Ya lo acabé también. La última frase del libro, Justine, me parece que está muy bien:

La vida está llena de silencios, espacios de los otros, a los que no tenemos acceso. Incluso la vida misma es misterio, o sea un lugar lleno de silencios, de palabras ocultas que están más allá de las páginas que podemos leer.


Es un buen adelanto, ese. Nos va a sorprender entonces con lo que ya creemos haber entendido. Al rellenarnos esos espacios vacíos, visto desde los otros personajes supongo.

De acuerdo en todo contigo, Castlelita. Por el prólogo, yo creía que iba a ser un intento de imitación barata de Joyce y Proust, y pienso que no es una imitación barata, sino un haber aprehendido algo profundo de ellos y seguir su estela. Ya los nombró en esa introducción intentando distanciarse de ellos, no sé si mostrando realmente que eran su referencia.
Alma, yo he tenido épocas fuertes de intensidad con la cábala, realmente con lo esotérico en general, y siento mejor no hablar de ello al menos de momento. Si algún día sientes que llegó tu momento, si quieres hablaremos de libros.

Ksetram, sobre la Cábala, y libros de esoterismo en general, podemos hablar cuando a ti te apetezca, y si no quieres por el foro, mándame un privado

Ayer terminé Justine y empecé Balthazar. Sigo sin saber el nombre del narrador (Castlelita, nada de spoilers!!!).
Quería recomendar, a quien aún no lo haya leído, el Rubaiyat de Omar Jayam. Ahora que los días son más largos me acuerdo de él. Me llevó a él Platero y yo, en el que aparece citado.

Hola chic@s, yo aún no he podido empezar Balthazar, ese findee le daré un poquillo.

Alma pues Omar Jayam no lo había oído nunca la verdad, he visto en internet que es un persa del s.XI, madre mía. Es curioso que lo cite Juan Ramón Jiménez. Juan Ramón hacía traducciones en las que cambiaba todas las "g" por "j" y cosas así. No les parecía bien que hubiese diferencia entre las grafías y cómo las pronunciamos.

Pues tienes que leerlo, está muy bien. Es un libro de poesía, bastante corto, y sencillo (nada de ampulosidades a lo Byron). Gozar de la vida, del vino, del olor de las rosas... Es un auténtico placer. También lo fue releer Platero y yo, al cual cogí manía en el cole, pero ya está superada.

Edito: llevo días pensando en a quién me recuerda la prosa del Cuarteto. ¿Habéis leído a Nabókov? Diría que tiene un aire.

Pues suena bonito ese persa así tan poético, Alma. Yo no he leído a Nabókov.
He estado leyendo. Esa visita en barco a la isla, esa visita de no digo quién, tiene mucha tela, y es casi nada más empezar Balthazar. Castlelita, creo que te referías a eso!? Creo que dijiste que al empezar ya sabíamos quién era el narrador? O por lo menos dijiste que no era Mountoulive?
Marcoaurelio, cuando hayas leído esa visita dilo y lo comentamos los cuatro, ¿vale? Dijísteis que iríais esta semana despacio, pero está a poquitas páginas del comienzo.

A mí la visita no me ha aclarado gran cosa. Estoy por pensar que el nombre del narrador no ha aparecido, ni sé por qué Castlelita dice que no es Mountolive. Vaya, que sigo igual. Tal vez ella haya leído más.

Alma escribió:
Sí, puede ser. Yo tengo curiosidad de que lo hablemos los cuatro, tranquilamente, sin prisa y cuando se pueda.

Alma escribió:
Ummm...interesante conexión. Puede ser. Pero ¿qué te recuerda? ¿su manera de escribir o el tema en sí? Estoy pensando en Lolita, es un amor al margen de la moralidad, Justine, también. Son novelas amorales ¿no? No sé ¿qué piensas?.

Casi no he podido leer nada esta semana. Os dije que Montoulive no es el narrador, pero yo tampoco sé quién es. En la parte III de la primera parte, página 53. Estáis a punto si no habéis llegado ya...Eso y la nota del autor.

Yo también odié a Platero y yo en el colegio. Hay libros que necesitas cierta experiencia vital para valorarlos. Al menos, eso me ha pasado a mí

Edito: gran recomendación el Rubaiyat, Alma.

He empezado la II parte de la primera parte (parece el diálogo de los hermanos Marx), así que pronto llegaré. Supongo que Mountolive aparece por allí como un personaje más.
Sobre Nabókov, pensé en él, más que por la temática, por la forma de narrar, por los recovecos mentales del narrador. No llega a ser tan introspectivo como Wolff, ni como Proust, pero su forma de percibir las cosas, con cierto uso de la poesía junto con un sentido del humor a veces cínico y ácido, amargura interior, carácter solitario, la manera un tanto despiadada en que se refiere a los personajes, pero no exenta de ternura, me llevan a pensar en Humbert o en el narrador de Ada o el ardor (que no llegué a terminar no porque no me gustara sino porque es larguísima).