Black Mask escribió:
A que te refieres con los discursos de buenismo, no te entiendo.

Pues al que has hecho tú mismo, y otros, hace poco.

Aunque los discursos de odio son particularmente "odiosos", porque son generadores de violencia y pongo dos ejemplos: los del integrismo islámico, los de la ultraderecha alemana.

Alma escribió:
Bueno, creo que definir mi post como discurso buenista es cogerlo con alfileres...
Sin embargo, equiparar a los que sufren la violencia con los violentos, hacer un discurso en forma de antidiscurso, no es ignorancia, sino mala fe. Me gustaría que me definieras buenista, pero para qué, ya voy viendo por dónde vas...esa equidistancia falsa, esa beligerancia difusa ya te sitúa.

Equidistancia falsa... Beligerancia difusa...
No mereces ni respuesta.

Que Alma me corrija si me equivoco, pero lo que quiere decir es que, siempre dentro del ámbito occidental y, por tanto, excluyendo otros entornos como el islámico, ambos discursos tienen los mismos contenidos pero formas justamente inversas: en la balanza entre "lo que se defiende" y "lo que se ataca" cada discurso visibiliza su correspondendiente sin proclamar abiertamente su contrario, situando el énfasis mediático en consonancia con un mensaje moralista y superficial que no supera un examen más pausado. Pero, por definición, su contrario, oculto o al menos presentado como secundario e irrelevante, va necesariamente implícito en su mensaje. El populismo se regula en el orden sentimental mediante el señalamiento y esta mecánica es la razón de su éxito, toda vez que parasite un discurso previo justamente sancionado por la sociedad, como las apelaciones a los derechos humanos o las soberanías nacionales. El ejercicio crítico sería aquí separar el grano de la paja, o curar al enfermo, pero eso ya depende de cada individuo, al que consiguen desactivar mayoritariamente diagnosticándole un mal de esclavo, opresión, marginación o cualquier otra dolencia legítima, pero a través de una caricatura verosímil y falsa. Curiosamente, en ambos discursos, ni lo que se persigue ni lo que, de facto, se consigue es alterar el statu quo en lo más mínimo, sino que más bien lo legitiman ya que son herramientas propagandísticas cuyo único fin es el rédito político. A fin de cuentas, no es más que otro de los muchos disfraces de la vieja demagogia de toda la vida.

Lo que no comparto es que un debate así empiece a dar síntomas acusatorios que avisan de una falta de respeto inminente. Podemos diferir en las ideas, y de hecho debemos, pero, por favor, evitemos enardecer el ambiente.

Un saludo.

O paras de grabar o te mato maricón

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El problema aquí no es este caso en sí, sino el uso que del caso se haga (y que ya se está haciendo) para sustentar ciertos discursos.

Corot escribió: ¿Te refieres a que se utiliza este caso para defender que los gays están discriminados cuando se trata de un caso anecdótico y uno puede decir que es gay en cualquier lugar y circunstancia sin ningún problema?

serchlobar89 escribió:
Ni lo uno ni lo otro, porque planteas la pregunta con una polaridad exagerada, aunque sirve para matizar. Me refiero a su utilización política y, por tanto, mediática, que alimenta el discurso que señala la civilización occidental como enfermiza y usa indiscriminadamente cualquier noticia para sus propios fines, ya sea visibilizándola para sustentar sus juicios, ya sea ocultándola para evitar la caída del castillo de naipes, ya sea deformándola para arrimar el ascua a su sardina. Por eso, el propio padre de este chico ha pedido que deje de usarse su nombre. También por eso, otros crímenes no salen con tanta facilidad a la palestra, en concreto aquellos que no suponen ningún rédito político y que hoy por hoy no vertebran ninguno de estos discursos. Pero, visto lo visto, es preferible que no se apropien de ellos.

Que hay discriminación homosexual no lo duda nadie. Que lo sea tal y como a menudo se expone, en forma y grado, ya es más que dudoso. Que eso signifique que la sociedad es homófoba y que debe ser reeducada a base de propaganda, difícilmente defendible. El cortocircuito se produce cuando se tira del hilo y se entronca este discurso con uno de mayor envergadura consistente en el desmantelamiento de Occidente, de sus principios y su realidad, que es de donde viene. Diría, a bote pronto, tres razones. Primero, porque es en Occidente donde han nacido esos principios que se dice son vulnerados sistemáticamente por el propio Occidente. Segundo, porque mal que nos pese la homofobia va remitiendo, como otras lacras, aunque sea extremadamente difícil precisar las causas. Y tercero, porque su receta no va más allá de lo mediático puesto que necesita autoafirmarse en un "simulacro" de generar nuevas estructuras de poder cuando lo que se pretende es ocupar la estructura de poder existente.