El Gólem. Gustav Meinrich.
Voy con un comentario, digamos esotérico. Lo que sigue no va en spoiler, porque sólo he leído la primera hoja de la novela y ya en ella hay varias referencias importantes, voy con la que sobresale para mí:
La “piedra”, se nos nombra ya en la primera página de la novela, al menos tres veces. La piedra o “lapis” es acaso el símbolo más insigne de la “alquimia”. Pues reúne la perfección alcanzada con el “segundo Mercurio”. Es decir, la “piedra” supone la solución a todo lo esencial para el alquimista: amplificando sus años de vida, su salud, al tiempo que su inteligencia en la comprensión de los fenómenos de la naturaleza. Por lo tanto, me parece el autor nos está dando ya una clara pista de en qué va a consistir “la obra”. “La obra”, supone para los alquimistas la síntesis que nombra sus procedimientos y maneras de hacer. Es decir, hablar al comienzo de “la piedra”, es ya un indicio de que el autor se nos presenta como “alquimista”. Lo pondremos a prueba leyéndole.
No sólo eso. En ésta primera página ya nos da una primera solución personal al enigma de “la piedra”. La imagen de una piedra similar a la grasa, “crece en mi cerebro hasta alcanzar una proporción monstruosa”. Mi padre, que siempre se ha llamado a sí mismo “alquimista” decía: “no, no lo busques en abstracciones sino justo al revés, todo está referido al cuerpo y es concreto”. Entonces, ¿dónde tenemos los humanos una “piedra”? “Evidentemente” la cabeza es una mole de piedra- hueso rellena.