabilidad de ser libre) puede saltarse sus deseos y hacer otra cosa en su lugar, porque lo que vaya a elegir siempre será probabilidad o contingencia, nunca certeza absoluta.
Después de intentar aclarar el problema del determinismo y el indeterminismo para dilucidar si nuestros actos (elecciones) son libres, creo que nos hallamos en un callejón sin salida (una aporía "nolaniana", si se me permite el gracejo). Y la única solución para superar dicha aporía, una vez más, sería recurrir a la razón instrumental.
Y la razón instrumental nos hace
creer, en tanto es una necesidad vital necesaria, que lo importante no es dilucidar si el ser humano es libre, sino si es responsablemente libre.
Se intenta cortar el nudo gordiano con un hábil tajo de espada, argumentando, en definitiva, que la libertad sin moral no es auténtica libertad (nos cargamos a Heidegger), sino que el hecho de ser libre presupone un ejercicio responsable para que nuestra voluntad se autocontrole o se autolimite a través de imperativos morales (de nuevo Kant).
Pero claro, si nos cargamos a Heidegger, y defendemos que la libertad es en sí misma un acto inevitablemente responsable (Sartre) tendríamos que penalizar, criminalizar y/o censurar a todos aquellos individuos que, en difíciles circunstancias históricas, prefirieron salvar su culo, por imperativo vital, antes que dejarse morir, por imperativo moral.
Y por fin, llego al tema que realmente me interesa:
¿Se puede recriminar o, peor aún, criminalizar a un intelectual por no obligarse a elegir opciones u alternativas responsables (conforme a principios morales) en circunstancias en las que se podría ver coartado y/o amenazado?
Seguiré si el tema despierta interés...