Alma escribió:
Me ha venido de repente a la cabeza Álex Delarge, de "La naranja mecánica".
¿Por qué? No se puede soltar eso y dejarlo así. ¿Se te han abierto los ojos? ¿Técnica Ludovico?
Zolaris, sí, creo que tienes razón, quizás nuestras argumentaciones no difieren en lo esencial.
En cuanto a la razón del trastorno de Carol y su posible causa (abuso del padre, de otra persona, visión de algo prohibido, etc.), y ya que Alma ha invocado al espíritu de Freud (y yo también), hay que recordar la famosa carta que envió a Fliess que se conoce como "Ya no creo a mis neuróticos" (o algo así). En ella viene a decir (si no recuerdo mal) que es imposible que todas las mujeres con neurosis que había tratado hubiesen sufrido abusos sexuales paternos y que el inconsciente es capaz de crear invenciones que actúan de la misma manera que si se hubiesen producido efectivamente. Ignoro si Polanski y el otro guionista (no recuerdo el nombre) conocían bien los trabajos de Freud, aunque en mi opinión la influencia freudiana es clara.
Dicho esto, lo cierto es que el encanto de una película como esta reside en la posibilidad de interpretar gracias a sus sugerencias, aunque nos equivoquemos. Y, perdonadme la pedantería, parafrasearé a Paul de Man: las lecturas equivocadas son el cuchillo con el que penetramos en los textos. Yo también opino, como Bolindre, que no se puede saber con seguridad cuál es la causa del trastorno de Carol, no hay una lectura cerrada, pero ahí reside el encanto de este film.
Si hemos liado esto con
Repulsión, no sé qué puede pasar cuando veamos
El quimérico inquilino. Vamos a petar el foro