Esta versión de Misery and Gin se la dediqué hace unas semanas a una princesa que colapsó de loco amor.
Está se la dedico a un príncipe con ojos de azul desbocado, un tipo de cuerpo gigante y mente de niño, con el que viajo en un bus que transita de noche.
- Siéntate aquí conmigo
- Vale. ¿Hablamos un poco y luego me dejas leer?
- Sí. ¿Has cocinado algo bueno?
- No se me da muy bien cocinar. No sé hacerlo.
- Hay libros para aprender, grandes como ese.- Señala las lecciones de filosofía de Hegel que mal sujeto con el bolso y el abrigo, sobre mi regazo.- ¿por qué lo tachas?
- No lo tacho- Me rio- lo subrayo, pero el bus se mueve demasiado y a veces se me escapa el lápiz.
- Claro.
Después me dejó leer mucho rato. Inmóvil en su asiento, como una enorme estatua encajada en un hueco ínfimo, solo dejaba de mirar la moneda de cinco céntimos que atesoraba en su mano para girarse hacia la ventana y saludar a algún coche que pasaba. En algún momento me atrapó la curiosidad
- Me encantan los camiones. Estoy estudiando. Voy a ser conductor. Susurra a oscuras en el bus de las 6:50. También me gustan mucho las mujeres.
- Las mujeres son más guapas que los camiones.
- Sí, mucho más.
Vuelvo a las páginas, un pelín deslumbrada por la pantalla del móvil del viajero del otro lado del pasillo. Lee algún fragmento del Corán. Lo recita recogido en su asiento, apenas se escucha su voz tras la mascarilla. Por su ventana se ve partirse el cielo oscuro atravesado de mañana. Inclino la cabeza sobre el respaldo, sin darme cuenta he movido los dedos, saludando a un camión que pasaba.
Xna, no mientas, sabes que escribes de una forma espectacular, es imposible que no lo sepas. Cuando contabas, yo estaba observandoos en el asiento de enfrente vuestro, no me he perdido detalle.
De Misery And Gin me quedo con la interpretada por Merle Haggard, al que no tenía el gusto de conocer. Esa canción me ha traído recuerdos de otro cantante y otra canción, que desde que la conocí, hace unos cuantos años, no he olvidado. Siempre, por un motivo o por otro reaparece en mi memoria. Supongo que muchos la conocerán, he debido ya ponerla por aquí alguna otra vez.
Hola, valee me animo a poner también yo música viernosaaa. Si dijese que me han gustado vuestras canciones no me sentiría bien por mentir, jaja es broma.
Y Bolin? Bolindre no ha puesto canción y yo llego muy tardeee, en fin, aquí seguimos en la vida y todo esoo
Por mi parte no voy a ser original al apretar el botón de la máquina de canciones del Das Ereignis,
(em… era así Xnaa? Eso creo xD
Un clásico, U2 me molan, valeee
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Mensaje desatasca canciones, para que se vea el post de Bolindre, que está desaparecido en el agujero negro que a veces se nos cuela. No podemos ser tan espirituales filosofales, porque producimos fenómenos paranormales en el mundo, leñe, os lo tengo dicho!
Érase una vez un viernes por parte de vierneees, algunos foreros habían aparecido menos que de costumbre últimamente, quién sabe si por las crisis internaciona-europeas y todas esas cosas de los adultoos y de los matrix que nos presenta el mundooo, ya recuerdoo, yo seguía siendo bajito, más genial aún que antes y ya nada me importabaaaaa porque sabía que la vida era de mantequilla con mermeladaaa como los buenos desayunoos y que todo era respirar hondooo y rendirse a ser, o a lo mejor no porque así de pronto ya no sabía nada…
holaaaa, venga pongo canción en la máquina del Das Ereignis Bar!
La vida mantequilla y mermelada? Mejor pan con aceite y jamón.
Me voy a pasar a los desayunos, en el "das ereignis" tras una noche de loco amor, marchandou uno de ibérico, pata negra
Otra vez viernes, caray, y eso que me gustan mucho.
En mi caso descansar del mundo laboral, que es justamente el lugar en el que el sujeto funciona mediante reglas ajenas e impuestas (Aúpa Marx). Pero a ver, es que hay tantos viernes que ya empecé a preocuparmeeee. Porque si se gastan, oh dios mío, si sólo hubiese martes y miércoles por ejemplo, sería el acabose y nada menos que, el fin de los fines de semana.
Desde luego, rectifico que la vida sea de mantequilla y mermelada, faltaba ese jamón como dijísteis, coleguillas.
Venga, lanzo moneda desde aquí a dos metros en la barra del bar y acierto en la máquina de canciones, leñe así de lejos no sé cuál habré puestoooo
