Os dejo que me caigo de sueño. Una vez hayamos terminado de destripar a don Juan Pablo, os propongo meter la nariz en las memorias del subsuelo. No es tan fácil de leer, pero es que el protagonista es un Castel al cuadrado. Y también, para seguir la tónica de nihilistas desbocados, El extranjero de Camus.

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Juan Pablo Castel es un sujeto desequilibrado, insensato en el sentido de insano, enfermo. Su soledad es fruto de su particular estructura de personalidad que le impide encajar en la sociedad en la que vive. Su aislamiento le permite cierta perspectiva crítica sobre el medio que le rodea y las personas que lo componen con elementos de lucidez en su análisis. Pero, a su vez, la falta de empatía y de conexión emocional con los demás distorsiona su mundo interior, sus referencias y su propio autoconocimiento. Ignoramos cómo era Castel antes del relato, cómo ha llegado a su situación actual, qué le ha sucedido en su vida anterior, cómo era su familia, sus relaciones previas,…Supongo que si Sábato no incide en ello es porque no le interesa para lo que nos quiere comunicar. Pero a mí sí, el personaje de Castel es profundamente inhumano y necesito comprender porqué es así. Esta parte de la historia no se cuenta. Como tampoco se construyen los demás personajes más que con cuatro rasgos (María, Allende, Hunter,..). Lo que viene a partir del punto de partida de la historia es pura lógica (Sábato ya anticipa el final desde el inicio), así que la escasa trama tampoco centra su interés. La atención se concentra en la descripción (magistral) del túnel (mental, espiritual), del aislamiento psicológico, de una persona deforme (emocionalmente monstruosa) incapaz de amar. ¡Qué diferencia con los personajes de Proust –con el que sigo- en las descripciones de los enamoramientos! (Swann de Odette, el protagonista de Gilberta –que es hasta donde he llegado). Aunque sus obsesiones con el objeto de su enamoramiento gozan de similar intensidad y los personajes muestran similar enajenación en sus percepciones y valoraciones (celos, autoreferencia constante de sus sentimientos,..), respiran, viven (aunque sea en un sin vivir) y dejan vivir.

Sí, es nihilismo puro, un túnel nihilista, pero como ya se comentó previamente, más que un túnel (al que le suponemos una entrada y una salida) parece una caída (sin retorno) en el abismo.

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De rerum natura escribió:
Es justo por eso, por lo que para mí, la metáfora del túnel es devastadora, angustiante. Mucho más que el infierno o el abismo. Un túnel está ahí, cerca, te puede rodear...pero incomunicado...Además vivir en un túnel te hace pensar que hay salida, que hay luz, que puedes salir. De ahí la paradoja de Castel: vivir desesperanzado y esperanzado a la vez.

Yo también la leí hace tiempo, pero me causó gran impresión...y hablo desde esas impresiones (cuando pueda, volveré a releerla...). Tengo que ver esos enlaces de las entrevistas a Sábato.

No he leído "Memorias del subsuelo" y me gustaría mucho, pero en agosto me voy de vacaciones y no sé si llegaré a poder conectarme con la lectura...Si no llego, leeré vuestras impresiones y ya la retomaré yo más adelante.

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Qué bien vuestros comentarios, así da gusto. Gracias también por las respuestas sobre mi cuestión de Hunter.

Sobre algunos temas que habéis mencionado:

Sobre "¡insensato!"


Castel valora a los demás únicamente por ser capaces de entrar en su túnel, de comprenderle. Sin embargo, él es incapaz de valorar a nadie por lo que tiene de particular, solo los valora por lo que se asemejan a él o conectan con él mismo. Nunca por lo que son los demás, sino por ser en parte como él mismo. Busca que le entiendan a él, de una manera ilimitada, pero no parece que haga muchos esfuerzos por entender a Allende, a Hunter o incluso a la propia María.

Entiendo la metáfora del túnel como una modificación de la imagen de que recorremos nuestras vidas como si recorriésemos caminos, que se cruzan unos con otros, pero en este caso el camino de Castel está amurallado, él está solo en su interior y es muy difícil que nadie entre o mire dentro del túnel y le entienda. El resto viven sin túneles, en un mundo sin límites, y esto Castel no lo puede soportar. Tampoco soporta que María esté despreocupada, solo quiere verla en su túnel y si no nada. Le ponga o no los cuernos, en realidad no importa, el que ella no viva en un túnel paralelo al suyo que pueda unirse al suyo en un pasadizo final, sino en un mundo sin límites, ya es la máxima desgracia para Castel.

Una pregunta, sobre el capítulo XVI:

Absolutamente de acuerdo con tu análisis de Castel, Mylar, y lo que dices sobre Allende.
Sobre tu pregunta, pues la verdad que ignoro por completo la respuesta.

Mylar escribió:
A mí se me ocurre que, tal vez, para él sea...¿una "prueba definitiva" de que María le oculta cosas, datos...? Durante la novela, a veces María resultaba ambigua. Está claro que todo está en la cabeza de Castel y éste está convencido de que María le engaña. Le engaña todo el tiempo. Por eso, tiene que matarla...No sé