-En primer lugar cuesta acostumbrarse a las descripciones detalladísimas de la ropa de cada uno de los personajes que aparece en escena. Lo mejor es ignorarlas, de hecho he visto (por confirmar) que las descripciones son en sí carentes de sentido, se han probado varias combinaciones de marcas y productos mencionados y queda una cosa absurda.

-Después cuesta acostumbrarse muchísimo más al altísimo grado de violencia explícita de la obra. Sin exagerar, esta es la novela más desagradable que he leído nunca. No lo veo como algo positivo o como un incentivo para su lectura. Cuando vi de qué iba aquello y que las descripciones duraban páginas y páginas (Bateman, como psicópata homicida, tiene especial interés en ciertos temas), decidí leerlas en diagonal, por si acaso me perdía algo: no me perdí nada.
Insisto, es muy explícita y desagradable. Este es un contenido que se puede intentar omitir si, como yo, no te quieres "inmunizar a la violencia" pero aún así vas a ver más de lo que posiblemente te gustaría.

-Por último, aunque menor en comparación, también puede dificultar la lectura del libro su ausencia de una historia clara y estructurada.

Entonces, ¿qué nos queda?

Una novela divertidísima, también sin exagerar, hacía tiempo que no me lo pasaba también con un libro. Tiene un sentido del humor algo difícil de explicar pero que está muy presente en (casi) toda la novela. A esto se une algún destello ocasional, que nos hace pensar que, a lo mejor, el protagonista no es tan superficial y tan paródico como parece.