Silvanus escribió:
Ariel escribió:
Alma. Coincido con la frase de Friedman, aunque no me siento atraído por los postulados de la Escuela de Chicago.
En la lucha por la igualdad se pierde la libertad. Primero, libertad. Porque no hay igualdad entre los no libres.
No sé muy bien a lo que te refieres cuando hablas de “perder libertad”. Porque para perderla hay que tenerla. Por tanto, hablas desde el privilegio.
Pensémoslo: ¿acaso esa ecuación sirve para todo el mundo? Por ejemplo: ¿los inmigrantes, en su lucha por la igualdad, pierden libertad? ¿Y cómo podrían perder libertades si en realidad no la tienen? ¿Cómo tener libertades si primero no se tiene igualdad? Para ejecutar la libertad, para que esa libertad sea efectiva, ha de haber igualdad.
Lo que no hay es igualdad entre los libres y los no libres. Y existen partidos (PP, Ciudadanos y Vox) que, atacando la igualdad, crean personas no-libres.
Saludos.
Hola, Silvanus.
La última línea de Ariel resume en un lema uno de los postulados liberales. Dicho de ese modo, puede resultar aberrante.
El liberalismo parte de la libertad de todos los ciudadanos. En consecuencia, no hay inmigrantes en lucha por la igualdad. El mero estar presente en un territorio enmarcado en un Estado liberal te otorga ya la libertad de hacer de acuerdo con tus intereses. En este sentido, todos los ciudadanos son igualmente libres. Y no hay fronteras, ya que tanto los que están como los que llegan poseen los mismos derechos. Estos últimos, por el mero hecho de llegar.
Al margen de lo anterior, a efectos prácticos no encuentro utilidad a dirimir si la libertad es antes o lo es la igualdad (no niego que pueda tenerla en un sentido analítico). Simplemente, los individuos de una comunidad, sobre la base de la igualdad jurídica de los actuales integrantes y de los futuros, que debe presuponerse y aceptarse unánimemente, promulga la libertad para hacer, pensar y decir de todos ellos, junto con una serie de normas básicas que regulen la convivencia, etc, etc.