Menudo paseo monumental. Te has tomado la botella de grog bro. Descansa. Yo me voy de viaje ahora mismo.
Tengo el vinilo con los Thou. Entre la filosofía continental más oscura y el pragmatismo americano. Debe de ser por la influencia francesa en Nueva Orleans.
Llevo nosecuantos mensajes intentando enviar. Mi portátil hizo plof y de ahí a navegar por el mundo virtual como que no se me da. Estoy con el móvil y es muy demencial querer escribir algo con vídeo. Si vas a copiar vídeo se te borra lo escrito. Si estás escribiendo y quieres poner un vídeo te pones a intentar decidir si lo que escribiste merece la pena ser borrado priorizando el vídeo. Y así in aeternun. Hasta que te hartas y, venga va. Lanzo esta maravilla de peli que acabo de ver en la Casa de América. Maravilla.
Vuelta apresurada a la estación "Término del mundo". El suburbano hace que desarrolle mi esquizofrenia social provocando una confrontación entre mi "yo personal" y mi "yo social". Basta limpiarse las legañas para ver que todo dios es cada vez más parecido, que todo el mundo repite las mismas perogrulladas y las cuatro consignas aprendidas por desidia, que las excentricidades son clónicas y se repiten de bar en bar, de pandilla en pandilla, cruzan de unas vidas a otras como "crossovers" regurgitados y vueltos a tragar para ver, en fin, que a los guionistas de nuestra sociedad tele-cómica se les acabó la inspiración hace mucho o que nunca tuvieron, que la inconformidad a la baja lo invade todo en el chabolismo intelectual. Una mierda, coño!
Voy al bareto. Allí, la inevitable pegada de hebra con otros despojos de similar pelaje al mío, camaradas de la misma cabaña lanar, encuerada y de mal agüero harán que los sudores, la ansiedad, el leve sentimiento de culpa sean diluidos con rapidez por los revitalizantes tragos, fresquitos, de la cerveza.
En compañía de sus amistades puede uno, mientras se diserta con diletantismo sobre alguna de las infinitas cosas que se ignoran, tomarse unos tragos moderados de whisky de malta o algún brebaje equivalente.
Moderadamente quiere decir sin acabar saliendo a cuatro patas por la puerta.
Framiza
Vuelta apresurada a la estación "Término del mundo". El suburbano hace que desarrolle mi esquizofrenia social provocando una confrontación entre mi "yo personal" y mi "yo social".
De acuerdo multiplicado por tres. Muchas veces pienso que el yo social es pegajoso e incrustado, inyectado, estandarizado ("introyecto" lo llama la psicología gestalt). El "yo personal", no estoy seguro de si siempre sabe a uno mismo. "Sabe" de sabor, que como estudiáis filosofía os vais al concepto, al concepto, pero hablo del sabor. La Ontología es el sueño que el niño "ser" tuvo de sí mismooo. Esta vez sin necesidad de asno ni burrito ni nada, jolín.
Lanzo o se me cae, recojo la monedita del límpido suelo materialista que nos sostiene y augh goool!
Gran sensibilidad que sabe dar brío, dar brinquitos como un niño y también ser sutil, este Grieg:
Por fin se acaba el puente. En un rato sonará el despertador y con alegría afrontaremos el gozoso trabajo.
Lo anterior no debería poder ser dicho ni pensado. Debería ser inconcebible, imposible. Necesidad y deber de no ser. Que pueda pensarlo y decirlo me confirma que recorro el camino equivocado.
Hoy me he encontrado otro manuscrito en los archivos de la Biblioteca Pediátrica de Todtnauberg, cuna del APA.
EL AMOR DE W.B., al estilo de Achille Campanille.
ACTO ÚNICO
PERSONAE
W. BENJAMIN
LA AMANTE
Noche profunda. Coqueto restaurante berlinés. Luces doradas. Música de violines. Olor a siemprevivas.
W. BENJAMIN: ¿Champagne, señorita?
LA AMANTE: No, señorito. Butifarra.
Estoy contigo Futaki, deseando que suene el despertador. Una pena no tener un esclavo que te haga el desayuno por las mañanas. Una suerte tener una cafetera súper-automática (si no te gusta alguna tilde, no hace falta que te arranques los ojos).
Shit, no me carga el BBCode Editor, Jopé. Pues eso, que venía a apoyarte, aunque yo soy la jefa y me pongo mis propios horarios . Una song para estas horas, no tengo sueño y me espera una noche corta.
Hoy me han echado del trabajo. Pero tenía que pasar. Yo pienso que es por hacer las cosas de la manera en que a mí me parecen justas, y no como les parezcan a los demás, pero eso es falso. Actuamos siempre como debemos actuar. No hay elección. No hay oportunidades. No hay nada.
Bueno, está Frank.
¿Ocurrió esto alguna vez o no ocurrió nunca, ni en ningún lugar?