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TEMA: "Tragedia de sinfonía, sangre y sueño"

"Tragedia de sinfonía, sangre y sueño" 02 Ago 2023 03:00 #77179

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Tragedia de sinfonía, sangre y sueño

Episodio I:
"Adiós al último estilete de la desnudez"

Parte I:
"La alianza tenebrosa"


«Cónclave de dioses en el Parnaso de la Eternidad, ubérrimo paraíso de la poesía, una isla o estrella remota con respecto a cualquier punto existente o imaginable. Allí, más allá de las nubes y los limbos, sobre atávicas banderías y ensuciadoras máculas, allende la misma idea de belleza suprema, dos almas tan limpias como las bulliciosas aguas de un diáfano torrente cual ledo himno de poderío y génesis que no hubiera visto ningún ojo humano: las de VLAM o X y LUCY o ANIGMA. En torno a ellas el DIOS TIERRA, el DIOS AGUA, el DIOS AMOR, el DIOS MISTERIO, el DIOS MÚSICA, el DIOS SILENCIO, el DIOS PASIÓN, el DIOS SANTIDAD, el DIOS MELANCOLÍA y el DIOS INSPIRACIÓN; los diez vivísimos resplandores y ambos espectros de las purgadas almas mentadas platónicamente enamoradas, a su vez, formando una apoteósica piña en torno de la LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD, suprema energía de una omnisciencia inherente que, pudiéndolas sentir a su antojo, guardando hialina memoria de diversas encarnaciones durante las que olvidó ser tal deidad descendiendo en un plano ontológico, entre tantas otras cosas sabe de las limitadas vivencias, precariedades, flagelos, incertidumbres y esplendideces de la totalidad de formas de vida, desde la más rudimentaria hasta la más sutil; deidad central que, situada en un augusto y resplandeciente sitial, es la que habla con una voz tan colosal en poderío como enorme es la llama en forma de corazón que compone su imponente figura, una forma gigantesca que se alarga varios metros imperialmente y en cuyo fondo, aguzando la vista, se distinguen ciertos rasgos humanos.


En cuanto se inicia su majestuoso cántico al mortal adaptado, ruboroso acompañamiento y espectacularidad amantísima, miríadas de aladas rosas brujas en el aire abren sus superlativamente finos y fragantes pétalos y, al unísono, unas formas de querubines de delicadísima fisonomía, empuñando nacaradas plumas, transcriben la encantación sin techo de sus palabras, como harán hasta el final del emotivo discurso de la sacra luz, en montañas y montañas de rampantes y esmaltadas hojas, situados devotamente a los pies de la deidad cardinal.



LA LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD

Mirando, ora al espectro de Lucy o Anigma, ora al infinito.


Arrebatadora cantora desde su llegada de un planeta Tierra cual fatalmente flotante bola de hormigón en la Vía Láctea, de mutuo acuerdo con su inseparable amor prenatal, ha deseado el llameante espectro de la allí llamada Lucy o Anigma recrearse con su literaturizada biografía, y créenos, ¡oh luciente dueña de los ensueños de la lira recientemente bienvenida entre nosotros, oh purgado fantasma que, merecedor de encendidas loas sin término, eres bienaventurado en cualquier estrella!, créenos cuando afirmamos que ningún deleite resulta más apetecible para tus artísticos albaceas que permitirte escuchar, tal y como es tu debilidad superlativamente poetizada, la trágica y alegórica historia de tu paso por la oscura cárcel del espíritu en que se convirtió aquel ya de siempre, desde que por desgracia el hombre es hombre, latoso y aciago planeta; una ejemplarizante y predestinada existencia que finalmente remató devorada por el incontestable fulgor del fuego, allá en las antiguas y milenarias montañas de Auxom, definitiva grandeza hecha fresco verdor, antañosos roquedales y augusto silencio, opulentos trofeos de su majestad madre natura que fueron tomados por las implacables hordas del mundanalmente todopoderoso Zoriam; una terminación de tu habitar en el tornadizo reino de las formas como un heroico voto a la belleza imposible, como la elegíaca entronización de dos almas que volvieron a formar un solo e inviolablemente cárdeno jazmín, como una doliente despedida del desdichado orbe de los enmascarados por parte de la divina verdad cósmica, siendo más triste aquel desenlace de tu inolvidable vida, desde cierto punto de vista, que el enamoramiento de los quince años que comienza como la colorida fábula siempre por el alma ambicionada y, tal y como diría un castizo que pensara con frases hechas, acaba peor que el rosario de la aurora».


*Nota aclaratoria:


Sin limites deseoso uno desde siempre de compartirse en toda su humana profundidad, lo cual, necesariamente, azuza la sensibilidad y puede conducir a afrontar por vez primera -o a replantearse- múltiples problemáticas propias de la filosofía, convencido de que de conocerse las desnudas entrañas de quien aquí se expresa sabría disculparse -pese, tal vez, al posible desmerecimiento de éste ante tantos otros hilos e intervinientes de muy valiosos aportes- el egotismo que quizá sugieran párrafos como éstos girando en torno a la busca y expresión original de la individualidad de quien escribe, se anuncia que se ha parafraseado hasta aquí el inicio de una creación monumental que perfectamente placer pueda a asiduos lectores que a las letras se acercan para sentir y pensar más intensamente o mejor, sólo tras muchos años de elaboración engendrada, epopeya fantástica, poema novelado, creación sui géneris, aunque con ecos de diversos autores clásicos, ebook que en mi página se puede descargar gratis, aunque ya agradece uno enormemente esta lectura suya, cualquier observación, posible comentario.


Regalo del autor a sí mismo en su busca pertinaz de la obra que recogiese el misticismo de sus sentires ideales, y que, aunque abierto también al otro, se aconseja sólo para amigos de la literatura absorbidos por el ángel de la belleza lírica, preguntadores por nuevos horizontes que, una vez en sus alas subidos, sonreírles sienten fantásticos mares y cielos. Tragedia espantosa del lirismo romántico incomprendido y fustigado por un prosaísmo y un desalmamiento ancestrales; libro -o ambrosía tal vez- para almas poéticas a la busca continua de un lenguaje florido e intenso a la altura de sí mismas, para las que, completamente vueltas hacia sí, gustan de tallar un espejo en el cual eternizar los hallazgos encontrados, para las habituadas a desbordamientos de cárdena emoción, para las que arden sin remedio en un apasionamiento desbocado en pos de belleza sublime.


Si más que un gran amor son para ti aire o agua salvíficos la palabra libre, audaz y preciosista, la voz que condensa germinaciones y fulgores de una emotividad virginal, el llanto por paraísos y quimeras, la mente crítica y expedita del perpetuo disconforme, el amante del atrevimiento creativo y la ampulosidad expresiva, la gran rebeldía del corazón impoluto...; si habitas en los encantados parajes de tu soledad y allí, en medio de una bendita exuberancia y ligero cual silfo, yerras por tu propio misterio; si acoges la frase novísima, alargada, vibrante y de metáforas sembrada como un reflejo de la sístole y la diástole de la magia indecible que es la vida; si respiras un abrumador encanto en cada instante y precisas de desatamientos verbales que al menos hacia éste apunten; si la ilusión por poner en correspondencia el verbo con vertiginosas cumbres de emoción es definitorio rasgo tuyo; si eres poesía en fin, y así abocado por siempre estás a soñar con nombrar lo inefable continuamente sentido en el universo y en ti mismo, entonces, siempre en pos de la definitiva melodía que colmarte pudiera -no solamente con la curiosidad espoleada por esta reseña-, habrías de sumergirte en los negros piélagos de esta obra, de subir a esta especie de nave hacia el infinito de mí mismo aquí anclada, de abrir esta inédita arca aquí yacente de laberínticos jardines de grafos, de acordes insospechados, de estrellados suspiros que retan al tiempo y a su hermana mayor la muerte...



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"Tragedia de sinfonía, sangre y sueño" 02 Ago 2023 15:30 #77213

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Ver como los sentimientos brillan y vibran en el interior de mis coetáneos de maneras tan lejanas unas de las otras me parece increíble, tanto que a veces tiento a pensar que estoy en una especie de extraña realidad onírica de a saber que Ser Superior inalcanzable, que me quiere decir algo con todo ello, pero no consigo averiguar qué. Me siento como ensimismado observando la inefable belleza de un calidoscopio lleno de vida, y el que su significado me parezca insondable no me duele, el sentir que voy en pos de algo que sigue su propio camino y al que no siento que vaya a dar alcance, hace, más que nada, crecer mi admiración, y así, las sublimes estelas que deja su paso, son los misterios que me tienen cautivado.

Entonces vivo en el filo entre dos mundos, uno terrenal, secular, sólido y otro cósmico, trascendental, intangible pero real… y dependiendo de quién sale a mi encuentro, estoy cerca del oscuro averno, o en alguna armoniosa esfera celestial.

Felicitaciones por el trabajo. Bellas y refulgentes serán las imágenes evocadas en la imaginación fértil de aquellos que en su alejarse de lo prosaico entrevieron la Divina Luz, o tal vez un reflejo de ella, aunque fuera solo en un fugaz pero fecundo instante.

Un saludo Jordi,
"(...) Ocurre, por eso, que yo no vuelvo atrás, cansado el pie del arduo camino; ni, desganado, sustraigo los brazos a la obra que se presenta; ni, desesperado, vuelvo las espaldas al enemigo que me ataca; ni, deslumbrado, aparto los ojos del divino objeto..." - G.Bruno
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"Tragedia de sinfonía, sangre y sueño" 23 Ago 2023 17:53 #77919

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Tragedia de sinfonía, sangre y sueño

Episodio I
"Adiós al último estilete de la desnudez"

Parte II
"El abismo de las doce"


"LA LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD
Mirando hacia su izquierda donde se halla flotando el espectro de Lucy o Anigma.

A buen seguro coincidente será tu juicio de valor con el nuestro; ¡oh espectral bailarina con el todo y la nada cuyos pies jamás se fatigarían de danzar graciosamente, oh imperecedera celestina de lo maravilloso cuyo beso otorgaría violáceas alas incluso al desamparado prisionero encadenado a una pesada bola de acero, oh gozosa cantarina cuya melódica voz y rapsódicas composiciones extasiarían incluso al mitológico minotauro del laberinto cretense, oh singular presea de este paraíso que eres un único sol de fantasmagoría con enjundioso traductor de toda vibración también aquí presente!, y tal juicio es que tan hermosa como sólo tú misma te muestras ha sido la sentida inmortalización de aquellas primeras agitaciones que iban sembrando la duda y el gusto por el misterio en tu otrora augusto pecho; no en vano, como muy bien sabes, la largueza y la busca del deslumbrador colorismo en el uso de ese condimento imprescindible de la gran literatura que es el adjetivo representa el primer mandamiento y flor o postulado estético que, tal y como sucederá en adelante, ha regido nuestros pasados cánticos cuyo tema era tu alegórico pasado en la Tierra, esa grísea mazmorra del corazón perdida en los espacios siderales, ese harén del voraz depredador y del impersonal individuo que no parece ser más que un famélico e insaciable pedazo de carne y en el que la soez moneda era la sola divisa para tener abiertas todas las puertas.

¡Ay sí!, tan hermosa como tú misma ha sido la literaturización de la parte ya tocada de aquel trascendental ayer; y sin más demora, como desde un principio hasta un final sin olvidar a un hipotético mortal que leyere, realizando pertinentes aclaraciones y digresiones para éste como se viene haciendo de atrás, mas dirigiendo el canto altivo a la nueva concurrencia idílica de almas de poetas oyentes aquí abajo, y queriendo que participen si posible les fuera de ciertas ideas y vivencias nuestras con el uso de la primera persona del plural, y pudiera ser que a partir del llamado presente histórico, con la ilusión del fogoso pianista que solemnemente pone el dedo en las teclas cuya novedosa combinación ha de despertar hasta entonces dormidas vibraciones en el fondo del alma de unos nunca ahítos escuchadores, sin más demora, continuaremos ahora el aclarador relato que os tiene por protagonistas a quienes ya antes del propio nacimiento predestinados estabais a este eternal paraíso, policromo jardín de la excelencia más exquisito que el estanque en el que el gallardo cisne pasea su bendita elegancia y en el cual toda actitud salvo ininterrumpidos vivas a cada instante es imperdonable obscenidad".


*Hasta aquí un fragmento del inicio de la segunda parte de la obra ya mencionada, condensación de una personal filosofía buscadora ante todo de autenticidad y liberación emocional a través de la estética y el interiorismo, salvaguardia de cósmicos sentimientos, de hermosura poética, de rebeldía moral, a disposición de quien conocerla quisiera. Para no abrir innecesariamente ningún hilo más de lo debido, ni dispersarse en varios, ni robar espacio ni protagonismo a otros intervinientes con sus peculiares inquietudes y coloquios virtuales, sólo en éste agruparé diferentes extractos o reseñas de un largo texto que fui, sigo, continuaré publicando, y -si se terciara- tratando de acercar a mentes pensantes en las que no declina esa curiosidad substancial hacia el universo -hacia nosotros mismos como microscosmos en primer lugar- que según tantas tesis explican, aparte de más prosaicas razones geográficas, económicas o políticas, el “milagro” del pensamiento greco antiguo. Gracias por su paso por aquí y su posible comentario.

*Para Altair:

Tu holgada y cálida humanidad, tan natural, me complace. Basta leer por encima tu mensaje para creer advertir, más allá de una cortesía formal, o una cordialidad interesada, una sintonía espiritual de fondo aun cuando no te conozca. Si te interesara algún día saber algo más de Tragedia de sinfonía, sangre y sueño, no tendría ningún inconveniente -si así lo prefirieses, en un mensaje privado- en explayarme, si fuese preciso, clarificando alguno de tantos puntos, cuestiones, aspectos susceptibles de convertirse en temas de conversación trascendente al hilo de lo que se cuenta y se canta en sus numerosas páginas; ¡que, entre otras cosas, para eso ha de poder servir una escritura nacida en alguien completamente vuelto hacia sus adentros!, ella es piedra preciosa para asentar vías de comunicación, iluminación, entendimiento, al menos entre cuantos requerimos la palabra, leída o escrita, para sondearnos -para plenamente encontrarnos en felices instantes de luna de miel entre ser y lenguaje-.


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Última Edición: 07 Dic 2023 03:13 por Zaoc.
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"Tragedia de sinfonía, sangre y sueño" 08 Oct 2023 18:14 #79067

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Tragedia de sinfonía, sangre y sueño

Episodio I: “Adiós al último estilete de la desnudez

Parte IV: “El abismo de las dos

LA LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD Y EL ESPECTRO DE VLAM O X

Fijando su mirada momentáneamente en su izquierda donde se halla flotando el espectro de Lucy o Anigma.

¡Oh enceguecedor fantasma de Lucy o Anigma cuya superlativa dicha o inmejorable salud del ánimo hacer sonar podría refulgentes campanas nupciales allí donde reinase la discordia y atemorizara al oído el atroz trueno de un agriado Hércules!, maravillosa tortura es narrar literariamente lo que dieron de sí tus simbólicos pasos en la gangrenosa Tierra, y tanto como aplaudida es tu actual excelencia única por las eternas deidades que asientan la gloria en esta isla o estrella, cuya génesis mítica recogiera la obra Los diez diluvios de la eternidad, celebramos aquella tuya cólera de entonces líneas atrás comentada.

LA LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD

Mirando en línea recta y dirigiéndose a espíritus estrellados de poetas oyentes.

¡Ay la tan épica heroína como una poderosísima armada lanzada contra las huestes de la mediocridad, como una osada y vital flota de la esperanza dirigida contra la misma entraña de merengue de la conformidad y la heteronomía, prioritario foco de vuestra vivaz curiosidad!, aprendía ella definitivamente que ningún mito o fantasía es tan inquietante como puede llegar a serlo la realidad que personalmente a uno afecta en ocasiones, veía la realidad como ese poliédrico fruto de la inventiva del todo y la nada con más facetas y dimensiones que gruesas canas se pueden contar, a la postre, en el cabello de quien fuere tragado por los prediseñados remolinos de socialización en los que caen cuantos insensatos dan su aquiescencia a estúpidos artificios y trillados senderos hegemónicos en cualquier etapa histórica debido a la ceguedad y el prurito de dominación de unos pocos; ¡ay, como de otra manera ser no podría, en solitario experimentaba el cerrado poniente de las engañosas claridades y certezas sustentadoras del esperpéntico existir de los más!, ¡ay, el fruto del suspirar de primigenias deidades tan bello como un magistral verso degustado de cara a lunar lejanía sin pronta explicación medianamente razonable del grabado que ante sí, desafiante y alucinatorio, tenía!, en su agitadísima imaginación, a su inefable redentor cubría de una eremítica aureola identificándole con un plañidero y furibundo grito de amor en estado bruto, con un eremítico hereje aureolado por un aire pontificial y providencialista, con un mottu proprio apartado hombre de las fastidiosas y represoras banalidades al uso, con la indomable individualidad sin precedentes cercanos venturosamente escapada de un mundo tan huero cual podrido limón en el que en vano se buscaría el sabroso jugo y la diminuta pepita, ¡oh sí!, era como si cuanto no guardara relación con su eminencia sentidora y pensante fuese tan falso y detestable para ella como las truhanescas guirnaldas con las que pretende lisonjear un experto adulador, como si todo el inexpresable encanto del que fuese capaz una galaica sibila ya desde niña echadora de cartas, y en cuyos ojos palpitase por siempre una exclusiva ilusión y una tan saturnal como inevitablemente incomprendida pasión por la belleza excelsa, se concentrara en aquel marginal y bohemio rimador”.

*Mensaje para Altair:

Carezco de palabras de agradecimiento hacia ti, de verdad. Sólo hoy hallé tu mensaje, y ya he respondido, confío en que te llegue, en que estés bien y en que no tengas reparo en comunicarme cuanto desearas, talmente como si me conocieses de toda la vida.

*Nota aclaratoria:

Hasta aquí un nuevo fragmento de la obra ya indicada, en otra de sus divisiones dentro del primer episodio. Por supuesto, de interesar ahondar en su lectura, comprender y relacionar sus marcos, sus tramas, conocer su historia, personajes y conflictos tratados poéticamente, así como los planteamientos de fondo, explicitados en -o subyacentes a- la ficción propuesta, se recomienda leer anteriores post sobre la misma, así como la reseña completa realizada en mi página; holgando matizar que para contextualizar adecuadamente un extracto de un texto largo y denso viene muy bien tener a mano un pequeño mapa conceptual o cuadro sinóptico de éste.

Una criatura independiente y consigo misma comprometida, sensible e inteligente, vuelta hacia sí con convicción y honestidad, ¿cómo no ha de encontrar y producir ideas y visiones del mayor interés, sobre todo cuando su inevitable construir unos u otros edificios verbales a lo largo de cada día, lejos de obedecer a ninguna veleidad literaria, le generó esa felicidad y esa plenitud entendibles como consecuencia natural de una autorrealización creativa? Ya que tales son cimientos fundamentales de mi sostenida pasión de escribidor en el tiempo, un producto como el presentado a uno place poner a la vista de estudiosos o expertos -si es que con probidad intelectual cabe pensar que en efecto los hubo o los hay- en filosofía, como poco de eventuales amigos de las letras familiarizados con lecturas y proyectos que nacen, principalmente, en un impulso congénito de sentir y soñar en pos de verdad y belleza, respuesta novelesca a un buscar y pensar radical, crítica, autónomamente; ¿no se honra de tal manera, modestamente, a la espiritualidad humana, al menos a la inquietud inherente que nos la recuerda?, ¿no se habría de disculpar la audacia que entraña una osada escritura tal, la que toma por fuentes y metas las referidas, habida cuenta del grado de rebeldía y humanización no sólo deseable sino para muchos buscadores de sí pertinente y atractivo, potencialmente clarificadora u orientadora, especialmente en tiempos de autocensura donde al fraude a menudo se insta a contestar apostando por un engaño aún mayor que el padecido, de indefensión aprendida frente a poderes y mixtificaciones que perfectamente pudiesen no estar siendo ni identificados, de miserables silencios acerca de inquietudes trascendentes, de aquiescencias con cobardes hipocresías colectivas, de paladina degradación cultural, de paulatina automatización de la existencia, de conversión de hombres y mujeres en máquinas o robots, con cerebros lentamente informatizados, con obnubilados, maleados o canalizados apetitos de sentido, individualidad o soberanía, con voluntades de emancipación moral fosilizadas, con “identidades” y servidumbres forjadas a espaldas de un sincero afán de hallarse, descubrirse, plasmarse constantemente cada cual a uno mismo?

Concluye este mensaje no sin agradecer su paso por aquí y su atención, esperando que estos pocos párrafos que uno ha copiado sean bien acogidos en este foro donde abundan voces, enlaces, debates que confesar necedad o cegadora soberbia fuera pasar por alto; aquí quedan, pues, menudas gotas de un vasto océano espiritual que mucho tiene de novedoso y por descubrir, al cual también metaforizar cabe recurriendo a la imagen de una pequeña ventana, a través de la cual asequible resulta otear un infinito de letras que, al margen de que se considerase digno de consideración y capaz de brindar deleite estético o así no fuese, posee, sinceramente, la virtud de desnudar esencialmente a su autor.
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Última Edición: 09 Oct 2023 15:50 por Zaoc.
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"Tragedia de sinfonía, sangre y sueño" 19 Nov 2023 06:08 #79870

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«LA LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD

Mirando en línea recta y dirigiéndose a espíritus estrellados de poetas oyentes.

¡Ah, la aturquesada y liliácea mirada de la candidez fuera del mundo, ah, la cerrada boca de la profundidad, ese pórtico de fulgurantes palabras como ágiles muelles transportadores a una dimensión de belleza infinita, ah, esa apiñonada boca de la cual, antes del fatal enmascaramiento, nunca podría partir vulgaridad, ni jocosidad, ni frivolidad algunas, esa expresiva rojez de carnosos labios invocadores de un beso único y de eternas repercusiones mágicas que denotaba que cualquier tentativa expresiva siempre se quedaría corta frente a las melódicas intensidades y deliciosos romances con el aire nocturno o la magníficamente solitaria luna encendidos en los adentros! ¡Qué contrastes tan tremendos los suyos, el de ese mirar liliáceo y aturquesado, el de esa cerrada boca de gruesos labios que llamarían al ósculo purificador de esos desarraigados fantasmas como los que perdidamente enamoraban al delicado Bécquer, qué contrastes tan tremendos con respecto a los maquinales, aprendidos y perfectamente predecibles gestos observables en las fotografías de cualquier medio de comunicación, en cualquier calle o plaza del mundo como transitada arteria o centro de reunión insertos dentro de un tablado lamentablemente infecto y ruidoso, en cualquier casa de DAM ya estuviera presidida por la abundancia o la escasez, pues en todas y cada una de aquellas moradas terrenales se tenía al dinero y su aberrante tiranía por solo prior, pues en cualquier edificación urbana topábamos con un desquiciador vómito de la vida en forma de persona enmascarada! Tal abismo diferenciador se le presentaba en toda su magnitud a la recogida Lucy o Anigma cuando, entre la indignación y la dolorosa conciencia de la nulidad de cualquier iniciativa suya para cambiar de facto esa horrible realidad que seguía dándose entonces como ayer, recordaba que a los tiernos colegiales, refrescante savia de la vida en manos del vilmente modelador fariseísmo sistémico, se les enseñaba a sonreír paladinamente desde la más temprana edad, ya con el aprendizaje del alfabeto, precoz iniciación al conjunto de signos establecido para parte de futuros esclavos en el fondo y en la forma que, en aquellas cortas edades, eran bastante inconscientes del broncíneo monstruo en el que habrían de convertirse so pena de no lograr subsistir.

“¡La aturquesada y liliácea mirada de la desnudez fuera del mundo!..., así a mi mirar denominé, ¡qué de amenas horas titulando rasgos o inclinaciones propias pasé antiguamente, qué de minutos aunando conocimiento y literatura, ah sí, qué deleitable fecundidad imaginativa la mía!”.

No sin experimentar un profundo sentimiento de repulsa, inevitablemente varada en un negruzco hoyo de desencanto que por instantes le impidió divisar la siempre deseable claridad del buen ánimo, rememoraba nuestro principal lucero femenino en el abarrotado coliseo de la atención, indudablemente sirviéndole de catapulta la fina lluvia como sinfónica pesadumbre de los cielos o cósmico dolor deshecho en agua, que, como si fuese una amplia sonrisa la clave fundamental para tener todas las puertas abiertas, la esencial moneda de cambio para ganarse cualquier servicio o amistad, o el incuestionable certificado de la satisfacción, de la afabilidad, del buen tono y bondadosos propósitos generales de cada quien, cuando el director del centro acudía ocasionalmente a un aula cual impuesta cuna de futuros figurantes, o cuando ineludiblemente habían de salir los escolares en la orla del curso, había que forzar una sonrisa de una manera semejante al amaestrado can que cuando su amo chasca los dedos ejecuta mecánicamente un ademán determinado, ya fuere levantar la pata o tenderse en el suelo, una enseñada mueca sin conexión con la realidad íntima de cada criatura mas sordamente requerida por la circunstancia; de esa manera los calamitosamente aleccionados menores de quince años comenzaban a asumir que lo importante no es lo que ocurre dentro de uno mismo sino lo que se transmite a los contempladores; ¡oh sí! Quien portaba en sí una intermitente divinidad juvenil, una a rachas claramente vuelta y en otros compases de su conciencia y su voluntad no tan determinante princesa del rocío y del ósculo, ¡así en su honor agua, fuego, tierra y aire danzaran reinventando la alegría!, se acordaba de que ya siendo una niña libre de la acibarada y coercitiva realidad adulta, magníficamente virgen del filtro de miedo y transigencia hacia el reino de las máscaras, de ese filtro de transigencia y miedo en virtud del que la adultez, como etapa biográfica por antonomasia del conformismo y la resignación, trataría de justificar tanta falaz sonrisa como una apelación a exteriorizar lo mejor de uno mismo, veía en tales muecas el abominable rielar de la mentira, el imperdonable fomento de la debilidad y de la imitación en lugar de la apuesta por la entereza y la originalidad, la hipocresía descarada adoptando una postura y una fisonomía en principio gratas a cualquier testigo ocular de las mismas, el fingimiento tan introducido en la esfera de las usanzas como para llegar a ese punto en el cual el impostor, tan metido en su papel como una tímida almeja en su protectora concha que desafía la fuerza por momentos indómita de las olas y de los vientos, suplanta enteramente a la personalidad verdadera hasta que ésta deja ya de existir. Asimismo, el hecho de que hasta los infelices infantes, fatalmente adocenados, hubieran de calcar adulonerías y formulismos propios del soporífero mundo de los mayores le parecía muy indicativo acerca del agresivo imperativo de vivir de cara al exterior, de un obrar y un sentir en función del mismo; constataba también una completa falta de espontaneidad y vitalismo en el forzamiento de una pose que vilmente a todos, de un modo completamente indiscriminado, pretendía emparentar e igualar con los demás; así era que llegaba a la amarga conclusión de que el peor de todos los crímenes, el silente y progresivo soterramiento de la independencia interior que no precisa de disparos ni de explícitas extorsiones para llevarse a cabo, consideraba ya implícito en la propia educación, en la aparentemente ingenua sonrisa de una criatura vestida con el uniforme de colegio que apenas si sabía ya caminar sin la ayuda de un sujeto de más edad».

*Nota aclaratoria:

Por supuesto, numerosísimas y jugosas aclaraciones se podrían realizar, tanto sobre el fragmento copiado como, con mayor motivo, obviamente, del texto mucho más amplio en el cual se encuentra, pero no se extenderá uno para no abusar de la dadivosidad de este espacio, ni de la paciencia de quien estas líneas ojeare, y a quien, tal vez, otras inquietudes llevasen por distintos derroteros a los que con esta intervención se imaginase que se abriesen; únicamente se señalará, con brevedad: LA LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD es una entidad del paraíso así denominado que canta vidas pasadas; los ESPÍRITUS ESTRELLADOS DE POETAS OYENTES forman un auditorio en ese mismo espacio edénico; DAM, es el nombre de una megalópolis de un mundo futuro en la Tierra, en la que perecieran un hombre y una mujer entroncados por el precioso nexo del amor, y cuyas almas llegaran allí arriba; el “fatal enmascaramiento”, así como “el reino de las máscaras”, son expresiones que aluden, por igual, a una era robótica de opresión inconsciente suma, en un hipotético mañana distópico de este planeta, donde una civilización cibernética ha borrado ya enteramente las huellas de cuanto antiguamente por humanidad se entendiese.

Muchas gracias por permitírseme dejar, modestamente, los párrafos entrecomillados a modo de extracto de las partes sexta y séptima del episodio primero de Tragedia de sinfonía, sangre y sueño tras su autoedición. Junto a muchas otras prosas y poemarios tal fue, es, será mi epitáfico, detallado recuerdo tras pasar por esta vida, una obra a entender como mi explayarme más estilizado y preciosista teniendo por eje cuanto quise, deseo, con el mayor fervor anhelaría expresar a quienquiera que, ayer, ahora, mañana, estuviese dispuesto a escucharme; tal el cabal testimonio que me recoge, metaforizado, hasta en mis aristas y obsesiones más oscuras, o sueños privativos, desde la convicción de que únicamente yendo al fondo abismal de nosotros mismos podríamos rescatar la verdadera vida oculta y conseguir abordar realmente a nadie esencialmente; tal la veta creadora de alguien siempre llamado a ser radicalmente libre y, desde el afán de fidelidad a su desnudez última, producir páginas como poco medianamente aceptables, independientemente de que se creyese que su talento no guardase proporción con el proyecto planteado, de contar o no con apoyos, mentores, lectores, de encajar en mercados y corrientes literarias o de pensamiento, o de que se considerase que se pudiese o no contribuir a aportar nada valioso teniendo en cuenta paradigmas, modas y o problemas o temas de actualidad imperantes. Aquí y ahora fragmentos de esta plasmación individual radical, de una escritura con tal autonomía desarrollada, a partir de esa prolífica virginidad espiritual nacida -con todo lo que ello filosófica, moral, psicológica, literariamente implica-. Precisamente en virtud de esa posible significancia y entidad individuales, con concomitancias filosóficas, no semeja disparatado optar porque quede parte de mi deleitoso quehacer ocupando un pequeño rincón, como una pudiera ser que sugestiva novedad, en un foro como éste. Si se trata, simplemente, de revitalizar, honrar, personalizar, humildemente, la disciplina especulativa inaugurada con Tales en general -dotarla de un perfil mucho más definido y específico, y prestigiarla, como saber en sentido estricto, más bien es o habría de ser consecuencia de la labor de especialistas en sus concretas áreas-, ¿acaso no resulta cuando menos interesante ofrecer documentos de sensibilidades anónimas que podrían contener, allende dictados u orientaciones academicistas, la verdad oficial, disponibles tesis, investigaciones y revistas universitarias, publicaciones centradas en concretos asuntos, letras que estimulen el dudar y el sentir fuera de cauces preestablecidos, no como una experiencia humana más sino como la absolutamente clave, y, con un poco de esfuerzo, accesible hasta para el lector profano en abstracciones alumbradas con ánimo especulativo; reflejos de un quehacer intelectual que, allá donde en efecto floreciese, como poco significase un grano de arena puesto, con vivencias y enfoques quizás harto inspiradores, en la importantísima, nunca conclusa misión moral de preguntarnos por nosotros mismos y tratar de comprendernos, evitando que en un limbo quedasen estimabilísimas potencialidades de libertad teórica, sintiente, soñadora, expresiva, actuante?; ¿no es cierto que incluso con sus más que posibles defectos, subjetivismo, limitaciones, lagunas, tendenciosidades, tal postura contribuye al enriquecimiento de nuestra visión y experiencia de cuanto somos, y que el desarrollo y difusión de escrituras análogas, sus eventuales comentarios y lecturas, podrían despertar seguramente la curiosidad en cualquier amigo de acercarse a la multiplicidad de libres expresiones de inteligencias escrutadoras, por peregrinas que parecieren?

Si el sí implícito en estos interrogantes últimos se compartiese podría suponer un goce conocer un tanto a quien por la presente se expresa a través de lo ya escrito, hasta pudiera ser, si ocasión hubiera, intercambiar pareceres, y forjar y estrechar lazos. Huelga decir que abierto está el autor de estas líneas, si de ese gran honor acreedor fuese, a explicar sus propias “oscuridades” si ello interesare, así como a recibir y tratar con la máxima seriedad, interpretándolos muy pormenorizadamente si le placiesen -seguro que sí-, ávido de nutrirse más y más intelectualmente, con amplio bagaje e insuperable ilusión como lector, amor y rigor, escritos sueltos, experimentaciones que tienen el lenguaje en sí por objeto estético, memorias que entrañan graves cogitaciones, confesionales poemas, reflexiones y planteamientos sin más ánimo que problematizar determinadas realidades -pero que difícilmente tendrían un hueco en grandes medios de comunicación-, bocetos de densos textos o desarrollos discursivos con interés para entes pensantes vueltos hacia sí en busca de verdad y belleza, todos ellos testimonios de quienquiera que, naturalmente heterodoxo, incluso considerable un “outsider”, concorde sea con esa apuesta por el librepensamiento, representando ésta parte fundamental de sí y un vivir humano divergente, al menos en algunas dimensiones aparte del saber académico -a sabiendas, además, de que no tiene hoy casi cabida ni respeto en la vida pública, ni capacidad de alertar, concienciar, de movilización y transformación, apenas eco en la sociedad, el pensar abstracto y el cuestionar subversivo-, una propuesta peculiar en un desierto cultural donde desinteresadamente razonar supone una incómoda “rareza”, y difícilmente la inclinación decidida por el discurso apelando a la racionalidad o la creatividad personal de nadie pueden tener el papel que habría, con certeza, de corresponderles en una sociedad que no se despreocupase del mal supuesto por tantas engañosas apariencias, fanatismos, sofismas y falacias, auténticamente hecha y sostenida por sujetos mínimamente libres, reacios a alienarse, conscientes y meditativos, abierta, digna, tolerante -donde, claro está, la procura de credibilidad de las voces, los programas, las ideas, no moviese a pervertirse previamente, subordinándose al dinero y al poder, o a convertirse en correa de transmisión de una “rebeldía” inocua, insulsa, prefabricada-.

Sobreentendiéndose que bienvenida fuera cualquier cuestión, aportación, análisis, objeción fundamentada a las palabras que en este hilo del nombre de Zaoc nacen, ahí queda lo dicho, se cree que no lejos estándose de favorecerse un existir teorético -que diría Ortega-, poniendo a la vista el fruto del continuado esmero propio, sin cesar de extremar la vigilancia de mente, ánimo y acción ante cualquier forma de manipulación; lo dicho ahí queda, con la tan poemática novela presentada un resultado brindando de una aquí estimulada avidez de profundizar, perfeccionarse, aprender ad infinitum, para seguir asumiendo, entre otros retos, identificar más y mejor sombras en la inmensa caverna del tercer milenio, pudiendo así, efectivamente, separarse más de tales, sin excluir el intentar encender con responsabilidad una buena antorcha, y, hasta pudiera ser, si el reto no fuese en demasía grande para la pequeñez o no idoneidad propia para ello, el llevarla al fondo de aquélla aunque escándalo de órdago a la grande supusiese.

Postdata:

Altair, Néstor, muy estimado amigo:

Disculpa otra vez mi tardanza. Sólo ahora acabo de ver tu mensaje del mes pasado. Por supuesto, sumamente grato ha sido para mí. En breve te responderé en el correo personal que me has facilitado. Un efusivo saludo.
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Última Edición: 28 Nov 2023 03:08 por Zaoc.
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"Tragedia de sinfonía, sangre y sueño" 20 Nov 2023 10:06 #79916

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Zaoc escribió:
«LA LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD

Mirando en línea recta y dirigiéndose a espíritus estrellados de poetas oyentes.

¡Ah, la aturquesada y liliácea mirada de la candidez fuera del mundo, ah, ...

...Disculpa otra vez mi tardanza. Sólo ahora acabo de ver tu mensaje del mes pasado. Por supuesto, sumamente grato ha sido para mí. En breve te responderé en el correo personal que me has facilitado. Un efusivo saludo.

Se ha hecho llegar por un usuario a la Moderación del foro una queja por infracción de la regla 4.a del Foro, que dice: "Se permite que los usuarios den publicidad a sus blogs o páginas web personales, siempre que incluyan contenidos filosóficos, exclusivamente mediante la inserción en su firma del enlace a dichas páginas o blogs". El enlace de tu firma no parece pertenecer a la categoría de blog o página web personal. Más bien se trata de un enlace a una conocida casa de venta de libros, que distribuye los tuyos.

Por tanto, te ruego que consideres la posibilidad de eliminar tú mismo dicho enlace de la firma en tus mensajes, para evitar que los órganos de Moderación del Foro tengan que abrir un debate sobre si esta situación supone una infracción de la regla 4.a del Foro y actuar en consecuencia.

Un saludo.
Última Edición: 20 Nov 2023 10:07 por Moderador 3.
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"Tragedia de sinfonía, sangre y sueño" 20 Nov 2023 15:12 #79917

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Comprendido el mensaje.

Ningún problema tengo en acatar la política de este espacio digital; y espero que nadie ponga pero alguno por dejar por firma una dirección de correo personal; con esa breve aclaración adjunta.

Un saludo.
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Última Edición: 20 Nov 2023 15:36 por Zaoc.
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"Tragedia de sinfonía, sangre y sueño" 20 Nov 2023 19:18 #79920

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Agradecemos tu colaboración.
Un saludo.
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"Tragedia de sinfonía, sangre y sueño" 16 Feb 2024 03:43 #81750

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«LA LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD Y EL ESPECTRO DE VLAM O X


En esta octava parte o cántico veremos un arrebatador y pungente, un pungente y arrebatador pacto de sangre entre la mutada Lucy obrando como aquella que llamada fuera unigénita de los jazmines y el inmolado eremita de electrizador verbo. Solemnemente blanca cual reluciente óleo santo esta escena principal conformada por una contrita heroína ligeramente encorvada de cara a su viejo amor con un oxidado cuchillo convertido en tensora herramienta de poesía por su insólito uso; ¡ay, un pacto arrebatador y pungente, ay, un pacto pungente y arrebatador como él solo, ay la augusta música subyacente en aquel intachablemente romántico hecho de excepción, ay los dos enlazados quereres nuestros en una especie de privada ceremonia ocasionadora de nuestro más grande estremecimiento admirativo! Irremisible olvidar aquel tremendo símbolo del enloquecedoramente cautivador poderío de la imponderable deidad Amor, ¡oh irresistible impulso de enhiestas rosas brujas entregar por siempre jamás con auténtica unción venerado!, imposible olvidar aquella hermosísima y terrible expresión de su poder único que en esta parte o cántico veremos.


Igualmente, en esta octava parte o cántico veremos como simultáneamente, a muchísimos años luz de la a pesar de los pesares sagrada Tierra, en este imperecedero y multicolor hogar, por la simbólica acción de sus postreros hijos, por aquel pacto arrebatador y pungente, reinaba un venturoso clima de fiesta tan exagerado cual contagiosa cornucopia de constantemente ascendentes aleluyas o como una resplandeciente apoteosis de champaña y dicha. Vistosas bandadas de aves trinando vehementemente y elegantísimos cisnes o añejos liróforos de esbeltez y gracilidad eximias multiplicando laudatorios cantos en honor de ambos; todo por el arrebatador pacto de sangre entre sendos artistas del sentimiento; ¡ay sí, todo por la augusta música subyacente en un intachablemente romántico hecho de excepción, ay sí, todo por los dos enlazados delfines de la excelsitud en una especie de privada ceremonia ocasionadora aquí de un gran estremecimiento admirativo, todo por la unión de los elegidos en un acto tan fausto como impactante, todo por aquel pacto arrebatador y pungente, por aquel pacto pungente y arrebatador como él solo!


LA LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD

Mirando en línea recta y dirigiéndose a espíritus estrellados de poetas oyentes.


Si en verdad hay historias conmovedoras como una suprema expresión de los más relevantes significados recogidos en las canciones todas que una vez en selectos pechos brotaran ésta se encuadra dentro de tan apasionante género; si hay aleccionadoras y vibrantes historias sin desperdicio alguno y para contar con muy señalados sones de fondo y bajo esos intemporales fóculos del infinito capaces de hacer las delicias de cualquier soñador que se precie que las estrellas son, ésta es, evidentemente una de ellas, si existen prodigiosos sucesos que nunca nos cansaríamos de escuchar, los siguientes, trepidante desarrollo de un hado trágico, se enmarcan, indudablemente, entre los mismos.


¡Cuánto gusto proseguir relatando la vida y milagros, nunca mejor dicho, de aquellos sagrados tortolitos cuyas inmortales auras astrales viéramos configurar un auroral corazón mientras yacían inconscientes, epifanía de unas majestuosas tinieblas o majestuoso himno de la pureza indómita, qué inmenso placer para el corazón y el intelecto literaturizar y explicar ahora, convenientemente, otros sesenta minutos de la inenarrable madrugada comparables a una alucinante sima poética, concretamente los que fueron de las seis a las siete de la mañana!


¡Ah, ennoblecedor conjunto de acontecimientos el que nos atañe, ennoblecedor conjunto de acontecimientos con una destacable cuota de dulce cuento de hadas, de tenue y evocador mundo onírico, desde cierta perspectiva sólo faltaban las encantadas telas de Damasco a los lados del estrechísimo cuarto sesenta y siete dándole una nota oriental al trágico escenario para redondear la especificidad de aquel cerrado espacio como perfecto ámbito para el embrujamiento! Y allí dentro nuestro sufrido ídolo femenino por no poder traducir su piedad en actos, por no conseguir imaginar cómo traducir en hechos su alto sentimiento en la práctica, por no lograr que su irrefrenable ímpetu auxiliador modificara la espantosa realidad supuesta por la prolongada agonía del sublime vate, desasosegada enfermera por la situación del maestro de la oscuridad como si una sola de las uñas de los pies del moribundo lírico valiese más que el universo al entero. Sumida en su ya habitual y perfectamente comprensible confusión, la regresada musa a su mayor nivel inspirador a pesar de su enfrascamiento en obsesionantes incertidumbres, seriamente había temido que finara el extrañísimo hospedado que la aterrorizara hasta descubrir en él al lejano y brumoso amor, hasta asimilar que bien pudiera ser el mensajero de un más allá de belleza sin mala intención de ningún tipo para ella. Cada pocos segundos se volvía hacia aquel parcialmente desangrado anciano que semejaba algo así como la suma de ciertos caracteres del valleinclanesco Marqués de Bradomín, esa especie de Don Juan feo, sentimental y católico, y el entrañable mago de Oz, lo hacía extraordinariamente nerviosa porque no había encontrado la consigna para acceder a otro sector de Henexas en el cual hallar, si bien no un remedio milagroso contra una larga e inmerecida tortura, sí al menos un calmante de potentes efectos o una buena dosis de morfina. Y fue en cierto instante mientras, grandemente contrita y temblorosa, intentaba hacer acopio del coraje suficiente para seguir la evolución del sucesor natural del ingenioso Odiseo, mientras mostraba un papel de anhelosa receptora de algún indicio de vida en aquellos críticos momentos, cuando así, significando la adorable centralidad del encantamiento, se manifestó ella:


“¡Ah, designado genio lírico con la letra X, ah rescatador amor que me yergues hasta incomparables altitudes exentas de todo mal donde solamente las liberadoras alas de la fantasía podrían empujarnos, ah tú, poderoso redoble de las oscuridades primeras que me conduces hasta lo mejor de mí misma como si fuera a los lomos de plateado caballo Pegaso cuyos melódicos relinchos hiciesen nacer a su paso suspirosas violetas por la beldad imposible, oh tú que eres argénteo beso y solemne canto más allá de lo concebido y escuchado y al cual ni las prodigiosas oréades podrían compararse, ah entregada Arcadia de la sorpresa y de la ternura!, ¿puedes oírme todavía?, has de saber que dondequiera que te asientes allí iré yo, que dondequiera que tú vayas, aunque fuere al mismísimo fondo del averno, fondo llameante, flagelador del ojo e inimagimablemente doloroso suplicio del ser mínimamente consciente, también quisiera yo ir hecha cardinal profeta de un romance inacabable, ¡ah estremecedor monstruo de la lira que fueras confundido con un mísero prehumano, ah salvador amor cuando ya iba a emponzoñarte irremisiblemente, ah entregada Arcadia de sorpresa y ternura, ah poderoso redoble de las oscuridades primeras!”.


Por instantes casi tan zozobroso como el angustiado Jhonatan Harker al sospechar que había sido hecho prisionero por esa solitaria y umbrosa malignidad romántica representada por el conde Drácula, por momentos tan negativamente afectado por la inalterable mudez de su viejo compañero del alma como si un rancio y desalentado cuervo estuviese expandiendo su funesta esencia por todos los recodos de la lúgubre habitación...».


*Paráfrasis sobre mí mismo con relación al texto:


Hasta aquí un fragmento del inicio de la parte penúltima del episodio primero de Tragedia de sinfonía, sangre y sueño. Sin duda, pues únicamente así su escritura sentido podría poseer para su hacedor, conteniendo de principio a fin -versaran sobre lo que versasen, ya en virtud del singular cómo del discurso- frases reveladoras de su corazón -y del mundo en derredor visto, vivido y pasado por éste- que uno se llevaría consigo a la eternidad, más que nada porque en las exorbitantes imágenes y resplandores conformados por las largas oraciones, así como en la trepidación rítmica y por densa adjetivación enjoyada de la prosa donde se insertan, y también en las tramas asaz patéticas y las diversas ambientaciones con bastante de alegórico, se refleja fidedignamente uno como sentidor, destapado siendo el lirismo más personal, puro, furiosamente rutilante incluso.


Una obra la mencionada de la que se continuará, espaciadamente en el tiempo, algunos retazos anunciadores publicando aquí, agradeciendo la paciencia y comprensión de quien leyere, siempre ansioso de compartirse con quien necesitase escogidas palabras de un origen y destino similares, o gustara de ejercicios fundamentalmente emotivos y estéticos de tal naturaleza, dejando así un pequeño grano de arena en honor de la belleza inefable, respondiéndose de tal manera al porqué de los porqués existenciales de quien escribe, en función del cual no se cesó ni un instante -con la salvedad de inevitables pausas para atender a imperativos fisiológicos reducidos a su mínima expresión- de expresar gloria poética en la, a causa del notorio alejamiento, cuando no la postergación, de dimensiones espirituales que nos hacen -como diría uno de los (comentado sea haciendo abstracción de sus patologías mentales, ciñéndonos a su magia verbal) príncipes clásicos de los soñadores, el “oscuro” Holderlin, a propósito del cual recordado sea que el mismo Heidegger ponderaba como resplandecimiento de la verdad del ser- semejantes a los dioses, tan cruda, aspérrima, doliente, fea Tierra a cualquier espíritu medianamente sensible.


Se toma uno la libertad de copiar en este hilo escritos que siempre consideró, principalmente, prosa poética -por supuesto respetando que pareciere un mal remedo de ésta, aunque uno más que a nada en el mundo la respeta y la quiere, y acabó por satisfacerle a medias lo hecho-, a sabiendas de que, desde una concepción cientifista del pensamiento filosófico, con arreglo a presupuestos abiertamente materialistas -concordes, muy posiblemente, con mentalidades pragmáticas, para las que soñar con los ojos abiertos nada ha de decirnos, en rigor, acerca de la “realidad” o la “vida”, preponderantes en muchos espacios, acríticamente bendecidas desde el utilitarismo dominante, con certeza sintetizadas en prejuicios y postulados que configuran espiritualmente al hombre o la mujer de a pie como otrora miedos, culpas, inhibiciones o supersticiones obedientes al cristianismo imperante-, o simplemente echando un vistazo a estas líneas como un pensante viviente imbuido de décadas de nihilismo a nivel práxico e intelectual -con el efecto paralizante de la búsqueda del sentido primero y o definitivo, y el todo, con el sistemático rechazo de la trascendencia y el esencialismo, incluso aunque no más que como juego literario, como si en éste no operase también la racionalidad, sólo que al servicio de la emotividad y el sentido de lo bello o lo lúdico-, el texto copiado, y el mucho más amplio en el que se incardina, sonarán a ejercicio literario o una pretensión de ello, ergo, desde tales perspectivas, prometerá a lo sumo este hilo el posible entretenimiento que lograse deparar un cuentista. Sea como fuere, se sostiene también que por diletante como indagador radical de caminos, símbolos, frases menos lejanos a la verdad propia y en derredor seguramente cada quien se ha de tener so pena de limitarse espiritualmente, que, dentro de la enorme amplitud de testimonios que de nuestra vivencia de la propia interioridad y del paso por este mundo dejar cabe, el mío propio nace en parte en una curiosidad netamente filosófica, con especial interés estético, desde el momento en el cual, en virtud de su naturaleza, se tuvo uno a sí por buscador perpetuo, a través de una ficción representativa, queriendo transparentar o sugerir la vida y contenidos ocultos de su mente, explorar sentimientos individualizados o conceder un papel protagonista a la imaginación -pudiendo abrir estimulantes rutas no sólo expresivamente sino a nivel cognoscitivo- en su gran vastedad y complejidad, incluyendo en sus plasmaciones extensas digresiones y divagaciones existenciales o metafísicas, por descontado sin pretender ajustarse a una etiqueta ni mucho menos monopolizar el concepto -ni restringirlo- de lo que se entendiera por filosofar, implícitamente con esta propuesta postulando que resulta de lo más fascinante abrir los adentros e invitar a rehumanizar la comunicación, yendo infinitamente más allá de las interacciones triviales dadas, intentando contemplarse y comprenderse más y mejor uno a sí a partir de lecturas -susceptibles aquí mismo de extensos o breves comentos- que comportan transmigrar a la otredad, lo desigual, lo irregular, abarcando manifestaciones e inquietudes que difícilmente encajan dentro del atavismo y la convencionalidad, y que, chocando con éstos, plantean, inevitablemente, cuestiones fundamentales acerca del origen, sentido, naturaleza de las sociedades, y el ser humano ahora y ayer dentro de éstas.


*Nota para el foro:


Mi escritura nace en estratos creo que bastante profundos de mi subjetividad, siempre anheló recogerla metaforizándola, y fue y es dirigida a mí mismo, pero ello no quita que gustase, al menos, de probar a dar la oportunidad de conocerla a otros con quienes cobrase sentido hablar de darse puntos de confluencia, o vasos comunicantes. Por eso, a quienes habéis dedicado unos minutos en leerla y valorarla positivamente quedo por siempre agradecido, entre otros Kstream, Silclapa, Altair, Futaki -de quien, por su amplia formación filológica, cultura general, aparte de su desenfadada modestia abordando con didáctica sencillez algunas peliagudas cuestiones lingüísticas, cuando hay manuales que lo hacen con enrevesado retoricismo, se siente uno muy honrado de haber merecido su atención-. También me place haber podido ser escuchado por -y atender a- quienes me parecen simpatizantes de líneas de pensamiento distantes del que, más que en conceptos y cadenas de razonamientos sucesivas, se traduce en sorpresivas imágenes, en un discurso metafórico de bastante morosidad, a sabiendas de que la adecuada comprensión de tales líneas que no son las mías exige contar con una buena formación lógica y científica y conocimiento de ciencias formales -donde uno tiene serias lagunas-. De particularmente interesante califico el hilo en el que se discute sobre claridad y oscuridad -en última instancia un problema relativo que habría de motivar que previamente se abordase a fondo el asunto de cuáles son las bases del mejor ahondamiento, proceder y fineza exegéticos-; ciertamente, Heráclito, o Deleuze no son nunca igual de oscuros, ni siquiera de amenos o aburridos, ni de accesibles o densos para sus distintos receptores (gongorinas letras de las Soledades acaso ser vistas pudiesen hoy mismo, incluso por sujetos medianamente cultos, como el fruto de una mente esquizofrénica de no haber asimilado y divulgado al genial vate la generación del 27)-, mas, seguramente, también convendría debatir sobre mucho más graves problemas introductores de confusión, fomentando los cuales puede ser relativamente sencillo discriminar voces, perspectivas, críticas y o valores cuya difusión no interesara: la presunción de validez o idoneidad para ciertas claridades pretendidamente axiomáticas -si el viejo Aristóteles, modelo de saber, equilibrio, filósofo metódico y conciso al que nada cupo objetar durante largos siglos, afirmó los que, objetivamente, fueron auténticos disparates cosmológicos, ¿cómo a ciegas presunción de veracidad y tino otorgar a la concisión y a la transparencia que admitan aunque sólo sea una ligerísima duda, por más que precedidas de fama de sabiduría estuviesen, y, en cambio, al autor farragoso o innovador terminológica o semánticamente mirarlo en sentido contrario, recelando sistemáticamente del mismo, sospechando mistificaciones o sofisterías en él?-; por no hablar de las enormes deficiencias -uno a sí se vive como el primer exponente de éstas, no cesando de esmerarse por superarlas- y tendenciosidades interpretativas de tantos glosistas o comentadores de ocasión; o de la historia entera del pensamiento como expresión de voluntades de dominio en la que la hermenéutica juega un papel trascendente; o de la pobreza y superficialidad paladinas del hombre postmoderno como lector de libros o realidades, retrato de tosquedad y negligencia decodificadoras, con lo cual algo seguramente tendrá que ver que, con certeza, subsanadas y o reducidas a su mínima expresión en la medida de lo posible esas deficiencias colectivas imposible fuese que la superchería, el eslogan pegadizo, el populismo manipulador dominasen con la pasmosa facilidad con la que lo hacen la vida pública, donde no es azaroso el hecho de que brillen por su ausencia, hoy por hoy, la figura del intelectual comprometido y del creador que tiene la llave de otros mundos, vuelto de raíz hacia sí -carencias que se reflejan en el “arte” que se promueve-. A fin de cuentas, si un pensador resulta oscuro y se cree que encubre su vaciedad con términos, analogías, paralogismos abstrusos -cuestión de lo más subjetiva hasta que se ponga de manifiesto esa capciosidad-, nada impide a quien lo desee que le dé de lado o lo analice por su cuenta, sacando a la palestra sus presuntas falacias, rechazándolo individualmente, pero, ¿qué pasa cuando el problema es nuestro como intérpretes que dejan lo suyo que desear, de romos, desfasados, como mínimo mejorables rudimentos?; no pudiendo hacer plena abstracción de nuestra subjetividad al recibir, desmenuzar, clarificar nociones y exposiciones ajenas, ¿no es siempre pequeño el esfuerzo en la senda de alcanzar la neutralidad y la sindéresis hermenéuticas?; ¿no es en verdad un arte aún más difícil la apropiada comprensión de un mensaje filosófico que la producción y exposición de ideas en torno a un determinado tema?


Gracias por haber llegado a esta línea final y, ¡hasta otra!
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Última Edición: 27 Feb 2024 12:07 por Zaoc.
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"Tragedia de sinfonía, sangre y sueño" 12 Abr 2024 11:55 #82655

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«Continuación de una vasta y alegórica epopeya en la cual la Poesía su bellísima, postrera y acaso más terrible palabra da, seguiremos hallando aquí dos mundos antagónicos y no obstante sutilmente comunicantes, el Parnaso de la Eternidad, ignoto cuerpo celeste más allá de los sueños, y la supertecnificada Tierra en una ominosa era futura, en concreto el siglo IV tras la batalla de Áxenes, donde una máscara de bronce cubría simbólicamente la faz de todos sus moradores, planeta malignamente dominado por una élite fabricadora de innumerables siervos a nivel psíquico y material, triunfo fatal de un fundamentalismo cibernético aniquilador de la raíz lírica y la facultad libremente pensante y creadora de cada quien.

He aquí las dos partes iniciales, "La ensordecedora y deplorable barahúnda de la miseria" y "En las tenebrosas simas de la opresión del atroz régimen de las máscaras", del segundo episodio, “En la trascendental encrucijada entrañada por un desafiante preludio de ser”, prosecución de la poetizada biografía de los dos predestinados protagonistas ascendidos a su muerte al paraíso multicolor del Parnaso de la Eternidad -o la Poesía-. En él, la Luz de la Omnisciencia, ojo divino de ese absoluto ideal, seguirá contando, con enfático dramatismo y voluntad reveladora, las peripecias en la hostil Tierra de la extraordinariamente confusa Lucy tras la primera defunción del héroe de la faz al descubierto en la que finalmente interviniese: sabremos de la nueva mutación interior de esta protagonista estrella, profundizaremos en su extrañamiento en medio del jolgorio metropolitano, seguiremos al detalle su progresivo oscilar metamórfico, habiéndole sido diagnosticadas disfuncionalidades varias su encierro preventivo en un vasto y subterráneo reformatorio de la época plusmoderna, nos extasiaremos internándonos en sus simbólicos paisajes oníricos, en sus escalofríos e indagaciones tras la pista del envolvente misterio marcado por el antiguo amor matado, mas no ausente a cierto nivel oscuro... Y, por detrás de tan singulares hechos, un oculto destino realizándose, con la firma sangrante de la divinidad.

La ficción de este libro y la filosofía que en él subyace, su universalización magnificadora de sentimientos particularmente sustanciosos y relevantes, su nueva mitología de la que se apuntan ya algunas claves, su misticismo, su esencialismo de fondo, su acentuado dramatismo y juego de contrastes, tanto como los arquetipos humanos que en él desfilan, además de mover a interrogarnos sobre complejas cuestiones de siempre como quiénes somos, cuál es nuestra posición en el cosmos, cuáles nuestras potencias desconocidas, o el sentido de nuestras obras y decires y de la propia historia, plantean, en parte, una profecía apocalíptica acerca del destino de la humanidad, y se traducen en una metáfora cruel de la sordidez y el desalmamiento terrenales.

No obstante, homenajeando la facultad poética en sí como revelación, presentimiento o vestigio del plano divino del ser humano y del universo que nos lleva a la dimensión mágica de la vida y de nuestro propio ser, ventana abierta a lo infinito, esta obra nos incita también a maravillarnos con el poder único del corazón y su música incesante que se confunde con las oscuridades originarias, a glorificar la virtud enamoradora y taumatúrgica de la palabra, a sentir el ansia inextinguible de una belleza superadora de cuantas formas e imágenes existieran, a afirmar el perdurable abismo de inefabilidad que somos, o a estremecernos ante el enigma de nuestras vidas y seres en una irrisoria brizna de la creación dentro de la insondable infinitud, de tal forma que ha de sugerirnos, también, el cénit de nuestras interioridades encendidas por la llama de una escalofriante poesía cósmica, tan henchidor como para pensar que sobre el mismo, noche tras noche, deslumbrados e íntimos, acaso se interrogaran desde inmemoriales tiempos los propios astros».

*Nota:

Agradeciendo siempre el hueco con el que aquí uno se permite contar abriendo un canal hacia su peculiar inquietud y su no menos singularizado éxtasis de orden interior hechos libros digitales, la estimable nutrición que en campos diversos del pensamiento supone la macedonia de aportes, recomendaciones, voces, críticas, incluso algunas confrontaciones dialécticas de este foro -cuando no extraño lo atendido y me cabe, aun con reservas dicho sea, acercarme a su meollo, pues al menos a quien ahora redacta le suena la música de fondo del tema abordado y se atiende a éste con la merecida atención aunque no se concordara en absoluto con algunos párrafos leídos, o para rigurosos intérpretes en ellos hubiese, muy posiblemente, claras deficiencias expositivas, parcialidad opinante no conciliable con la fundamentación discursiva racional de la filosofía, o llamativos vacíos argumentativos-, poseído por la fascinación infinita de la vivencia de las propias profundidades y de su constante redescubrimiento junto al correspondiente testimonio escrito de la misma, compartiendo la más alta felicidad que quepa experimentar a ente pensante y sintiente alguno, en su singularidad espiritual considerado, libremente ser y expresarse, hasta aquí la recensión del inicio del episodio segundo de Tragedia de sinfonía, sangre y sueño. Quienquiera que sintiese curiosidad por este título podría acudir a su fuente virtual y continuar leyendo, contando conmigo, si en algún sentido lo precisase y deseara, para clarificarlo, abordarlo, digerirlo, exprimirlo con la pasión y profundidad que merece cualquier texto tras el que un lector medianamente formado enseguida podrá imaginar que hay, como poco, una honesta y radical busca interior traducida en esfuerzo sostenido a lo largo de todos los días para ir sacándola -aquí hecha fantástica historia- a la luz, deleitoso esmero que a quien define realiza por sí solo.

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Última Edición: 16 Abr 2024 08:29 por Moderador 3.
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