Pero ahondemos un poco más en el tema.
A lo largo del día he visto, por una parte, comentarios laudatorios hacia el acto de Amaral; por otra, reacciones en contra. Entre estas últimas, las hay que comparan el gesto de Eva con el destape, Susana Estrada o incluso Sabrina. Y se dicen: ¡pero si esto ya lo hacían las mujeres hace 50 años!
Creo que cometemos un error de visión histórica. El destape fue una época de nuestro cine en que el desnudo femenino se vio, por una parte, como liberación (las que se desnudaban eran las más progres, como Ana Belén). Sin embargo, hoy en día lo vemos como la cosificación del cuerpo femenino. No obstante, recordemos que veníamos de los tiempos en que la gente iba a Perpignan no para ver a Puigdemont, sino “El último tango en París”.
El acto de Sabrina fue puramente un punto erótico-festivo cutre. Sin embargo, en mi opinión, el desnudo de Amaral está exento de toda esa dosis de cosificación de otros anteriores. Es meramente un acto de reivindicación.
Si hoy en día hay muchos que se ofenden y otros muchos que aplauden este gesto quizás deberíamos preguntarnos sino si no hemos retrocedido en algunos aspectos desde los años 90 a esta parte, en especial durante la última década.