Hola Chic@s.
Yo no creo que la religión sea una cuestión de creencia. Quizás este error viene del hecho de que tratamos de interpretar el mundo por medio de la razón y la información, pese a que el mundo es mucho más amplio que eso. La religión no creo que se pueda explicar desde el análisis de las creencias, imágenes, Dios o dioses. Sería un análisis superficial del fenómeno, porque incluye un fenómeno existencial e interior, aunque sea compartido en la forma de ideas y ritos. Si no tenemos en cuenta que es una vivencia, lo confundimos con una creencia, pues cuando decimos "creer o no creer" eso ya es la racionalidad. Creo que no es cuestión de eso: la gente no decide creer o no, cree o no.
El racionalista estricto no entiende ese creer, por eso cuando lo analiza no entiende la causa y habla de "creencia", que es lo que él entiende, pero esto pienso que es falso. Aunque por inercia, todos hablamos de ese modo.
El racionalista estricto, piensa que los creyentes son personas embobadas en una serie de ideas fantásticas. Sin embargo Dios no puede ser una etiqueta mental, porque no es una creencia, ni nada aprehensible para la razón humana. Creo que es y siempre ha sido para todas las religiones, una experiencia interna. Pues sin ese componente, reducida a creencia y razón, creo que no existiría religión alguna auténtica. Creo que cuando la religión, cualquier religión, es cultural y racional, cuando es creencia, entonces no es nada, porque no hay Espiritu...
Espíritu no es nada metafísico y raro, es simplemente una posible experiencia humana, que las diferentes épocas y culturas han experimentado a través de una cierta evocación empírica en las personas. Quizás para dar algo mejor de sí mismos. Mäs allá de cualquier conjunto de ideas A o B, más allá de cualquier religión y de cualquier filosofía, se trata de una posible manera de nosotros mismos, una evocación de nosotros, para ser mejores, no para alcanzar el éxito en la jerarquía de los monos humanos que somos, sino para dar algo mejor de nosotros, que es una posibilidad más específicamente humana. Hoy esto suena ridículo, ñoño, absurdo o trascendente, debido a las asociaciones negativas que esto tiene respecto de la religión tal y como la expone la cultura occidental actual. No obstante, puesto que es una experiencia, y común y propia en los humanos de distintas épocas y culturas, parece lógico pensar que en realidad no tiene que ver con las creencias o religiones concretas, sino con una posibilidad del propio ser humano, es decir, que es una actitud u orientación existencial que mirada en sí misma, no necesita etiquetas ni ideaciones mentales. (No quito importancia a las religiones, separo filosósifcamente el Espiritu de ellas para defenderlo en una época que desconoce algo que siempre fue natural para los humanos).