Un poco de todo
Bolindre: Por mi parte no había mirado ninguna lectura más allá que la de la tragedia
Bolindre, tal vez no me he expresado bien y creo que me has malinterpretado (lo que no es ningún reproche) respecto a la literatura secundaria (era por si querías que os la mandase). Al igual que tú, mis comentarios se basaban en la lectura de la obra y lo que esta me sugería.
Ahora bien, llevo algún tiempo caminando por Grecia y por esas tierras me he cruzado con mucha gente. Algunos me han llamado la atención sobre algún aspecto, otros han pasado sin pena ni gloria, pero con otros,
los menos, he pasado un tiempo charlando al fresco. Y estos (Dodds, Fränkel, Colli, Trías, Racionero, Marzoa –aunque por estos lares no sea muy bien visto- o Aida Míguez…) han arraigado en mi mirada e inconscientemente afloran [de nuevo Edipo: libertad y determinación].
Aclaro esto para que no parezca que me lo he tomado como un trabajo académico, lo que no sería ni lógico ni honesto con lo que creo que aquí se juega –como me señaló Ksetram-.
Zolaris: Sí, Monterrey, para mí justo de eso va Repulsión, pero mi teoría rival es poderosa
En relación a Repulsión, es por lo que ha señalado Monterrey de que pueda ir sobre la belleza y lo siniestro. Que es lo que yo defiendo sin psicoanálisis, o mejor dicho, sin psicoanálisis como núcleo, porque creo que hay que analizar una película no la patología de una desequilibrada, que finalmente es hablar más de psicoanálisis que de cine, pero te respondo en ese hilo.
Respecto a esto, aunque no sea el lugar para hacerlo, te respondo por aquí porque
no me da la vida para otro hilo (fallo mío por traerlo aquí).
Si te he entendido bien, no creo que se trate en Trias de una teoría rival. En
Lo bello y lo siniestro trae a colación a Freud para dar luz sobre la experiencia estética pero no para subordinarla. Lo importante es la “comprensión” estética, si bien, en esta, como en todo su
sistema filosófico, no es posible un auténtico acercamiento sin que comparezca la sombra, el límite (así, en Grecia, no serían comprensible lo olímpico sin el límite, la sombra, que proporciona la
moira).
“Lo siniestro es condición y límite de lo bello. Es condición (sin su referencia el efecto estético no se produce; sin su referencia la obra de arte carece de vitalidad). Pero es también un límite: la patencia y exhibición de lo siniestro (cruda, sin mediaciones simbólicas) destruye el efecto estético” (pág. 19).
Bolindre: No sé, yo prefiero un cambio
Enlazando con todo lo anterior: ¿has viajado hasta
El corazón de las tinieblas?
Breve pero gigantesca: Edipo (“¡El horror!, ¡El horror!”), Trías, Coppola…
Lo dicho, os dejo que el deber me llama y gracias de nuevo.