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TEMA: El tiempo..digresión.

El tiempo..digresión. 20 Jul 2020 22:38 #56535

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Una de las experiencias más importantes de las que disponemos los seres vivos, digamos y, en concreto, los humanos como integrantes del mundo de lo vivo, es la del tiempo. La experiencia del transcurrir, el devenir, la sensación de que todo fluye, se mueve, la duración de algo. Una observación que se acumula o muestra una experiencia que a su vez sedimenta en una memoria del tiempo. El tiempo así, es una realidad, algo absoluto y objetivo que existe porque lo hemos creado nosotros.
Pero también algo que existe en sí mismo y, cuando es cantidad y medida, siempre tiene que ver con el cambio y el movimiento de las cosas, los planetas y las estrellas. Un reloj, mismamente, no hace sino devorar un montón de cosas de esas.
¿Qué otra cosa podría ser el tiempo si no fuese tiempo? Una materia, una sustancia, un principio, podría ser deseo, inquietud, ansiedad, sensación, una existencia, una razón física, un algo neutro que va y que vuelve entre el tiempo y el no- tiempo con su muerte y final entre sus dos contrarios y consigue información de cualquiera de los lugares de "su triángulo": pasado, presente y futuro.
Dice Aristóteles que: "...y si de este modo, restamos tiempo del tiempo limitado que separa el ahora del mañana, llegaremos seguro al estado que existe".
Bajo el enfoque y punto de vista de la existencia de géneros no puede saberse si las mujeres y los hombres tienen idéntica experiencia del tiempo.
Una cosa es cierta, en todas las culturas del planeta, en sus primeras y recurrentes manifestaciones artísticas, es la idea de tiempo y de registro y cómputo del mismo lo primero que aparece representado. Y son líneas, no puntos.
No puede saberse si antes del tiempo había tiempo. No puede saberse, así mismo, si antes del primer movimiento hubo otros anteriores. El tiempo a la humana observación se piensa como una afección o un producto del primer cambio o movimiento de las cosas, de las partículas primordiales.
Si aceptamos, en contra de la tercera ley de la lógica -"no hay termino medio entre dos proposiciones contrapuestas"- que existe un término medio entre dos contrarios, ejemplo de ello podrían ser el "salto cuántico" en física o la "discontinuidad genética" en biología, y aceptamos la muerte o el final del tiempo entre los dos contrarios que lo generan, el tiempo y el no-tiempo, podemos encontrar razones para su origen, pero sobre todo podemos descubrir razones para su final o término.
No puede saberse que otra cosa, además del tiempo, podría existir más adecuada para la explicación del final y término de todo. Si algo, entonces, tiene que terminar en sí, como ello mismo, debe ser el propio durar y sucederse, el mismo avatar del suceso, el mismo sucederse en su hacerlo, es decir el tiempo.
Es, entonces, este mismo hecho y experiencia del tiempo, presente en la mayoría de los seres animados, inanimados e inteligentes, su consciencia en ellos, la singular razón que puede explicarnos los finales y términos y no sólo en un sentido metafórico, mitológico y poético, sino en un sentido natural, físico, de observación y experimento.
El tiempo así, debe aparecer o antes (a priori), o después (a posteriori) o a través (per) de los cambios y movimiento de las cosas y debe confirmar por ello y según ello, las dimensiones de su triángulo: pasado, tiempo de antes a priori, su presente, tiempo a través, per, y su futuro, tiempo de después, a posteriori. Y podría ser, ahora que lo pienso, la forma de ese triángulo la razón más fehaciente que asegurase para nosotros la mejor o la peor manera de aprehensión y asimiento del tiempo. De la idea de la idea de tiempo. Hablar así de tiempo-triángulo equilátero, tiempo-triángulo recto, tiempo-triángulo isósceles o tiempo-triángulo escaleno.
Pero ahí no debe confundirse una cosa en sí, el movimiento, con la otra en sí, el tiempo. En una banda del conocimiento está el cambio y movimiento y en otra banda está el tiempo -como actual experiencia de lo eterno- que puede surgir y generarse a través (Per) de ese movimiento y constituirse en razón suficiente y separada -Metafísica- de la observación de cambio.
Entender el tiempo, ahora, como algo que se dirige a...como prescrito según una dirección, una dirección absolutamente indeterminada, una dirección hacia el futuro o hacia el pasado o hacia el interior del presente dimensional y como experiencia actual de lo eterno.
Tiempo así, puede dirigirse hacia el pasado, hacia un "infinito anterior", hacia una eternidad anterior y que esta dirección hacia el pretérito sería el lugar ideal para conseguir la serie de divisiones en la distancia hacia ese infinito pretérito que impidan que la flecha lanzada regrese a su arco -no impedir que alcance su destino- y a la tortuga impedir que regrese a su punto de origen no impedir que consiga su meta-.
El tiempo como algo que puede dirigirse también hacia el futuro y elucubrar, ahora sí, la idea de retorno, de regreso hacia el punto y lugar donde todo sucediera, el fin de nuestras peripecias, el término de nuestra vida y existencia. Y ahora sí, hacer de nuevo imposible la paradoja, parábola o aporía de Zenón de Elea.
Regresar, retornar hacia el presente desde el futuro, desde el lugar de nuestro fin.
Un tiempo, además que no entiende de "deber ser" ni de "estar ahí", que no debe serlo, según su mera participación actual de lo eterno y que no "sabe estarlo", debido a su instante que discurre.
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