Hugo escribió:
Pues en ese caso prefiero vivir con la libertad amenazada que sin ella, morir de pie que vivir de rodillas.
No te entiendo, Hugo. Ésa ha sido siempre mi consigna liberal. La tuya, en cambio, es la defensa liberticida del marxismo-comunismo. No entiendo entonces a qué viene ese elogio de la libertad por tu parte si defiendes el marxismo, que no es precisamente muy liberal. A no ser que entiendas la libertad
como los antiguos estoicos: para los estoicos vivir en libertad era asumir el determinismo del hado. De manera análoga, para el marxismo la libertad sería vivir asumiendo que se ha de vivir de rodillas ante el dios estado. Que parece ser que es lo que tú defiendes, Hugo. De ahí mi estupefacción.
Hugo escribió:
Porque si no puedo plantar patatas, hacer pan, tener casa, curarme, empuñar un arma o editar un libro de manera directa (es decir, sin necesidad de vender previamente mi fuerza de trabajo a los "aristócratas" del momento), si no puedo dedicarme a lo que quiera sin el permiso del propietario o del Estado, entonces el liberalismo no me sirve
Otra contradicción, Hugo. El marxismo del siglo XXI que tú defiendes es amigo del estado (estatismo). Y el estado, en tanto que expoliador del fruto del trabajo del trabajador a base de asfixiarlo a impuesto,
es en realidad esa instancia alienante que antaño fuese la burguesía. Pero ya
no estamos en 1848. En 2016 quien defienda ideologías marxisto-intervencionistas ha de saber que está fomentando la alienación de los trabajadores, por cuanto en un sistema de corte comunista
la principal instancia alienante es el propio estado. Y ésa es una
contradicción en que se mueven todos los marxistas del siglo XXI empeñados en
seguir anclados en 1848. Parecen no darse cuenta de que en el "comunismo" del siglo XXI el estado es quien ocupa el papel de "burguesía" alienante de antaño (que se lo pregunten a los expoliados por Montoro, el Ministro de la actual Hacienda cuasi comunista del PP). Los trabajadores más pudientes (grandes empresarios) también están sometidos a la alienación del Estado, por cuanto éste está especialmente empeñado en expoliarles la práctica totalidad de su esfuerzo. ¿Y eso no es acaso una actitud antimarxista?.
El marxismo primitivo de 1848 diseñó un estado monstruo con el que pretendía efectuar un reparto más equitativo de la riqueza. Pero, andando en tiempo, ha sido justamente ése mismo estado quien se ha convertido en la principal instancia alienante porque, en la práctica, la presión fiscal recae fundamentalmente entre las clases medias y las menos pudientes, que son el grueso de la sociedad. Nadie se cree la falacia de que sólo con expoliar a los "ricos" hay bastante para mantener un
Estado tan burocrático como el español (eso de expoliar a los ricos no es más que un chivo expiatorio). Para mantener un estado social y de bienestar tan gigante como el Español hace falta
expoliar antimarxistamente (marxismo primitivo) al grueso de la sociedad trabajadora. Y es justo por eso por lo que el estado se convierte en el enemigo número uno de todo tipo de trabajadores. En especial de los más miserables.
Por eso yo sostengo que tal y como los estados socialdemócratas han evolucionado desde hace más de un siglo, los marxistas de nuevo cuño incurren en una gran contradicción: defienden la intervención extrema del estado pensando en antiguas utopías de 1848 y, muy al contrario, lo que hacen es defender a la nueva burguesía alienante:
el mismo Estado, que es quien juega ahora el papel de expoliador de todo tipo de trabajadores.
En 1848 cabía la posibilidad de pensar en la utopía de un estado como interventor de la vida económica para evitar la principal de las alienaciones: la económica. En el año 2016 es el estado la principal instancia alienante. Y los marxistas que viven anclados a mediados del XIX, al no haber evolucionado, se siguen identificados con ese estado garante de la equidad.
Pero en el año 2016 ese estado que antaño podía pensarse como remedio a la alienación económica es ahora un
monstruo expoliador y, por tanto,
antimarxista.
Te veo anclado en un marxismo de hace casi 200 años, Hugo. Yo de ti intentaría actualizar un poco ese marxismo rancio de hace 200 años. Lee a Habermas, por ejemplo.
Por lo demás hay en estos momentos una amenaza alienante -además de la intervención del Estado- que nadie, marxista o liberal, quiere ver. Se trata del
imparable e inevitable avance la tecnología, que está barriendo a todo tipo de trabajadores.
Seguir pensando con las categorías de hace 200 años conlleva errar en los diagnósticos y en las políticas
creando más miseria y desigualdad. Y ése es el problema que veo en los marxistas de nuevo cuño: viven
al margen de la historia, pues a fin de cuentas ésta ya terminó, a lo sumo, en 1867, año de la primera publicación de
El capital (no cabe esperar a la definitiva realización de ninguna sociedad realmente comunista; los únicos comunistas que conozco son la mayoría de sacerdotes y monjas).
Dos contradicciones, Hugo:
1ª. El marxismo y la libertad son prácticamente opuestos. No tiene sentido defender la libertad y al mismo tiempo defender un sistema liberticida e intervencionista con el estado como principal garante antimarxista de esa ausencia de libertades y de la máxima alienación y expoliación posibles. El estado intervencionista del siglo XXI dista mucho de ese estado equitativo con que soñaban Marx y Engels.
2ª. El estado es la principal instancia alienante en la actualidad. Sólo así se explica que personas acaudaladas pero no millonarias, como el joven piloto catalán Marc Márquez,
se lleven la pasta fuera de un país de tendencia comunista como España (Andorra es un paraíso fiscal catalán). Para que luego digan que España es neoliberal. Si fuese neoliberal nadie se llevaría la pasta fuera. Y no me extraña que quien se ha ganado su dinero a base de esfuerzo se lo lleve allí donde no haya un estado expoliador, es decir, antimarxista (estado del siglo XXI), por cuanto el estado tiene a día de hoy el papel de instancia alienante que tenía en 1848 la burguesía -ahora sí- salida de la revolución francesa.
Por cierto, así se las gastan los comunistas del siglo XX. Fíjate si España es ya casi un país comunista que hasta
el señor Billetero intentó ocultar casi medio millón de euros -que no te ganas a pico y pala- que había obtenido del narcoestado en que se ha convertido Venezuela. Pruebe alguien que no sea de Podemos hacer algo similar. Hacienda protege a Podemos porque al PP le interesa el monstruo Podemos. Pero si un españolito de a pie intentase algo parecido, no le quepa duda alguna de que el ultracomunista Ministro de Hacienda del PP se encargaría personalmente de que pasese unos cuantos años a la sombra. Pero si eres
la Infanta o
de Podemos, entonces no pasa nada. Puedes robar tranquilamente. El actual PP persigue fundamentalmente a los suyos (para fingir que no son sectarios), sobre todo si son de la rama liberal de Aznar, a la que odia con toda su alma: María San Gil, Esperanza Aguirre, Regina Otaola y un largo etcétera de lo mejor que había en el PP han sido perseguidos por la actual dirección de cuasi extrema izquierda comunista.
PD: encantado de discrepar contigo, Hugo.