El infierno está vacío, y todos los diablos están aquí.
“La tempestad”, W. Shakespeare
Vuelvo al tema de la independencia de Cataluña y el País Vasco. Sé que hay otro hilo por ahí en que se habló de este asunto, pero ha pasado tiempo y creo la situación ha variado.
Reconozco que desde Extremadura viví con indignación todos los acontecimientos que precedieron y sucedieron al
procés, por el modo en que se planteó el referéndum, la imagen franquista que se vendió de España en el exterior, las lecciones de democracia que cada día teníamos que escuchar de los líderes independentistas, las reacciones de odio por parte de muchos sectores de la sociedad, la incompetencia de los poderes del Estado para frenar la situación antes del 1-0 o la actuación policial de ese mismo día.
Parece que durante el reinado de Sánchez el ambiente se ha aplacado, las cosas están más tranquilas, el ambiente es más respirable, pero me temo que es solo un estado de latencia.
Ahora nos encontramos en una España difícil de gobernar. Por un lado, el PP tiene a VOX como único aliado (más UPN y CC). Por el otro, al PSOE que tiene que lidiar no solo con el conglomerado de partidos de SUMAR (con Podemos poniendo zancadillas), sino con todos los partidos independentistas, nacionalistas o regionalistas.
Algunos de los requisitos exigidos para la formación de gobierno son: referéndum, amnistía, quita de la deuda catalana, aumento de competencias (rodalies), nuevo modelo de estado (PNV), presidencia del Congreso de un político independentista o nacionalista... Por último, estamos en manos de un señor que se escapó en el maletero de un coche, vive en Waterloo, dejó colgado a Junqueras y compañía y vomita a diario miserias sobre España. Ayer mismo dijo que “subía la apuesta” para la formación de Gobierno.
A nivel teórico, sostengo que la posible independencia de Euskadi o Cataluña debería pasar por un referéndum nacional. Todos tenemos derecho a decidir sobre un territorio que es de todos. Personalmente deseo que ambos territorios permanezcan en España, pero en una convivencia pacífica. A nivel práctico, ese referéndum solo podría producirse a nivel autonómico.
A estas alturas de la película, y con un país casi ingobernable, ya no me parece mala idea un posible referéndum de autodeterminación. La convivencia se deteriora. Es repugnante leer algunos artículos de prensa, por no hablar de los comentarios en RRSS o en los periódicos. La catalanofobia, vascofobia y españofobia se han instalado en una parte importante de la sociedad.
Personalmente estoy cansado. No quiere pasarme lo que me quede de vida aguantando las soflamas de unos y de otros. También de que cuando se habla de pluralidad de este país se haga referencia únicamente a los territorios del noreste peninsular, cuando España es mucho más diversa.
¿Opináis algo al respecto? ¿Creéis que un referéndum y, en su caso, una transición pacífica y amigable hacia la independencia sería una opción? ¿Sois totalmente contrarios? ¿Veis imposible una transición pacífica?