Erbonono escribió:
....Y qué golpe (otro más) para alguien como yo, un escritor que no escribe. Con escrituras como ésta es casi una falta de respeto ponerse a escribir. Una nueva excusa (otra más) para retardar el enfrentamiento con el proyecto de escribir una novela, un deseo, una ilusión que me acompaña desde siempre, y que temo frustrar por incapacidad.
A mí también me da vueltas lo de escribir. En mi caso sin ambición literaria. Me interesa la materia (mis vivencias), parir una especie de retazos de autobiografía-ficción. Rememorar, elaborar, cambiar, mejorar, crear, inventar,.. quizás sin estructura siquiera. Colorear algunas vivencias, abrirles nuevas perspectivas u horizontes, cambiar los finales, o las interpretaciones, el sentido,.. Casi siempre he vivido tenso, con temor,…ahora me apetece revivir lo vivido (ya sin temor), recrearlo, intensificarlo, atribuirle nuevos significados, dejar que pase, que cobre nuevo sentido y, conscientemente, reapropiarme de mí mismo, con nuevas conexiones con el mundo, para ser mejor.
Durante la adolescencia escribí un par de diarios. Necesitaba comprenderme a mí mismo, cosa imposible en aquel momento. Los escondí para que no fueran fácilmente accesibles. Veinte años después los releí un fin de semana que mi mujer estaba de viaje. Entonces entendí que en su momento los había escrito para mí mismo, para que en ese futuro –que ya era un presente- pudiera alcanzar una mayor comprensión y hacerme compañía yo mismo. Sucedió algo con una cualidad muy especial. Es como si el adolescente y el adulto se fundieran en uno solo, ese alguien en quien buscaba el adolescente comprensión no podía haber sido nadie más que él mismo adulto. Tuve la sensación de recibir un mensaje, un legado, que, una vez cumplida su misión, fue románticamente ofrecido a las llamas del hogar (era invierno).
Ahora me parece intuir algo parecido, pero en sentido inverso, en vez de proyectarme directamente hacia el futuro, me apetece más rescatar lo vivido e intensificarlo (convirtiéndolo en presente y futuro). En cualquier caso, la experiencia que busco es la de fusión, integración. Fusión del tiempo, de mi tiempo, pasado, presente y futuro, también del tiempo de otros; integración de mi mundo, con otros mundos posibles también.