Futaki escribió: Tienes razón, en el proceso contra el dirigente nazi Eichmann, en 1963, Hanna Arent se negó a ver en el acusado a un torturador sádico y desequilibrado. Al contrario, lo presentó como un funcionario muy escrupuloso, cumplidor de su deber y obediente. Es verdad, era así. Eichmann fue obediente, pero, precisamente, la obediencia ciega es una actitud inhumana.
Hablando de camisetas y mensajes, recuerdo dos casos especialmente llamativos que terminaron en sanción. Dos personas fue multadas por llevar camisetas con mensajes, uno llevaba el mensaje de "Almeida carapolla" y otro "A.C.A.B". A ver si ocurre lo mismo con el gualtrapas de Mario.

Alma escribió:
Deberías revisar un poco la historia de España porque lo de la paga extra ya surgió de la Comisión de Reformas Sociales constituida en 1883 para estudiar cómo mejorar el bienestar de la clase obrera, las primeras vacaciones pagadas fueron aprobadas en 1918 a funcionarios del estado y en 1931 a todos los trabajadores. La seguridad social, pantanos y demás bulos que propaga la fundación Francisco Franco es un blanqueamiento que los simpatizantes del fascismo repetís. No te parece un eufemismo decir que Franco gobernó y decir que algo bueno habrá hecho en 40 años después de haber dado un golpe de estado?
Lo que llamas ñoñería e inquisición es quejarse de alguien que hace apología del fascismo y de los palmeadores que lo justifican. El "problema del mal" sólo se plantea si enjuicio estos actos buscando justificar unos y estigmatizar otros. Este juicio requiere que nos refiramos a una regla definida de antemano.
La "fuente del mal" se ha de buscar en la capacidad de las personas para imaginar una moral.
Franco atentó contra "el hombre" igual que Hitler y todos esos que dices que algo bueno habrán hecho. Esa necesidad de justificación se manifiesta, por ejemplo, en el "Código negro" de la Iglesia romana, que presentaba a la esclavitud como un medio para que los africanos accedieran a la verdadera religión. El genocidio perpetrado por Franco no tenía que estar justificado porque, según él, lo consideraba una acción beneficiosa para España, y era necesario eliminar a componentes malos. Pero, oye, mira, se suponía que íbamos a hablar del cara catre que hace patochadas con camisetas falangistas sabiendo que habría gente que le parecería gracioso. Al igual que compararse con Bowie y Warhol. Qué simpleza!

Yo no soy ninguna "simpatizante del fascismo" y, además, no pierdo el tiempo con quien no lo merece. Y un ser como tú no merece por mi parte más que un minuto de atención para mandarle a pastar.
Minuto que ya ha concluido.

framiza escribió: Se puede decir más alto, pero no más claro. Felicitaciones, Framiza. Es estimulante leer a gente que se asoma por estos lugares aportando ideas. Creo que ese es el fin de este Foro. Habla y exprésate cuanto desees. Es evidente que lo haces con absoluto respeto.
Un saludo.

La libertad es la libertad de poder decir que dos y dos son cuatro.
Si eso se admite, todo lo demás se da por añadidura.
George Orwell, 1984.

Alma escribió:
¿Y criticar a alguien por mostrar el pecho qué es?

Lo mismo que criticar a alguien porque habla a gritos en un lugar público???
En todo caso, ha sido la Amaral la que ha querido llamar la atención. No sé si los otros dos con las camisetas querían hacer lo mismo. Desde luego no estaban sobre un escenario.
Venga, no alucines. Buenas noches.

framiza escribió:
Disculpad que me introduzca así y ahora en el debate, pero me ha parecido muy interesante este mensaje. Estoy totalmente de acuerdo con que la obediencia ciega es una actitud inhumana. Y a varios niveles. En primer lugar, porque la obediencia ciega nos impide pensar, reflexionar, valorar o aunque sea tratar de comprender los motivos de una orden o de una jerarquía.

En segundo lugar, porque, como ocurrió con los nazis, muchos de ellos, y no solo Eichmann, juraron y perjuraron en Nuremberg que solo "cumplían órdenes". Pero ni siquiera ese argumento se circunscribió a guardas de los campos de concentración, o a soldados que participaron en los Einsatzgruppen. Fue una táctica habitual en jerarcas importantes.

Bajo mi punto de vista, es especialmente peligroso, puesto que inhibe nuestra voluntad y nos lleva a una aceptación acrítica de toda autoridad. Es el primer paso a la dictadura más opresiva. Como ciudadanos y seres humanos críticos, debemos rechazar siempre toda autoridad a priori. Aunque eso ya está sonando un poco a mitin. Y no era mi intención. En mi caso, desde luego, siempre trato de "racionalizar las órdenes" y de no cumplir o pasar de la autoridad cuando creo que es injusta o que se equivoca.