Hola chic@s, también he terminado El bosque de la noche. Aunque saltándome, lo reconozco, páginas aleatorias aquí y allá. Como comentáis, los personajes girando alrededor de una misteriosa y loquita Robin. Inatrapable, viajera, algo cruel, juguetona y triste. Una Jenny a la que le gusta robar, Guido, Felix, Nora que la alcanza al final, todos ellos a la espera o a la búsqueda de Robin.
Guido, un niño que nunca podrá ocuparse de sí mismo, según piensa su padre. Grande de corazón, no de inteligencia. El intento de educarlo en la historia y el pasado, me ha recordado a “Amor y pedagogía” de Unamuno.
Hay quizás algunos comentarios, digamos machistas, pero el libro está escrito por una mujer.
El doctor, creo que en conjunto habla quizás demasiado. Incluso él mismo lo remarca en algunas ocasiones. El hecho de que le gusta vestirse de mujer, me resulta interesante por tratarse de una novela de los años treinta. Siendo además buscado por los otros por su inteligencia, un inteligente que se viste de mujer. Quizás hay en la novela algo de amplitud mental adelantada a su tiempo, por esos detalles. Al final, el doctor dirá que ya sólo tiene para dar, cólera y llantos. De este modo, nos da para él un pequeño broche final, que no es precisamente bonito ni lo pretende, con él borracho y deshecho.
¿Es normal que una mujer haya escrito esta obra en 1936? No lo sé, pero un poco sí que me sorprende. Es decir, en una época en que había mucha más distinción entre lo que debían ser una mujer y un hombre, no distingo en ningún sentido creo, que sea la obra de una mujer. Y eso me gusta, me parece entrever a una autora muy amplia. Personalmente no me atrae tanto un libro tan basado en el diálogo, en el juego del comentario inteligente. No tengo claro si supo encontrar un final, no veo un cierre ni sorpresa al final o conclusión, quizás no hay nada que al final haga “click”. Aún así me quedo con cierta admiración hacia esta autora, Djuna Barnes.