Alma escribió:
Sí, pero el problema sigue. ¿Tiene que demostrar él que yo miento o tengo que demostrar yo que él me ha pegado? Si no hay pruebas en ningún sentido, más allá de la palabra de uno y otro y una lesión cuya causa no se puede establecer, ¿qué se hace?
Entiendo que es tarea del juez (con el apoyo de los peritos psicológos de ambas partes) determinar la probabilidad de veracidad de la historia de la denunciante y del denunciado. Vamos, que cuando no hay pruebas físicas inequívocas lo único que es posible hacer es valorar la credibilidad de los testigos, la posibilidad de que se esté buscando un beneficio espurio, los antecedentes, la verosimilitud de la denuncia, el que existan o no cambios significativos en el tiempo respecto a lo denunciado... Pruebas "blandas", digamos. Pero vamos, que esto pasa en muchos juicios sobre muchos temas: el efecto CSI nos hace pensar a todos que si no hay ADN, no hay condena, pero no es ni de lejos así.