Lo siento, he intentado escribir algo pero con el móvil soy aún más inútil así que os dejo un consejo del Spleen de París

«Embriagaos»

Hay que estar siempre ebrio. Todo se reduce a eso; es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo, que os destroza los hombros doblegándoos hacia el suelo, debéis embriagaros sin cesar.

Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como os plazca. Pero embriagaos.

Y si alguna vez os despertáis en la escalinata de un palacio, tumbados sobre la hierba verde de una cuneta o en la lóbrega soledad de vuestro cuarto, menguada o disipada ya la embriaguez, preguntadle al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, canta o habla, preguntad qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj os contestarán: «¡Es hora de embriagarse! Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos; ¡embriagaos sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como os plazca.»

Charles Baudelaire, «Pequeños poemas en prosa»

Marcoaurelio escribió:
Siiii, anímate, creo que nos divertiremos.

Acabo de ver El séptimo sello que viene ni que pintada para el tema que nos atañe.

El séptimo sello muestra mucho más que algunos libros. ¡Qué experiencia tan intensa! No me resisto a colgar algunos fotogramas

Zolaris escribió (en otro hilo, hace tiempo):


www.filosofiauned.es/index.php?option=co...2340&Itemid=72#71251

Marcoaurelio respondió:

Como en El séptimo sello Zolaris, una partida, una apuesta, en el film los dos ganan, el vivo consigue lo suyo (cierto grado de sentido y trascendencia en su vida mediante el acto altruista y la comprensión de la alteridad) y la muerte también se lleva inexorablemente lo que le pertenece desde el inicio de los tiempos.

Un saludo

Curiosamente El séptimo sello (film 1957) y el Gatopardo (novela, escrita entre 1954 y 1957) son de la misma época. Pero ¡qué evocaciones tan distintas sobre la muerte nos proponen estos dos autores!. El primero nos muestra el horror de la guadaña, de la peste y de la ausencia de sentido y el segundo carga de erotismo (deseo, impulso vital, vida) hasta el último instante.

Marcoaurelio escribió:
La vi hace tiempo por mi cuenta y luego la volví a ver en Filmoteca. Es todo un clásico del cine en general y la mejor que he visto de Bergman. Persona me pareció demasiado abstracta, no entendí nada. Fresas salvajes y Gritos y susurros también me gustaron más por su sencillez, sobre todo por parte de la primera. El caso es que si que es una película que plasma la idea de la muerte y las reflexiones más comunes en torno a esta. Aun así, no me transmitió esa idea que busco de aceptación positiva.

Por cierto, otra película de unos años antes que también trata estos temas es Ordet de Dreyer. Es una cinta sobre la fe, la vida y la muerte. Aunque, al igual que comparabas tu las dos películas, en comparación con El séptimo sello la obra de Dreyer muestra también un punto de vista más alegre y relacionado con la exaltación de la vida.

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