KsHolaaa.
La pregunta ortográfica se la dejo a Futaki o quien le apetezca y se atrevaaa.
La otra vía que has abierto en el hilo, de que la gente cuente si últimamente algo le ha interpelado filosóficamente, también la dejo y voy a otra cosa que has preguntado.
Xna
¿Ser es lenguaje? De esto ya hemos hablado en alguna otra ocasión. ¿Todo lo que es puede ser dicho, expresado, comunicado…?
Pero, ¿te refieres al lenguaje gramatical? ¿O a los lenguajes y símbolos empleados por los humanos en general? ¿O a los lenguajes de los animales también?
“Todo lo que es puede ser dicho, expresado, comunicado…”?
Sólo cuando al decir “ser” te refieres a algo humano. Una manera opuesta de verlo, es como los antiguos griegos, que veían el “ser” como algo no humano sino propio del mundo, ¿no?
El ser, supongo que sólo en unos pocos casos o tipos de argumentaciones diríamos que pueda limitarse al lenguaje. En las variantes que vienen de Heidegger sí, porque se limita al ser a algo en el humano: a una “comprensión” en el humano (Ser y tiempo). Pero esto, ¿no supuso una enorme limitación del sentido que tuvo antes de eso? Porque al tomar al “ser” como algo humanizado, como lenguaje, dejó de tratarse de algo absoluto que se refería al mundo.
Por ejemplo, el ser de Parménides no tiene mucho que ver con el lenguaje, porque es absoluto y está más allá de lo humano: lo inmutable e igual a sí mismo en todas sus partes. Indiferenciado consigo mismo. Ahí “ser” todavía es una verdadera entidad metafísica. Antes de caer muerto vía Heidegger, creo que el ser griego y también el de la India, todavía era la unidad bajo todas las cosas, un absoluto referido a lo más de lo más de lo más, entre todas las cosas y bajo ellas. ¿Comparar eso con el lenguaje no da tristeza directamente? Lo grande, inmenso, absoluto, el concepto de los conceptos filosóficos, hecho minúsculo y humanizado de ese modo, ahora caído por tierra desde su elevación.
¿Dices que saltas mis dos primeras cuestiones? ¡No lo entiendo!, son las más importantes veraniegamente hablando: hacer pintadas en las paredes y cerrar expresiones con los signos ortográficos adecuados. Sin embargo, a la “reflexión/provocación” o “reflexión provocativa”, entras en tromba, ¿acaso va en bañador a lo Hannah Arendt o Nastassja Kinski?
Claro, no es el lenguaje del juicio, ni el lenguaje atributivo, ni el descriptivo, sino cualquier forma en que algo puede ser comunicado. La vía del no-ser no se puede conocer, no es imaginable, no es decible y por tanto no es pensable, de Parménides es la vía impracticable porque estamos hablando de conocimiento ¿no?, de una racionalidad. ¿Qué es eso de lo que no puedes decir nada?, y no es una adivinanza o sí, “blanco por dentro, verde por fuera…”, aquello de lo que nada puedes decir, no-es y el no-ser es imposible. Tuyo siempre. Parménides. Vale, que el fragmento 8 habla de “no nacido, no perecedero, que no viene del no-ser, sino que es todo reunido, no divisible, inmóvil y continuo…” pero ¡¡el ser de Parménides no es un “Todo”, ni la “Totalidad”, ni el “Totus tous” ni “Totalitarismo”!! (sorry Hannah)
¡Ojo! el ser de los antiguos griegos no era “el ser propio del mundo”, el mundo se estudia en la filosofía segunda, del mundo se hace ciencia. La filosofía primera, también conocida por “metafísica” trata de las causas primeras y primeros principios del ser, del pensar y del devenir.
Heidegger no limita el ser a algo humano y menos en Ser y tiempo. ¿Recuerdas el juego de “Las siete diferencias ontológicas”? bueno una, “la diferencia ontológica”: es que ser no es ente. En Ser y tiempo el Dasein, el ente ejemplar, se pregunta por el ser de las cosas, por el ser del Dasein mismo para alcanzar a preguntarse por el ser en general, por el sentido del ser. En Ser y tiempo, Desein es tiempo. Después de Ser y tiempo, empieza el verdadero desafío, la verdad del ser. El ser no cae muerto con Heidegger, la metafísica tradicional que no distingue entre ser/ente, esa sí que no sale muy bien parada, es verdad, le da leña hasta en el tuétano de los huesos.
El poema de Parménides es un “decir” (caramba, otra vez diciendo, hablando, expresando…) que lleva al poeta desde la síntesis, lo compuesto, lo dual que puede ser verdadero o falso a la gran apertura donde se despliegan tres caminos, el del no ser, el de la opinión y el de la verdad sin contrario, aletheia. El ser de Parménides es el ser-pensar en el que “lo mismo” es copertenencia, ser y pensar se copertenecen, siendo ser condición de posibilidad del pensar.
El pensamiento griego antiguo y el hindú no se comunicaron en sus orígenes, nosotros establecemos analogías, pero nacieron de mamás distintas. No refieren a lo mismo “grande, inmenso, absoluto” ni nadie hace de ellos algo “minúsculo ni humano”. Entonces ¿por qué triste?
Como sigamos circunscribiendo la hermenéutica a una tradición posmoderna, Aristóteles se nos va a mosquear y con razón, “que sí cari, que tú fuiste el primero de entre ellos, que nadie te está excluyendo… ea, ea”