Alma escribió:
Que no podamos hacer un escáner cerebral y que nos salga la etiqueta "esquizofrenia" no obsta para que la esquizofrenia exista y sea una enfermedad. De hecho, es una de las enfermedades psíquicas más fáciles de diagnosticar (y una de las más frecuentes) gracias a su cuadro clínico. Si no fuera una enfermedad, difícilmente reaccionaría a los fármacos (el tipo paranoide es el que mejor reacciona), y no cabe hablar aquí de un efecto placebo, entre otras cosas porque el enfermo muchas veces no desea ese efecto.
El hecho de reaccionar a psicofarmácos no demuestra que la esquizofrenia sea una enfermedad. Todos, sanos o enfermos, tendremos una fuerte reacción si tomamos un antipsicótico. El alcohol alivia la timidez, pero eso no demuestra que la timidez sea una enfermedad. Los antipsicóticos no curan la esquizofrenia, solo tienen efectos paliativos (¿para el paciente o para que no moleste a los demás?) al precio de efectos secundarios indeseados.
Alma escribió:
El caso de la depresión es más complicado, pero se distingue entre depresiones endógenas y exógenas. La depresión mayor ( endógena) es unánimemente considerada una enfermedad.
Y voy a revisar lo de la depresión porque hablo de memoria.
Que la depresión endógena es una enfermedad es una tautología, está implícito en el concepto. Lo que no está unánimemente aceptado es que existan depresiones endógenas, hay psicólogos que no lo creen, que piensan que todas las depresiones deben tratarse psicológicamente, no con fármacos. En estos temas no hay unanimidad, hay multitud de enfoques, hay infinidad de teorías sobre la naturaleza de la depresión (psiquiátricas, conductistas, cognitivas, psicodinámicas, psicosociales, existenciales, etc., etc.) y cada teoría tiene una propuesta terapéutica diferente.