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TEMA: Hegel. Fenomenología.Cap IV. La verdad de la certeza de sí mismo.Parte 1ª.

Hegel. Fenomenología.Cap IV. La verdad de la certeza de sí mismo.Parte 1ª. 09 Dic 2023 00:29 #80391

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Dice el filósofo que, según lo expuesto hasta ahora, "lo verdadero es a la conciencia algo otro de ella misma" y que además el concepto de lo verdadero desaparecía en la experiencia. El objeto, cuando es algo en sí, muestra que no es en verdad, sino que lo en sí, resulta ser un modo en el que el objeto es para otro: "el concepto de lo que es en-sí se cancela y asume ante el objeto efectivamente real". A partir de ahora se ha creado "una certeza que es igual a su verdad". "Si denominamos concepto al movimiento del saber, y objeto, al saber como unidad quieta... vemos que... el objeto corresponde al concepto".

"Con la autoconciencia,... hemos puesto pie en el reino originario de la verdad". Si consideramos el saber de sí mismo en relación con el saber de otro, vemos que este último ha desaparecido, pero que sus momentos se han preservado y están aquí tal como son en sí: el ser del querer decir, la singularidad y universalidad de la percepción contrapuesta a ese ser y lo interior vacío del entendimiento, son ahora ya momentos de la autoconciencia. "La autoconciencia es la reflexión que parte del ser del mundo sensible y percibido, ella es... el retorno desde el ser otro".

Dice Hegel que la diferencia no tiene la figura del ser, que "ella no es autoconciencia", "para ella -para la autoconciencia- hay el ser-otro en cuanto un ser, o en cuanto momento diferenciado; pero también hay para ella la unidad de ella misma con esta diferencia, en cuanto segundo momento diferenciado". Dos momentos contrarios pues en autoconciencia: 1º, el ser otro en cuanto un ser y diferenciado y 2º, la unidad de la misma con esa diferencia. Hay una tercera cosa: la unidad de la autoconciencia consigo misma que es mero subsistir, fenómeno o aparición.

"Esta unidad -la unidad de la autoconciencia consigo misma- ha de llegar a serle esencial a ella; es decir, la autoconciencia es deseo sin más... la conciencia tiene, en cuanto autoconciencia, un objeto doble:... el objeto de la certeza sensorial y del percibir... marcado para ella con el carácter de lo negativo, y segundo, a saber, sí misma, que es la esencia verdadera y... solo está presente... en la oposición del primer objeto". "La autoconciencia se expone aquí como el movimiento en el que esta oposición queda cancelada y asumida, convirtiéndosele en la igualdad de sí misma consigo misma".

"Pero el objeto, que es lo negativo para la autoconciencia... ha retornado hacia dentro de sí" según como la conciencia lo había hecho y "a través de esta reflexión hacia dentro de sí, el objeto ha llegado a ser vida", ¡"el objeto del deseo inmediato es algo vivo"! "pues lo en-sí, o el resultado universal de la relación del entendimiento con el interior de las cosas, es el diferenciar lo que no se puede diferenciar, o la unidad de lo diferente".

Esta es, señoras y señores, la obra del gran demiurgo, el movimiento-concepto de la creación, el creador acaba de hacer la vida, pero antes ha hecho el deseo. Hegel ha hecho primero el deseo y después la vida. Algo que podría ser que "quería hacerla y después la hizo", que quiso formarla y la formó, que el hermoso chico del norte quiso arreglar las cosas y las dejó bien arregladas... para siempre, señoras y señores. ¡Tenía 35 años, entonces! En este año 2.023 tendría 218 años. Nos encontramos en el año 253 de la Hégira Hegeliana.

Tú fabrica pues un trozo de bronce mezclando en el atanor cobre y estaño ¡ya lo tienes!, ahora trata tú en ese bronce de separar de nuevo los elementos del cobre y los elementos del estaño ¡no es posible! no se puede separa el estaño del cobre cuando se hizo el bronce.

El bronce pues de la negación absoluta fabricado por Hegel con el cobre de la diferencia y el estaño de la certeza sensorial hay que descomponerlo ya que el entendimiento es diferenciar y dividir lo que no se puede diferenciar ni dividir. El bronce de la negación absoluta hay que atajarlo pues, con su desgaste o desaparición al estilo de Lucrecio de que todas las cosas nacen en un lugar y momento, pero desaparecen en otro y con seguridad hacia el fin y término de esas cosas, la naturaleza y el pensamiento. Una negación absoluta, ahora ya, no puede recuperarse con una afirmación absoluta, al propio estilo de Hegel cuando nos presente el Saber Absoluto, solo hay que esperar a que desaparezca en su fin y término. O que otro demiurgo vuelva, en otro lugar o época a crear la vida.

Prosigue: "más ésta unidad -la unidad de lo diferente- y este concepto se escinde en la oposición de la autoconciencia y de la vida", "la autoconciencia, que es para sí sin más y marca a su objeto con el carácter de lo negativo, o que es... deseo, hará la experiencia de la autonomía del objeto, descubrirá que éste se sostiene por sí mismo", es decir está vivo.

El ciclo de la vida se cierra en unos momentos: la esencia es la infinitud, lugar donde se resuelven todas las diferencias, el movimiento alrededor de un eje, la quietud de sí misma en relación con la infinitud inquieta (así tal cual), la autonomía del sostenerse por sí misma y las esencias del tiempo y el espacio. "La vida, según el medio fluido universal, tranquilo descomponer las figuras, se convierte en el movimiento de las mismas, o en vida como proceso". "La sustancia simple de la vida... es la escisión de ella misma en figuras... y la disolución de la escisión es... un escindir, o un articular en miembros diversos". "Todo este recorrido cíclico es lo que constituye la vida".

Pero nosotros decimos aquí que no se sabe si se pueden hacer todas esas cosas con la vida. La vida aquí, en la digresión presente, siempre fue entendida como algo neutro, un fenómeno cosmológico como los planetas y las estrellas, un último reducto de la existencia. No se sabe lo que hay más arriba o más abajo de ese fenómeno, no se sabe si es algo que empieza o que termina, no se sabe lo que durará o si tuvo un comienzo.

La unidad universal tiene todos estos momentos en tanto que asumidos (como si estuvieran cancelados desde otro lugar o acaso desde la unidad inmediata). "Ella -la unidad universal- es el género simple que, en el movimiento de la vida misma, no existe para sí EN TANTO QUE esto simple; sino que... la vida remite hacia algo distinto de lo que ella es, a saber, a la conciencia para la cual es como esta unidad o como género".

"La autoconciencia, solo se es así... como la esencia simple, y, en cuanto puro yo se tiene a sí por objeto en su experiencia". Este tenerse la autoconciencia a sí por objeto en la experiencia es algo muy importante, puede ser el mismo yo, pero puede ser otra cosa: la autoconciencia como objeto sensible y vivo de la propia autoconciencia.

"La autoconciencia solo está cierta de sí misma cancelando y asumiendo a esto otro que se le presenta como vida autónoma; es deseo", segura de la nulidad de esto otro "lo pone para sí como su verdad", abstrae y aniquila el otro autónomo y se da la satisfacción de otorgarse la certeza de sí misma como certeza verdadera.

Ahora la autoconciencia "es igualmente absoluta para sí y solo lo es cancelando el objeto", el objeto ha de negarse antes a sí mismo "pues él mismo es la negación". Este movimiento de contrarios es todavía conciencia.

"Pero esta naturaleza autónoma universal en la que la negación lo es como absoluta es el género como tal, o como autoconciencia". La autoconciencia alcanza su satisfacción solo en otra autoconciencia". Kosmos contra kosmos. A partir de ahora no hay una sola autoconciencia -que la hay- sino dos autoconciencias. Lo uno hizo el dos y no se sabe cual es más importante.

El yo que es objeto de su concepto no es de hecho objeto, el objeto del deseo es lo autónomo "pues es la substancia universal que no se puede aniquilar, la esencia fluida igual a sí misma". Cuando una autoconciencia es el objeto, este objeto es "tanto yo como objeto", "con lo cual ya está presente para nosotros el concepto de espíritu". Es ahora cuando llega a la conciencia la experiencia de lo que el espíritu es: "esa substancia absoluta que, en la libertad y autonomía perfectas" de la oposición de autonomías diversas que son para sí es la unidad de las mismas "yo que es nosotros, nosotros que es yo".
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