Zolaris
Necesitas palabras para hacerle existir, tanto si le exteriorizas como si no. Para que exista en tu interior necesitas dotarle de palabras en tu interior. Si no es una nada perfecta.
El mundo humano no existiría si no tuviésemos lenguaje, tampoco el ajedrez. En todo lo que somos como especie que se relaciona unos con otros, en todo lo que creamos y comunicamos, ahí está el lenguaje y creo que eso no lo dudamos. Creo que la duda está en lo individual, en si es posible “pensar” o “comprender”, o “aprender” sin palabras. Ahí como dice Pedro Pablo, el ajedrez es ejemplo arquetípico. Quien sabe jugar al ajedrez, sabe que es un pensamiento en imágenes. Cada jugada requiere anticipaciones de lo que hará el otro y de las consecuencias de mis propios movimientos, y todo eso pensando en imágenes (también recordando las imágenes de estructuras típicas del juego): una jugada correcta, se “comprende” en imágenes, se “comprende” sin necesidad de palabras. Es pensamiento puro como dices, y al tiempo sin lenguaje gramatical.
Xna
¿Se puede mentar algo que sea imposible expresar con palabras? si hasta los silencios cuentan cosas.
Se puede hablar de cualquier cosa, absolutamente de todas. Nuestras experiencias se entremezclan con las interpretaciones y palabras, pero esta relación cada uno la interpreta de un modo. Las experiencias nos afectan, nos transforman, no solamente por la interpretación lingüística que hagamos de ellas. Una violación no traumatiza solamente por la interpretación que la víctima haga de ella, sino por la experiencia misma. Lo que “nos enseña” un viaje, no está solamente en lo que interprete de él en palabras. Sino que las experiencias nos “enseñan”. Y ninguna experiencia es transmitible en palabras. Sólo es expresable el esquema de la experiencia, que el receptor entenderá, sólo en la medida de sus propias experiencias. Esto ya muestra que lo que somos como “comprensión” es mucho más que palabras: la experiencia se rellena de voces, luces, sensaciones, sonidos, que pueden ser desconocidos, que nos aportan “matices” sobre el mundo, que nos enseñan sobre el mundo, sin necesidad de palabras. Tras el lenguaje está la conciencia misma, ella está tras toda experiencia, incluyendo el lenguaje como parte de la conciencia. La conciencia es capaz de aprender sin palabras, como ocurre también en los animales. Igual que aprendemos cosas corporales, el cuerpo aprende a conducir, a planchar, y lo hacemos sin necesidad de pensarlo en palabras. Incluso si lo aprendimos mediante palabras, ahora lo hacemos hablando o pensando en otra cosa.
Futaki
Pero es cierto, como resalta Heráclida, que deberíamos preguntarnos en primer lugar qué es el pensamiento.
¿Por qué es posible conducir sin pensar? Hay un aprendizaje, que aunque probablemente necesitó palabras para aprenderse, está interiorizado inconscientemente, de manera que conducir no necesita palabras para hacerlo. Nuevamente son cálculos: distancias, velocidad, hay un “calcular” para poder actuar, que no necesitan palabras. La conciencia calcula todo eso, y cuando lo hace en un instante precipitado como cuando damos un frenazo, ahí no hay palabras. Pon palabras y es mucho más fácil que haya accidente. La conciencia es más de lo que parece, y es capaz de actuar y calcular individualmente, al margen de las palabras.