raven escribió:
Pues no sé si conoces los interesantísimos "split brain experiments" de Sperry y Gazzaniga.
Resumiendo, a algunas personas les amputaron el cuerpo calloso, que comunica los dos hemisferios del cerebro entre sí, para tratar ciertos casos graves de epilepsia. El resultado es que el paciente parece una persona normal, es perfectamente funcional, pero ciertos experimentos dan resultados curiosos.
Aquí hay un resumen interesante:
neuwritesd.org/en-espanol/dos-cerebros-e...el-cerebro-dividido/
Pero hay una serie de experimentos en particular que creo que tienen mucho que decir sobre los deseos incoscientes y el papel de la consciencia. Dejo una cita que creo que da mucho que pensar:
https://www.edge.org/response-detail/11513 escribió:
Neuroscientists have devised clever experiments in which information is provided to the right hemisphere (for instance, pictures of naked people), causing a change in behavior (embarrassed giggling). Split-brain individuals are then asked to explain their behavior verbally, which relies on the left hemisphere. Realizing that their body is laughing, but unaware of the nude images, the left hemisphere will confabulate an excuse for the body's behavior ("I keep laughing because you ask such funny questions, Doc!").
Sperry y Gazzaniga sacaban de esos experimentos la conclusión, no de que existían experiencias inconscientes, sino de que en esos sujetos existían dos esferas de conciencia separadas. Si entendemos que lo que unifica todas las experiencias que tengo en un momento dado es la existencia de un suceso mental que consiste en conciencia de todas esas experiencias (como defiende, por ejemplo, Derek Parfit), podríamos decir que en esos sujetos se dan, en las circunstancias adecuadas, dos sucesos mentales cada uno de los cuales consiste en conciencia de distintas experiencias. Simplificando mucho podríamos decir que en esos sujetos hay algo así como dos mentes (pero esto hablando coloquialmente y simplificando muchísimo).
Pedro Pablo escribió
Principalmente las secciones 3.1, argumento del espectro invertido contra el conductismo, el funcionalismo y el fisicalismo y 3.7, a favor de un vacío explicativo.
Brevemente, el argumento consiste en lo siguiente. Imaginemos alguien que percibe el espectro invertido, por ejemplo, que ve el rojo como verde y el verde como rojo. Esta persona sería indistinguible de una persona normal, en los tres sentidos siguientes, por orden de fuerza argumentativa, de mayor a menor:
a) En la conducta: sería la misma en cualquier situación, por ejemplo, las dos personas dirían que los tomates son rojos y los pepinos son verdes. Por tanto la mente es algo más que comportamiento (contra el conductismo).
b) En la función cognitiva: el reconocimiento e identificación de colores sería el mismo. En consecuencia, la mente no se reduce a sus funciones (contra el funcionalismo). En particular, la mente no se puede reproducir en ordenadores.
c) En el cerebro: la diferencia de percepción sería inexplicable en términos de procesos físicos (contra el fisicalismo, o, al menos, a favor de un vacío explicativo entre lo físico y lo mental).
Creo que conductistas, funcionalistas y muchos fisicalistas dirían que no tiene sentido considerar una situación de qualia invertidos. Son situaciones totalmente imposibles de verificar. Ni siquiera el que la padece podría saberlo. De hecho, no podemos ni siquiera explicar en que consiste ver verde, y en que se diferencia eso de ver rojo. Es interesante, por ejemplo, la posición de Daniel Dennett, que incluso niega la existencia de los qualia.
Las situaciones que sugiere Elías (como la de la jaula del león) sí que serían verificables, pero todo apunta a que en esos casos sí que habría diferencia en la actividad cerebral. Al fin y al cabo, la actividad cerebral parece ser necesaria para que echemos a correr o nos pongamos a temblar, y esas cosas sucederían si viéramos la jaula abierta. Un caso de qualia invertidos sí que sería perceptible para el afectado si este se produjera a lo largo de su vida (es decir, si en un momento dado empezara a ver como verde lo que antes veía como rojo). Pero eso, presumiblemente, afectaría a su actividad cerebral. Al fin y al cabo, podría decirnos que le ha sucedido eso, y parece que la actividad cerebral tiene su papel en el acto de hablar.
Sin embargo, no todos los argumentos basados en la idea de los qualia invertidos o similares requieren que estas situaciones sean verificables. Para algunos basta con que sean concebibles. Si una situación de qualia invertidos es lógicamente posible, eso significa, por ejemplo, que los estados cerebrales y los estados mentales no pueden identificarse a priori. En este sentido es interesante el argumento de Kripke, que imagina un mundo en que las personas fueran exactamente iguales a las de este pero careciendo de conciencia fenoménica (lo que en filosofía de la mente se suele llamar zombies).
Elías dijo:
Pero insisto, otra cuestión es la que planteo y que a mi genera bastantes dudas. ¿ Qué pasaría si el mundo del sentido no tuviera conexión con la actividad cerebral? O dicho de otra forma, sin cerebro y sin actividad cerebral no sería posible el pensar ( en este sentido habría una conexión) pero qué pasa si el contenido de lo pensado no tuviera conexión alguna con la actividad física cerebral. Es decir, si resulta que con una misma actividad cerebral , o con un mismo estado físico del cerebro, se pudiesen poseer mundos del sentido diversos. ¿No implicaría ello que de alguna manera el mundo del sentido está “desconectado” del estado físico del cerebro? ¿No estarían apuntando esos resultados a cierto dualismo?
Eso sin duda haría el dualismo más plausible, pero no lo demostraría. Algunas formas de monismo son compatibles con dicha situación. Un ejemplo es el monismo nouménico (
revistascientificas.us.es/index.php/themata/article/view/593), defendido por Pedro Jesús Teruel. La idea, expresada en términos kantianos, vendría a ser la siguiente: Los estados mentales percibidos por introspección y los estados cerebrales correspondientes son distintas representaciones de una misma cosa en sí. Por lo tanto, en la situación que Elías describe, podría resultar que dos cosas en sí distintas dieran lugar a dos representaciones idénticas en forma de estados cerebrales pero a dos representaciones distintas vía introspección.
Saludos.