Después de una noche intensa de trabajo, llegar a casa y por casualidad abrir el foro (que abro menos veces de las que quisiera reconocer), el encontrar este hilo ha significado un regalo fenomenal para el resto del día. Quisiera compartir un breve extracto de una "obra de teatro" que he publicado recientemente (bajo pseudónimo, no bajo mi nombre real, que es el que utilizo en este foro). Y descuidad, no diré el nombre ni indexaré nada.
___
HECHOS
(Bajo el fulgor de la luna, la estructura del espacio se despliega y transforma ante nosotros, donde las sombras parecen cobrar vida y las voces resuenan, también contra nosotros, con eco profundo.)
EL DEMENTE
¡Oh joven de corazón inquieto! En tus ojos vislumbro la encrucijada de las Moiras, aquel hilo del destino aún sin cortar. Veo reflejado en tu mirada el eco inmemorial de las pasiones de juventud, ¡y que yo ya domé!; te sé en el desafío de enfrentar a un cosmos incomprensible. Pero tu sombra, ¡ah, tu sombra clama, revela una carga, un mudo tormento que trasciende la eternidad!
EL JOVEN
¡Silente! ¿Te atreves, oh viajero de las psiques, a descifrar mi ser? ¿Pretendes, con palabras finitas, describir la inmensidad de mi espíritu? Siente el fragor de mi pecho. Conozco el linaje desde el cual provengo y al cual retornaré, mas no permitiré que lo profanes en embuste con tus augurios.
HECHOS
(El ambiente se torna aún más cargado, ennegrece si cabe, y el titileo de la bóveda celeste cesa, pareciendo que asomasen los dioses prestados atentamente a este duelo verbal desde el Olimpo.)
EL DEMENTE
Tu fuero es intenso, sí, y arde con vehemencia. Mas recuerda que, como Ícaro, uno sí puede elevarse tan alto que acabe consumido. ¿Acaso no atiendes a las consecuencias de tus actos? Has de saber que aquí esencias de entes, que buscan alimento, se presentarán como súcubos, o como falsos débiles adversarios. En tu lucha con el tiempo ellos cultivarán su fuerza, siempre que ello fuerce una merma de ésta en ti. No busco ser tu guía, joven, sino un espejo que portes de lo que podría ser. Un recuerdo de tu tez, un atisbo de las consecuencias de la arrogancia y el desdén. Eres libre, sí, pero también eres mortal.
EL JOVEN
¿Qué podrías tú, ente del pasado y del futuro, conocer de mis pesares y anhelos? ¿Suficiente? ¿No buscas, quizás, beneficio propio al ofrecer tu aparente sabiduría? Los hombres, mortales errantes, siempre han buscado descifrar al otro, como si, en esa comprensión, hallaran respuestas a sus propias dudas existenciales. Pero ¡ay!, todos estamos condenados a una soledad infinita, ¡a un abismo insondable! Otros quizá buscarían tu guía, pero ese no seré yo. Poseo un anhelo, una remota caricia del destino, una claridad que trasciende la luz del sol y la luna: el entendimiento, nacido en la oscuridad misma. No soy tu enigma, no soy tu marioneta. Mas en orgullo soy libre, como el vuelo del águila en las alas del cárabo que surca en penumbra la bóveda celeste, sin necesidad de luz para ver el horizonte.
HECHOS
(La luna majestuosa ilumina la escena, proyectando las sombras de dos figuras en un contrapunto eterno. EL DEMENTE, con una imponencia divina, interrumpe el curso del tiempo y del habla de EL JOVEN.)
____
A todos, un saludo.