Tras la primera sesión, escuchada caminando, os trasmito mis impresiones.
Como dice Alma, se dibuja el contexto de la mujer en la Grecia clásica, en concreto en Atenas. Creo que, desde ese marco, abordará el pensamiento de algunas que debieron se excepción, lo es hasta el hecho de que nos hayan llegado noticias de ellas, veremos. Tal y como se definen sus circunstancias, eran un elemento relevante del patrimonio familiar por la producción de hijos pues era no válida para la economía doméstica ni para la toma de decisiones. Debía ser tutelada, vigilada y recluida en el interior del hogar, cualquier acceso a su cuerpo fuera del perímetro supondría la desestabilización y puesta en peligro de la propiedad del padre o marido. Es igual su cuerpo y sexualidad, pero no me toques los bienes ni me metas chavales de otro palo. Si una mujer era declarada adultera, incluso en casos de violación, la pena era la misma, podría ser vendida, yo creo que incluso regalada, devenía inhábil para su función. El hombre era otro cantar y su aproximación al matrimonio un deber para con su estirpe. Ya cuando no quedase más remedio. Por aquí unos consejos
“… A madura edad llévate una mujer a tu casa, cuando ni te falte demasiado para los treinta ni los sobrepases en exceso; ese es el matrimonio que te conviene. La mujer debe pasar de cuatro años de juventud y al quinto casarse. Cásate con una doncella, para que le enseñes buenos hábitos. [Sobre todo cásate con la que vive cerca de ti], fijándote muy bien en todo por ambos lados, no sea que te cases con el hazmerreír de los vecinos; pues nada mejor le depara la suerte al hombre que la buena esposa y, por el contrario, nada más terrible que la mala, siempre pegada a la mesa y que, por muy fuerte que sea su marido, le va requemando sin antorcha y le entrega a una vejez prematura” Los trabajos y los días. Hesíodo
Juraría haber leído algo de esto en algún azulejo de barro desde la barra de un bar de carretera.
La propuesta es amena. Inmersa en un seminario en diferido de T. Oñate sobre el nacimiento de la filosofía en Grecia y en uno de sus libros, también en la lectura de J. Butler y la escucha de muchas de sus conferencias (algunas traducidas al catalán, gracias Monterrey, me he aficionado a la uva cariñena del Priorat
)… la charla es balsámica. La docente es alegre y se maneja con soltura. Propone lecturas de textos que son comentados. Los alumnos que intervienen se conocen de otros cursos, hay ambiente participativo y sus aportaciones tienen que ver y esa entonación gallega, ay, que huele a mar, a redes secándose y se ven las nubes espesas bajando el monte, entonces crees estar ya en Mordor.
Inolvidables los últimos segundos de la grabación. El Teams nos ha devuelto a las conversaciones por la ventana o a las sillas a la puerta de las casas. Transcribo.
- Pues nada gracias
- Gracias
- Gracias
- Mira yo quería hablar un momento… ¿Se fue la profe?, ¿se fue? Es que yo quería hablar con ella. ¿Cómo se me fue?, ¡jobar no me da tiempo a nada! ¿Me puedes decir que dijo al principio?
- De todas formas, está todo grabado
- ¿Se fue la profe?, ¡menudo rollo!, es que quería preguntar varias cosas y no me dio opción y no son las ocho.
- Sí ahora son.
- Si ahora, pero eran y cincuenta y nueve. Bueno, me quede con las ganas…