Leído el cuento de Cortazar. El ídolo de las cícladas. De alguna manera supongo que es un relato sobre la posesión. Venga, pongo el comentario en Hide, que nos falta una Bolindre por leerlo.
P.D. Nos faltan también, una Castlelita y un Marcoaurelio, que son superchulis, pero eso ya no depende de nosotr@s.
Un relato sobre la posesión, o sea posesión mitológica, ritos antiguos que se reactualizan, magia también, una que altera la mente. También la idea del ritual, del desnudarse para sacrificar. Aunque claro, descrito así, sería como estar olvidando lo que constituye el cuento mismo, el realismo y la manera de llevarnos con cierto detalle minucioso por ¿lo que acaso más que otra cosa son conversaciones? No exactamente, pues se nos muestra el hallazgo arqueológico (doble pues ella iba en topless), en torno al que girará la trama. Me llaman la atención en los diálogos las elipsis finales, o sea el hecho de terminar algunas frases con preposiciones que apuntan a algo que no es dicho:
«—Perdona, me distraje un momento —dijo—. Admitirás que todo esto. En fin, llegar aquí y encontrarte en medio de».
Es muy curioso también que Morand necesite llamar a Thérèse para que venga, justo antes de los violentos acontecimientos. A fin de cuentas, una vez enloquecido, poseso, le viene bien que ella haya venido, y con ello alcanzamos el macabro final. Creo que es ahí, en la frase que termina el cuento, cuando de pronto se nos dibuja todo él entero y comprendemos.