Hola
Luis12: No tengo la erudición necesaria para poder citar al que propuso que el combate politico se libra también al nivel del lenguaje
Lo que me llamó más la atención de ese "principio de cooperación lingüística" en una interacción comunicativa, propuesto H. P Grice, y la máxima de cualidad referida a no decir lo que se crea falso o afirmar algo sin pruebas, es que al presuponerlo los intervinientes, se está dando cabida a la mentira. El propio principio crea el caldo donde la mentira nada a sus anchas. Y es realmente un combate que, extremado, arroja al odio y la violencia. Existe toda una retórica facilitadora, discursos que producen patrones y modelos que justifican esos sentimientos. Carolin Emcke, en "Contra el odio" habla de los "proveedores de odio" y los define como aquellos que jamás se comportarían de un modo tan desinhibido como los que gritan o producen desórdenes en las calles, pero "ocultan sus propósitos tras una fachada burguesa. Son los que se distancian públicamente del odio y la violencia y, sin embargo, les proporcionan en todo momento un fundamento retórico". De eso estamos viendo mucho estos días y durante toda la pandemia.
Dices Moira sobre la falta de quorum en el significado de "fascismo" y una de las características que aporta H. Arendt a su definición es el tener por objetivo acabar con el estado. Es curioso, en un fragmento de una entrevista de Foucault hablaba del juego entre formación de profecías y definición de objetivos en la obra de Marx, entre ellos la desaparición del estado, como una profecía errónea y eso ya me termina de descolocar. A día de hoy podemos apreciar tal objetivo en fenómenos tan dispares como los partidos nacionalconservadores o populismos de derechas de distintos países de la Unión, si entendemos que ese deseo de disolver se apoya en una idea homogénea de nacion, cultura, religión o de pueblo y también en organizaciones terroristas como el ISIS, y su objetivo de liberar a la comunidad musulmana de la "degradación". En todo caso, el odio no es natural sino que se inocula y comienza con según que retóricas y discursos.
Cómo lograr ese pactonde mínimos? Anoche en un programa Adela Cortina, tachada de ingenua por los comentarios de esta mañana, decía algo así como que igual que en publicidad no puedes vender las bondades de tu producto atacando al producto que te hace la competencia, algo así debía pactarse en política. En efecto, es una bella quimera.
Foucault a título individual y J. Butler desde el colectivo expresaron el termino "parrhesia" como ese hablar francamente que implica criticar determinadas opiniones y posiciones de poder. El desafío del término es que habla de verdad, en una posición de inferioridad y con riesgo para el que emite la crítica. No solo basta con decir la verdad sino creer en ella. Según Faucoult, quien dice la verdad es aquel que "toma la palabra, dice la verdad frente al tirano y arriesga la vida"
Por ahí una propuesta de pacto