Las autoras son: Aspasia de Mileto e Hipatía de Alejandría, Hildegarda de Bingen, Mary Wollstonecraft y Olympe de Gouges, María Zambrano y Hannah Arendt
Considero que hay dos dimensiones esencialmente distintas: una, lo interesante que pueda resultar el ejercicio; dos, las implicaciones profesionales y personales tanto para el profesorado como para el alumnado.
Acerca de lo primero, desde luego, es un ejercicio filosófico precioso. Comentar viñetas, exponer puntos de vista, leer y comentar de una manera más libre son algunos de los ejemplos por los que puede decirse que es una prueba estimulante.
Sobre lo segundo, tengo muchas dudas. En primer lugar, es una gran faena para los profesores, pues se han doblado los autores y se ha reducido una hora semanal la enseñanza de esta asignatura, además de haber añadido ejercicios adicionales.
Al margen de esto último, que no es poca cosa, a mí me impresiona que hayan introducido a autoras de relevancia significativamente menor que autores sólo por aquello de la cuota de género. Al margen de la escasez de fragmentos de Hipatia o Aspasia, me sorprende que hayan introducido a Hildegarda de Bingen antes que los helenistas, Spinoza, Hegel, Schopenhauer, Heidegger, entre otros muchos. No es que me parezca mal la presencia de autoras femeninas en la selección, pero que el criterio esté contaminado por ideología me resulta preocupante, especialmente en una especialidad como la nuestra.
Por otro lado, no sé si un alumno tiene la capacidad como para responder solventemente a esas cuestiones. Entrenar destrezas lleva mucho más tiempo que contenidos. Yo supongo que los criterios de corrección, o lo esperable del examen, sea más cuestiones formales que conceptuales. Yo, en la imagen del pintor, puedo extraer distintas lecturas: el perspectivismo de Ortega, el problema del cambio en los presocráticos... No creo -ni tampoco espero- que se busque una respuesta definitiva, sino bien argumentada.