Lapidario, no ha sido por falta de tiempo desde que me la recomendaste, pero ayer empece a ver Paranoia Agent. Llevo dos capítulos y ya me tiene flipado. De momento, todavía estoy conociendo a shonen bato, pero sospecho que no será lo que parece...
Jeje, síp, ya verás que hay un par de giros de guión al respecto... De esa serie me flipa también la banda sonora, por cierto.
Y tanto! De hecho la he estado escuchando esta mañana
"Hablando con las fieras del zoo, sólo yo hablo; ellos suelen mirar [...] Cuando era un crío, ¡vaya una mierda! Lo consiguistéis: me jodistéis bien; la zancadilla nada más nacer. Así es como se crece bien: con empujones para no pensar y una bomba bajo la almohada [...]"
Escuché esta canción en casa, cuando mis hermanas estrenaron su primer tocadiscos. Me recordaba un no-se-qué de añoranza a mi Asturias querida, aunque ya bien sabía que se refería a otra costa. Me gustó mucho esa voz templada y abrazadora. No era precisamente su disco uno de los que ellas ponían en los guateques que se hacían en casa, su música no era nada bailable, pero exceptuando esos guateques, en casa se escuchaba a menudo. Nos gustaba a todos. Este disco, Mediterráneo, me ha acompañado durante la friolera de 40 años y aún no ha envejecido en mis manos. Creo que ya no va a envejecer nunca, y siempre agradeceré escuchar alguna de sus canciones como bálsamo y cura para lo que sea, antes desamores, contrariedades, ahora melancolías, ausencias o simplemente porque sí.
Podemos estar orgullosos de este monstruo de la canción, nada que envidiar a los Springsteens, los Stones o los Dylan, sin desmerecer a ninguno de ellos, por supuesto. Y si encima este final de su etapa musical está acompañado por "mi" Sabina, todo se redondea mucho mejor.
Revisando un disco como el debut de los Burning: Madrid (1978), y escuchando las letras ahora que está en el candelero el asunto de la libertad de expresión, llama la atención especialmente la de Jim Dinamita: ....para tu papá soy como un mal sueño...a una guiri violé al salir del talego, y me llenó de plata por todo ello...
Ésta era una de las canciones que mas bailaba en los locales donde iba con mis amigas, la contábamos a voces. Entonces tenía un novio que me decía que si me volvía a ver hablando con no sé quien me corría a hostias por la calle. En casa, cuando comentaban lo de mis tías, a las que les zumbaban sus maridos, mi padre zanjaba siempre con un "eso les pasa por enamorarse de un chulo". Convivíamos con ello, estaba interiorizado, casi normalizado, aunque nunca volví a bajar en moto por El Paseo, me helaba la sangre pasar por delante de la casa de esa chavala a la que su ex-novio se cargó a puñaladas aquel verano.