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TEMA: Oscuridad y claridad en la literatura filosófica

Oscuridad y claridad en la literatura filosófica 14 Ene 2024 12:28 #81127

  • Nolano
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Surgió la cuestión recientemente en el hilo sobre "La neutralidad del Dasein de Heidegger". Pero va apareciendo recurrentemente en otros hilos. Por eso creo que es buena la idea propuesta por Futaki de abrir un hilo exclusivamente para tratar del asunto. Comienzo con tres reflexiones sobre ello.

I
Es propio de toda ciencia (y uso la palabra en sentido amplio, como área acotada del conocimiento humano) disponer de una terminología propia en la que los especialistas en la materia se hallan cómodos y evitan controversias inútiles al saber el significado preciso de esos términos propios de su disciplina. Por eso, en principio, cuando uno se acerca a la Filosofía, como rama específica del saber humano, es lógico que se sienta un poco perdido ya que no conoce bien la terminología empleada.

Pero, a diferencia de otras ciencias, lo anómalo de la Filosofía es que al no haber referencias fácticas o físicas a muchas de las palabras utilizadas, muchos autores se permiten "jugar" con las palabras, de forma que el sentido de las frases se hace confuso no solo para los profanos en Filosofía, sino incluso para personas ya bastante avezadas en lecturas filosóficas. Así, se hace imposible o muy difícil saber si lo que escribe tal o cual filósofo realmente significa algo o es un mero galimatías. No sirve ni siquiera como criterio el que tal o cual filósofo sea ampliamente reconocido en el ámbito académico, porque, desgraciadamente, las Universidades y Foros filosóficos de nuestros días están plagados de bocazas insustanciales que, al amparo de la oscuridad del lenguaje, pasan por ilustres sabios. Les va bien el dicho de que de noche, todos los gatos son pardos.

II
Por mi parte, al comenzar los estudios de Filosofía, y tras pasar por el inevitable periodo inicial de confusión y duda entre si lo que estaba leyendo era realmente profundo pero no estaba al alcance de mi embrionaria capacidad como lector de Filosofía o si lo que estaba leyendo era pura palabrería, al cabo del tiempo me fui fijando a mí mismo una norma de conducta para salvaguardar mi higiene mental: Si lo que estaba leyendo sobre tal o cual tópico filosófico contribuía a clarificar los conceptos originales y previos sobre el asunto, seguía leyendo con provecho; si lo que estaba leyendo era aún más confuso y oscuro que los textos previos sobre los que se trataba, desechaba la lectura. Por ejemplo, la Historia de Guthrie aclara bien el pensamiento de los presocráticos y los conceptos en juego, ayudando a su comprensión: sigue leyendo. Los libros de Aubenque sobre Aristóteles contribuyen a aclararnos el pensamiento del Estagirita: sigue leyendo. Los libros de algún docente de la UNED de cuyo nombre no quiero acordarme enturbian lo que la lectura directa de los presocráticos nos dice: arrójese el libro a la estantería y permanezca allí bien escondido por los siglos de los siglos.

III
Como último punto, someto a vuestra consideración unos párrafos de Roger Scruton ("Pensadores de la Nueva Izquierda"). Utiliza el término "neolengua", creado por Orwell en su obra "1984", para designar la forma de hablar de los pensadores de la Nueva Izquierda:

La neolengua irrumpe cuando se sustituye la finalidad principal del lenguaje, describir la realidad, por el objetivo opuesto de reafirmar nuestro poder sobre ella... Las frases que se expresan en neolengua parecen aserciones, pero su lógica subyacente es la propia de la magia. Conjura el triunfo de las palabras sobre las cosas... Como consecuencia de ello, la neolengua desarrolla su peculiar sintaxis que, a pesar de estar estrechamente vinculada a la del lenguaje ordinario, rehúye celosamente el encuentro con la realidad y la lógica de la discusión racional...

Los individuos son la realidad más importante, el obstáculo que todo sistema revolucionario ha de vencer por necesidad y toda ideología destruir. La inclinación del individuo por lo particular y contingente, su molesta tendencia a rechazar lo que otro ha pensado por su bien y para su mejora, su libertad de elección y los derechos y deberes mediante los cuales la ejerce, todo eso no son más que obstáculos para los revolucionarios que ponen en marcha planes quinquenales...

Los conceptos que se utilizan en el diálogo y la conversación cotidiana facilitan los compromisos, los acuerdos y la coordinación pacífica de la acción con personas que no comparten nuestros proyectos o inclinaciones, pero que, como nosotros, tienen necesidad de contar con su propio espacio. Esos conceptos tienen poco o nada que ver con las estrategias y los planes de la izquierda revolucionaria, pues permiten a quienes los usan cambiar el curso de sus preferencias, abandonar sus objetivos y sustituirlos por otros, enmendar sus formas y adoptar esa flexibilidad de la que al final siempre depende una paz duradera.


No busquéis a Roger Scruton en los planes de estudios de las Facultades de Filosofía (aunque solo fuera para contrastar sus ideas con las de otros); no hay sitio para él, porque hay que hacérselo a Habermas o a Deleuze (aunque no haya quien entienda ni al uno ni al otro).
Bin ich doch kein Philosophieprofessor, der nöthig hätte, vor dem Unverstande des andern Bücklinge zu machen.
No soy un profesor de Filosofía, que tenga que hacer reverencias ante la necedad de otro (Schopenhauer).


Jesús M. Morote
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Oscuridad y claridad en la literatura filosófica 14 Ene 2024 20:00 #81131

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Agradezco a Nolano que haya abierto este hilo, así como sus aportaciones.

Las críticas al lenguaje oscuro (como las que ha mostrado Nolano en su punto III) son frecuentes en obras de Pragmática. Así, Sokal y Bricmont, en Intellectual Impostures, analizan párrafos de filósofos célebres que son auténticos galimatías (gibberish). (Para ello se centran fundamentalmente en autores franceses del s. XX que emplean una jerga filosófica que, según estos autores, no significa nada. Debido al prestigio que cobran estos pensadores (por ejemplo, Lacan), sus seguidores continúan usando esos sinsentidos como si fuesen profetas a los que hay que interpretar, pero no contradecir. (He parafraseado a través de Cappelen, Bad language), 2018.

Mi opinión no es tan concluyente. A la hora de analizar la oscuridad del lenguaje filosófico lo hemos de contemplar como un todo .A diferencia de lo que sucede en otras ciencias, en Filosofía se recurre constantemente a los griegos, a la Escolástica. O cualquier filósofo venerable. ¿A qué se debe la oscuridad de ciertos autores que todos tenemos en mente? En una reflexión imperfecta y preliminar me baso en ideas que rescato de dos obras clásicas: ]Mímesis[/i] de Auerbach y Qué es la literatura, de Sartre. Mezclo sus ideas a mi manera y con intuiciones propias.

1. En primer lugar debemos distinguir si la oscuridad se debe a un problema filológico o filosófico. Parto de que este hilo se basa exclusivamente en el segundo supuesto y en el enrevesado estilo de escritura de algunos filósofos. Nada que ver con la dificultad de filosofar sobre los presocráticos.

2. El problema del destinatario. ¿A quién se dirige un escrito? Auerbach expone que el cristianismo en sus inicios usó un estilo bajo en comparación con el estilo elevado que usaban sus coetáneos paganos. De hecho, estos se reían de aquellos y tildaban sus escritos como “sermo piscatoris” (habla o lenguaje de pescadores). Estos seremos estaban destinados a la predicación, bien directa, o bien para enseñanza de los monjes menos letrados.
Sin embargo, el latín sirvió de lengua koiné durante toda la Edad Media e incluso hasta bien entrado el s XVIII en toda Europa. Los tratados de los primeros filósofos cristianos, los padres De la Iglesia y la Escolástica en general estaba destinado a un público muy reducido. Por decirlo de otra manera, se leían solo entre ellos. En este caso, la dificultad de Duns Scoto o Santo Tomás no proviene de un deseo de oscuridad, sino de la presuposición de que esos otros autores se entenderán entre ellos. Hablamos de tiempos en que el conocimiento era conocimiento espiritual y estaba en manos de la Iglesia.

3. Acudamos a épocas más actuales. El s. XVIII supuso un paso importante hacia nuevos estilos debido al poder que poco a poco alcanza la burguesía y a su toma de conciencia de clase. Tras el invento de la imprenta en el s. XV, el desarrollo de las ciudades, de la educación en capas intermedias, etc., el saber se “universaliza” , de manera que el burgués y no solo el clérigo o el aristócrata quiere tener acceso al conocimiento. Algunos filósofos continuarán con la dificultad propia del lenguaje filosófico y otros (como o Diderot) emplearán un lenguaje más llano. Un buen ejemplo de ambas tendencias la encontramos en Marx y Engels, que unen sus ladrillos con el Manifiesto Comunista, dedicado a las masas.

4. Si en la Edad Media los escolásticos se comunicaban entre sí, en el s. XX sucede algo parecido con el mundo académico. En otro hilo hablamos de Heidegger y de Ser y Tiempo,. Hemos de tener en cuenta que Heidegger parte de autores ya de por sí complejos (como Husserl). Que comparte espacio con una generación muy brillante de filósofos -algunos más jóvenes, otros más viejos- como Cassirer, Wittgenstein, Scheler, Benjamín, Adorno, Horkheimer, Jasper, etc. Que llevaba impartiendo sus lecciones desde años atrás y exponiendo su filosofía y conceptos en la Universidad. Algo parecido sucede en la Francia de los setenta. En buena medida se escriben entre ellos y para ellos, a pesar de que el libro se imprima , se venda y esté a disposición de cualquiera. No pasa lo mismo, en cambio, con Ortega, ya que la España de su tiempo estaba en pañales en cuestiones de Metafísica.

Me paro aquí aunque me dejo muchas cosas en el tintero. He realizado un recorrido muy rápido e imperfecto, con muchas elisiones, matizaciones posibles, etc. Simplemente es una continuación del punto de partida del mensaje de Nolano con la esperanza de que podamos mantener un debate productivo.

Un saludo
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Oscuridad y claridad en la literatura filosófica 14 Ene 2024 23:16 #81132

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Futaki escribió:
1. En primer lugar debemos distinguir si la oscuridad se debe a un problema filológico o filosófico. Parto de que este hilo se basa exclusivamente en el segundo supuesto y en el enrevesado estilo de escritura de algunos filósofos. Nada que ver con la dificultad de filosofar sobre los presocráticos.

No tan deprisa, Futaki. No hay que desdeñar los problemas filológicos o, al menos, lingüísticos. La selva de la oscuridad filosófica esconde de todo, fieras de todo tipo que acechan al inadvertido caminante. También a título de mero esbozo, a falta de que el debate vaya aportando puntos de vista nuevos, tendríamos para empezar:

1. Cuestiones semánticas. Uno de los recursos más utilizados por el filósofo críptico es usar una palabra de su nueva creación, sin explicitar suficientemente su significado, o, peor aún y más frecuentemente, usar una palabra ya existente, pero con un deslizamiento semántico que no queda en absoluto suficientemente aclarado. Se me viene ahora a la cabeza, así a bote pronto, el ejemplo del uso por Deleuze de la palabra "archipiélago". Cuando Deleuze escribe archipiélago no se se refiere a lo que todos conocemos por un archipiélago; es otra cosa, pero no sabemos qué: ni siquiera en sentido metafórico el archipiélago de Deleuze tiene que ser parecido a un archipiélago. Pero Deleuze tiene ya el colmillo bien retorcido. Él sabe que si en vez de "archipiélago" escribe algo como "tibituba", se va a ver obligado a dar mil explicaciones sobre qué significa eso y cómo debemos entenderlo. Al usar la bien conocida palabra "archipiélago", palabra que todo el mundo conoce, escurre el bulto, sin tener que dar explicación de ningún tipo.

2. Cuestiones sintácticas. Consiste en retorcer la sintaxis hasta hacer que palabras (que incluso pueden ser bien conocidas e identificables) unidas de forma extravagante conformen una frase formal sin contenido alguno.

3. Cuestiones lógicas. También el filósofo críptico puede acudir a enlazar proposiciones de forma aparentemente válidas, pero lógicamente incorrectas. Las "trampas" más frecuentes suelen ser la petición de principio (o argumento circular) y el non sequitur sacando conclusiones que no se siguen realmente de las premisas.

4. Falacias retóricas. Es frecuente en los filósofos crípticos el uso de falacias retóricas, quizá la más frecuente la ad populum, pero también las del tipo ad misericordiam, ad autoritatem e incluso ad baculum. Invocando el favor mayoritario del pueblo, o la (presunta) defensa de las (presuntas) víctimas o una autoridad que sólo el filósofo críptico o sus adláteres incondicionales le otorgan, se va haciendo camino en ese mundillo de oscuridad y engaño.

Seguramente me he dejado muchas trampas de todo tipo en los discursos de los filósofos crípticos. Pero es francamente difícil sentar bases teóricas generales en esta cuestión. Si alguien está interesado, se puede intentar un camino que tal vez nos pueda aclarar bastante sobre la cuestión que debatimos. Se trataría de analizar algunos textos concretos e identificar dónde está la "trampa" (o las trampas) que conducen a la oscuridad y, en consecuencia, arrasan toda posibilidad de debate respetuoso. Y no se trata de que todos coincidamos en nuestras opiniones, sino en que el diálogo respete la diversidad en los principios, valores y opiniones de cada cual, sin someter a la sociedad al totalitarismo del "pensamiento único" que acecha a las sociedades modernas.

Roger Scruton habla de los siguientes filósofos como insertos en ese viaje:
-Hosbawn
-Thompson
-Galbraith
-Dworkin
-Sartre
-Foucault
-Habermas
-Althusser
-Lacan
-Deleuze
-Gramsci
-Said
-Badiou
-Zizek

Nos vale cualquiera de ellos. Para que la cuestión esté más al alcance todos (yo a muchos de los citados no los he leído) se puede elegir a alguno que tenga tratamiento en alguna asignatura de la carrera de Filosofía de la UNED. No sé, quizá Sartre, Habermas o Deleuze. Prefiero no elegir yo al "acusado", así que espero que lo haga alguno de vosotros y que seleccione algún texto que podemos proceder a analizar a ver dónde están las fuentes de la oscuridad de su discurso.
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Jesús M. Morote
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Última Edición: 14 Ene 2024 23:20 por Nolano.
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Oscuridad y claridad en la literatura filosófica 15 Ene 2024 00:58 #81135

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Nolano escribió:
Futaki escribió:
1. En primer lugar debemos distinguir si la oscuridad se debe a un problema filológico o filosófico. Parto de que este hilo se basa exclusivamente en el segundo supuesto y en el enrevesado estilo de escritura de algunos filósofos. Nada que ver con la dificultad de filosofar sobre los presocráticos.

No tan deprisa, Futaki. No hay que desdeñar los problemas filológicos o, al menos, lingüísticos. La selva de la oscuridad filosófica esconde de todo, fieras de todo tipo que acechan al inadvertido caminante. También a título de mero esbozo, a falta de que el debate vaya aportando puntos de vista nuevos, tendríamos para empezar:

Me refiero a problemas filológicos de transmisión o de fijación textual. Por ejemplo, los presocráticos, de los que solo conservamos fragmentos o noticias suyas a través de fuentes indirectas. La distinción entre autores difíciles per se y los que son difíciles por problemas de transmisión textual.
Roger Scruton habla de los siguientes filósofos como insertos en ese viaje:
-Hosbawn
-Thompson
-Galbraith
-Dworkin
-Sartre
-Foucault
-Habermas
-Althusser
-Lacan
-Deleuze
-Gramsci
-Said
-Badiou
-Zizek


Nos vale cualquiera de ellos. Para que la cuestión esté más al alcance todos (yo a muchos de los citados no los he leído) se puede elegir a alguno que tenga tratamiento en alguna asignatura de la carrera de Filosofía de la UNED. No sé, quizá Sartre, Habermas o Deleuze. Prefiero no elegir yo al "acusado", así que espero que lo haga alguno de vosotros y que seleccione algún texto que podemos proceder a analizar a ver dónde están las fuentes de la oscuridad de su discurso.

De los que he leído sacaría a alguno de esa lista, sobre todo Sartre y Foucault. No me parecen ejemplos de oscuridad; al menos no están al nivel de otros. Por mi parte, me he hecho del libro de Sokal que cité en mi comentario anterior y que conocía de manera indirecta. Según el índice, repite alguno de esos nombres (Deleuze, Lacan) e incluye otros como Kristeva, Luce Irigaray, Bruno Latour, Baudrillard, Virilio y Guattari. Creo que también incluye a discípulos de Bergson y de Gödel. Supongo que entre las líneas se incluirán más nombres. Voy a leerlo, ya que es cortito y creo que puede ser interesante para hablar del tema. Además promete algo de humor, que siempre se agradece.

De los nombres propuestos, Deleuze no parece mala opción.
Última Edición: 15 Ene 2024 01:00 por Futaki.
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Oscuridad y claridad en la literatura filosófica 15 Ene 2024 10:17 #81136

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Futaki escribió:
Me refiero a problemas filológicos de transmisión o de fijación textual. Por ejemplo, los presocráticos, de los que solo conservamos fragmentos o noticias suyas a través de fuentes indirectas. La distinción entre autores difíciles per se y los que son difíciles por problemas de transmisión textual.

Entendido.

Futaki escribió:
De los que he leído sacaría a alguno de esa lista, sobre todo Sartre y Foucault. No me parecen ejemplos de oscuridad; al menos no están al nivel de otros. Por mi parte, me he hecho del libro de Sokal que cité en mi comentario anterior y que conocía de manera indirecta. Según el índice, repite alguno de esos nombres (Deleuze, Lacan) e incluye otros como Kristeva, Luce Irigaray, Bruno Latour, Baudrillard, Virilio y Guattari. Creo que también incluye a discípulos de Bergson y de Gödel. Supongo que entre las líneas se incluirán más nombres. Voy a leerlo, ya que es cortito y creo que puede ser interesante para hablar del tema. Además promete algo de humor, que siempre se agradece.

De los nombres propuestos, Deleuze no parece mala opción.

Deleuze creo que vale para empezar. Son muy fáciles de desmontar sus innumerables trampas. Por eso son más interesantes para nuestros propósitos, por ejemplo, Habermas o Sartre, pues son mucho más sutiles que Deleuze en esto de trampear y oscurecer. Pero es mejor empezar por lo más fácil, así que Deleuze está bien por mi parte. Propongo "¿Qué es la Filosofía?", pues es un texto propuesto en la asignatura de Metafísica cuando yo cursé dicha asignatura. Supongo que la mayoría de nosotros disponemos del libro. Claro, en español. En todo caso se puede obtener en Internet en formato PDF. Intentaré conseguir en PDF el texto en francés, por si fuera necesario contrastar algo. Creo recordar que la traducción al español es (por si fuera poco) bastante infame, con meteduras de pata muy cómicas.

Si alguien prefiere otro texto de Deleuze, por mí no hay inconveniente. Hasta lo preferiría porque así me abro a lecturas nuevas. ¿Quizá las "Conversaciones 1972-1990" que están hoy en el plan de estudios de la asignatura Metafísica? También disponible en español en Internet en formato PDF.

Como desbordaría totalmente nuestra disponibilidad para dedicarnos a este asunto el análisis exhaustivo de libros completos, yo me limitaría a seleccionar un párrafo concreto (como máximo un capítulo si no es muy largo) y analizarlo para ver qué sentido puede tener lo que diga el autor (si es que lo tiene) y los factores que oscurecen la comprensión del texto por una persona normalmente competente en el uso del lenguaje (nivel alto de comprensión lectora) e incluso mediano conocedor de los tópicos filosóficos y la Historia de la Filosofía.
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Última Edición: 15 Ene 2024 10:27 por Nolano.
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Oscuridad y claridad en la literatura filosófica 15 Ene 2024 15:41 #81140

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Xna dijo:

Los feminismos consideran que el lenguaje filosófico es “falocéntrico”. Desde ese lenguaje se han construido categorías como “mujer” con la la que se ha reducido a las mujeres a la materia-matriz, la madre, la vagina-útero, desde donde se les ha escatimado el placer y desde donde se ha eludido otros modos de deseo… Ese lenguaje que constituye y determina es deconstruido, no solo como lenguaje sino por la transformación de las realidades que significa. Ese lenguaje filosófico tiene enorme carga política y social y la batalla se representa por tanto también en ese espacio lingüístico.

El lenguaje no deja de ser un producto cultural y nuestra cultura ha sido durante mucho tiempo (y lo sigue siendo en buena medida) machista. Por ello es de esperar que muchas ideas machistas se reflejen en nuestro lenguaje. Sin embargo, los estudios en antropología parecen indicar que son los cambios culturales los que causan cambios lingüísticos y no a la inversa. No se conocen casos de culturas que hayan cambiado modificando su lenguaje. Creo que, a pesar de los elementos de machismo que haya en nuestro lenguaje, nada nos impide elaborar y explicar teorías feministas con ese mismo lenguaje, del mismo modo que nada ha impedido a filósofos, por ejemplo, defender teorías deterministas sin retorcer el lenguaje (aunque en nuestra forma de hablar a menudo se refleje la fuerte creencia en el indeterminismo). De hecho, tú misma eres un contraejemplo de la idea que defiendes, pues, aunque tu estilo de escritura recuerda al de los autores de esas corrientes, tú hablas con bastante claridad (o al menos yo no tengo grandes dificultades para entenderte) y ello no te impide defender teorías feministas.

Si queremos que la filosofía feminista sirva de algo, tendrá que dirigirse no hacia autores de esas mismas corrientes que están ya convencidos, sino hacia aquellos que necesitan ser convencidos, y para ello habrá que hablar en un lenguaje que puedan entender.


Futaki: En ciencia (por ejemplo, en física), se usa también un lenguaje técnico que da por sentados muchos conocimeintos y que va dirigido a un público reducido, pero ello no impide que sea un lenguaje claro y preciso, libre de ambigüedades. Del mismo modo, los textos de, por ejemplo, filósofos analíticos, muchas veces no pueden ser entendidos por alguien sin formación filosófica, pero para quienes tienen dicha formación son claros y precisos. Eso es muy distinto de la deliberada oscuridad de autores como Deleuze, que no define en ningún lugar la mayoría de términos que usa y que, como dice Nolano, recurre a usos raros de términos comunes buscando deliberadamente la ambigüedad.


Nolano: Deleuze me parece bien para empezar. He léido los dos libros que mencionas, pero creo qeu la traducción de Conversaciones es mejor y, puesto que yo no sé francés y no puedo recurrir al original, prefiriría que usáramos ese libro. Además, el formato de preguntas y respuestas permite que podamos analizar alguna de esas respuestas en concreto sin temor a que los términos aparentemente absurdos se encuentren adecuadamente definidos en otra parte.
Última Edición: 15 Ene 2024 19:18 por rdomenech31.
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Oscuridad y claridad en la literatura filosófica 15 Ene 2024 16:05 #81142

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He aquí un texto de Deleuze:

Pero, ¿de dónde surge esa necesidad de crear nuevos conceptos? ¿Hay “progreso” en
filosofía? ¿Cómo definiría usted las tareas, la necesidad e incluso el “programa” de la filosofía en nuestros días?

Supongo que existe una imagen del pensamiento que varía enormemente, y
que ha cambiado mucho a lo largo de la historia. No entiendo por imagen del
pensamiento el método, sino algo más profundo, algo siempre presupuesto, un
sistema de coordenadas, de dinamismos, de orientaciones: lo que significa pensar,
“orientarse en el pensamiento”. Siempre estamos en el plano de inmanencia, pero,
¿se trata de trazar verticales, de enderezarse a sí mismo, o, al contrario, se trata de
prolongarse, de recorrer toda la longitud de la línea horizontal, de arrastrar más
lejos el plano? ¿Y cuáles son esas verticales que nos dan algo que contemplar o que
tenemos que comunicar o reflexionar? ¿Habría que suprimir toda verticalidad,
toda trascendencia, echarnos sobre la tierra y abrazarla sin mirar, sin reflexión, sin
comunicación? ¿Está con nosotros nuestro Amigo o estamos solos, Yo=Yo? ¿Somos
amantes u otra cosa distinta, qué riesgos corremos de traicionamos a nosotros mismos, de ser traicionados o de traicionar? ¿No llega un momento en el que hay que
desconfiar incluso del amigo? ¿Cómo entender el “filo” de la filosofía? ¿Tiene el
mismo sentido en Platón que en el libro de Blanchot La amistad, aunque se trate en
ambos casos del pensamiento? Desde Empédocles, se ha desarrollado toda una
dramaturgia del pensamiento.

La imagen del pensamiento es como el presupuesto de la filosofía: la precede, no se trata ya de una comprensión no filosófica de la filosofía, sino de una comprensión prefilosófica. Hay mucha gente que entiende por pensar “discutir un
poco”. Esta es, obviamente, una imagen estúpida, pero incluso los estúpidos tienen
una imagen del pensamiento, y no es posible determinar las condiciones de la filosofía más que sacando a la luz estas imágenes del pensamiento. ¿Tenemos la misma imagen del pensamiento que Platón, que Descartes o incluso que Kant? ¿Se
transforma esta imagen por presiones imperativas (que expresarían determinismos
externos), o existe más bien un devenir del pensamiento? ¿Podemos seguir pretendiendo que buscamos la verdad, cuando nos debatimos en el sinsentido?

La imagen del pensamiento orienta la creación de conceptos. Es como un
grito, mientras que los conceptos son cantos. Hay que responder a la pregunta
“¿Hay progreso en filosofía?” como Robbe-Grillet responde respecto de la novela:
no tenemos ninguna razón para hacer filosofía como la hizo Platón, y no porque
hayamos superado a Platón sino, al contrario, porque Platón es insuperable, y carece de interés volver a empezar algo que él ya hizo de una vez y para siempre. No
nos queda más que una alternativa: hacer historia de la filosofía, o hacer injertos de
Platón en problemas que no son platónicos.

Este estudio de las imágenes del pensamiento, que podríamos llamar
noología, constituiría los prolegómenos de la filosofía. Tal es el verdadero objeto
de Diferencia y repetición: la naturaleza de los postulados en la imagen del pensamiento. Estaba fascinado por este problema en Lógica del sentido, donde la altura, la
profundidad y la superficie constituyen las coordenadas del pensamiento, y trabajé
sobre ello en Proust y los signos, porque Proust contrapone toda la potencia de los
signos a la imagen griega; volvimos a encontrarnos con este tema en Mil Mesetas,
ya que el rizoma es la imagen del pensamiento que se opone al árbol. En esta cuestión no tenemos un modelo ni una guía sino un referente, un cruce con el que nos
encontramos continuamente: el estado de los conocimientos acerca del cerebro.

La filosofía mantiene una relación privilegiada con la neurología, como puede verse en el caso del asociacionismo, de Schopenhauer o de Bergson. Nuestra
inspiración no viene hoy de los ordenadores sino de la microbiología del cerebro:
el cerebro se presenta como un rizoma, una hierba más que un árbol, “an uncertain
system” con mecanismos probabilísticos, semi-aleatorios, cuánticos. No es que
pensemos según los conocimientos que tengamos acerca del cerebro, sino que todo
pensamiento nuevo traza en el cerebro surcos desconocidos, lo tuerce, lo pliega o
lo rasga. Como el milagro de Michaux. Al crear conceptos, la filosofía moviliza
nuevos caminos, nuevas sinapsis, pero también la biología cerebral descubre por
sus propios medios la semejanza objetiva material o la potencia de esta imagen.

Lo que me interesa del cine es que la pantalla pueda ser un cerebro, como en
Resnais o en Syberberg. El cine no procede únicamente encadenando conexiones
racionales, sino también mediante reencadenamientos y conexiones irracionales:
no es la misma imagen del pensamiento en ambos casos. Lo que hacía que, al principio, los clips fuesen tan interesantes, era que algunos daban la impresión de actuar mediante estas conexiones por hiatos que ya no son las de la vigilia ni las del
sueño o la pesadilla. Por un instante, estuvieron muy cerca del pensamiento. Esto
es todo lo que quiero decir: una imagen secreta del pensamiento que inspira, por
sus desarrollos, bifurcaciones y mutaciones, la necesidad de crear conceptos nuevos, no en función de un determinismo externo, sino en función de un devenir que
arrastra a los propios problemas.

Edito: lo he cambiado por otro que creo que es mejor para nuestra tarea.
Última Edición: 15 Ene 2024 17:31 por rdomenech31.
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Oscuridad y claridad en la literatura filosófica 15 Ene 2024 22:17 #81157

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Perdonadme si no enfoco aún el tema de Deleuze. Me parecen bien las dos obras propuestas. No he leído ninguna de ellas, pero no tengo problema en leerlas. En este mensaje me detengo de nuevo en cuestiones generales de la oscuridad de la expresión.

Pongo mis cartas sobre la mesa. No soy contrario a la oscuridad del lenguaje en Filosofía. Pero antes de entrar en materia, dejadme reflexionar un momento acerca del libro que cité ayer (Intellectual impostures), de Alan Sokal y Jean Bricmont. Solo me ha dado tiempo a leer la Introducción (bastante jugosa) y los dos primeros capítulos dedicados, respectivamente, a Lacan y Kristeva.

Esta obra es una crítica al pensamiento posmoderno y al relativismo. En él se critica que determinados pensadores acudan a conceptos matemáticos o leyes físicas que no dominan con suficiencia. Según los autores, los emplean con el objeto de "impresionar al lector con una terminología rebuscada que no comprende" (el entrecomillado se refiere a Kristeva). A pesar de que tanto Lacan como Kristeva nos advierten de que emplean esos conceptos de manera metafórica, Sokal y Bricmon se empeñan en desvirtuar sus textos. Pero más allá de eso, en la Introducción se enarbola la bandera de la superioridad de las ciencias formales o naturales sobre las sociales o humanas. Y eso sí me parece preocupante. ¿Cómo un lingüista, u semiólogo o un psicoanalista se atreve a servirse de ejemplos matemáticos para exponer sus ideas? Simple oscurantismo y deseo de notoriedad.

Personalmente. el oscurantismo de Lacan no lo veo en su uso de las matemáticas, sino en la presuposición de que su auditorio conoce con soltura las ideas de Freud, Klein, Jung o cualquier otro psicoanalista anterior. Y es lógico porque muchas de sus obras publicadas son seminarios.

Por otra parte, Sokal y Bricmon cifran la impostura únicamente en el campo de las ciencias sociales y en el postmodernismo, cuando el fraude en las publicaciones es generalizado. Las páginas que he leído desprenden un tufillo de superioridad intelectual que a mí no me agrada.
He encontrado también el libro que citó Nolano en su primer mensaje (Pensadores de la Nueva Izquierda). Le echaré un vistazo cuando pueda, aunque no inmediatamente.

Personalmente cualquier libro de Física me parece indescifrable debido a mi total ignorancia sobre esta rama del conocimiento, salvo que sea muy sencillito (nivel 1º ESO). Por tanto, me sería imposible deducir si todos o la mayoría de los físicos son claros y precisos. En todo caso, ya no estamos en los tiempos de Aristóteles; ni siquiera en los de Leibniz. Vivimos en tiempos altamente especializados y cada ciencia o rama del conocimiento emplea su jerga y sus estilos. Ignoro si en Física, en Matemáticas, en Química, etc., es posible valerse de la oscuridad de la que se valen algunos filósofos. En mi opinión, en Filosofía sí es posible.

El fragmento que rdomenech31 nos trae de Xna me sirve para recordar que nuestra estimada forera, en esa misma intervención, habló de Austin. Este filósofo, que tuvo precedentes tan ilustres en nuestro siglo como Wittgenstein, Sartre e incluso Ortega, analizó el carácter performativo del lenguaje. Es decir, cada vez que hablamos hacemos cosas. Y este hacer al decir es fundamental en Filosofía, donde no se analiza la caída de una piedra o el choque de hadrones en un aparato monstruoso, sino que se especula sobre el ser y sobre lo humano. Entran en juego factores que acaso no sean tan fundamentales en otros ámbitos del conocimiento. Por ejemplo, la lucha contra ideas establecidas se puede mostrar mediante la subversión del lenguaje. Utilizar nuevos términos para deshacerse de los antiguos, para evitar la contaminación de las palabras, los prejuicios, para designar nuevas realidades; incluso para confundir al lector, como el artista desconcierta a los espectadores. Habrá quien diga: claro, pero el arte o la literatura son diferentes a la Filosfía. ¡Cierto! Y yo respondo: las ciencias humanas son diferentes a las formales y el lenguaje empleado en cada una de ellas debe medirse con parámetros distintos. Incluso debe medirse de manera distinta en los diferentes pensadores dependiendo de los fines que persigan.

Pongamos el ejemplo de las feministas. ¿No es lógico que algunas de ellas traten de subvertir el lenguaje si pretenden subvertir la orden social establecido? ¿Que en lugar de hablar de machismo hablen de "falocentrismo", "sociedades patriarcales" y mil términos más? ¿Que se desprendan de los términos que, según ellas, han sido impuestos por los hombres? Podremos estar de acuerdo o no, pero diría que es coherente.

¿Realmente aprendemos menos leyendo a Derrida que a Todorov? El segundo es claro como el agua; el primero, oscuro como un grillo. Todorov te sirve una explicación detallada, sistematizada, concisa. Derrida te enreda con su prosa retorcida y se contradice a cada paso. ¿Cuál es más provechoso? Derrida te obliga a filosofar con cada una de sus oraciones y a recapacitar con cada controversia. Todorov no. A Derrida no lo puedes leer sin conocimientos previos. Todorov es más sencillo. Los dos son grandísimos intelectuales, pero cada uno a su manera.

En mi humilde opinión, el problema no es la oscuridad, sino la profundidad de su pensamiento. Es cierto que a los pensadores que emplean un lenguaje oscuro se les debe exigir un valor "extra", ya que "extra" es el esfuerzo que debe realizar el lector para comprenderlos. También hay que hacer esfuerzos para leer el Tractatus de ese analítico llamado Wittgenstein. No sé si definiría su estilo como claro y preciso. Conciso, sí.

Prometo meterme con Deleuze.
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Oscuridad y claridad en la literatura filosófica 15 Ene 2024 23:11 #81158

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Aparte de aplaudir con las orejas este último mensaje de Futaki, venía solo para comentar que Deleuze se adapta mucho a su público potencial: las transcripciones de sus clases universitarias son perfectamente inteligibles y claras... O al menos lo son las dos que he leído, "En medio de Spinoza" y, especialmente, "Kant y el tiempo". Cuando Deleuze es confuso, aparentemente contradictorio o poéticamente retorcido, es porque quiere serlo... No para aparentar profundidad ni para epatar al lector, sino porque esa misma complejidad (¿me atrevo a decir "rizomática"?) es parte esencial del mensaje que quiere transmitir.

(En otro orden de cosas, cuando estaba empezando a recuperar el gustillo por el Grado y había vuelto a estudiar, me he ciscado la cadera. Pero espera, los lloros me los guardo para el hilo Cuarent... Blaue Dasein. Voy para allá).
Primum vivere deinde philosophari
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Oscuridad y claridad en la literatura filosófica 15 Ene 2024 23:14 #81159

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Abro el debate sobre el texto de Deleuze con unos primeros apuntes. El texto propuesto procede, al parecer, de una entrevista publicada en Magazine littéraire n.º 257, Septiembre de 1988, llevada a cabo por Raymond Bellour y François Ewald. (Breve disgresión: ¿por qué el libro se llama "Conversaciones" si, por lo que he podido ver, se trata de entrevistas donde el único que conversa consigo mismo es Deleuze?)

La pregunta que da origen a la exposición de Deleuze es, básicamente, la siguiente: ¿hay progreso en Filosofía? Luego, como ampliación de esa pregunta de base aparece la siguiente: ¿Cómo definiría usted las tareas, la necesidad e incluso el “programa” de la filosofía en nuestros días? Centrémonos de momento en la primera cuestión.

Ya desde el primer momento empieza Deleuze con sus juegos de manos, respondiendo: "Supongo que existe una imagen del pensamiento que varía enormemente, y que ha cambiado mucho a lo largo de la historia". Se le ha hecho una pregunta sencilla de entender (aunque quizá no fácil de responder), cualquiera entiende la pregunta ¿hay progreso en Filosofía? (aunque lo de "progreso" admite varias interpretaciones a las que tal vez el entrevistado apelará) pero Deleuze no responde a esa sencilla pregunta. En vez de a la Filosofía se refiere a "una imagen del pensamiento" por la que nadie le ha preguntado.

Las dudas se agolpan en nuestra mente: ¿será "imagen del pensamiento" lo mismo que Filosofía? ¿O es otra cosa distinta? Y, si es esto último, ¿qué relación guarda con la Filosofía por la que se le ha interrogado a Deleuze?

En cuanto a lo que Deleuze quiere significar con "imagen del pensamiento" podemos acudir al DICCIONARIO DE LA ACADEMIA FRANCESA. La definición principal que encontramos es (traducción mía): "Representación o reproducción de la apariencia visible de los seres y de las cosas". Como no parece que sea muy adecuada en nuestro contexto, seguimos buscando en el diccionario y encontramos: "(Figuradamente) 1. Réplica, imitación, semejanza", y a título de ejemplo, entre otros, nos ofrece el mismo diccionario este: "La palabra es la imagen del pensamiento". Bueno, parece que vamos avanzando: la Filosofía será una imagen del pensamiento, nos decimos.

Pero nuestras dificultades no han hecho más que empezar, porque a continuación dice Deleuze: "No entiendo por imagen del pensamiento el método, sino algo más profundo, algo siempre presupuesto, un
sistema de coordenadas, de dinamismos, de orientaciones: lo que significa pensar, 'orientarse en el pensamiento'". Vaya, hombre, nuestro gozo en un pozo. Si la imagen alude a un fenómeno físico (como la palabra, representación gráfica o emisión de voz) y es una representación que evoca a un pensamiento (en nuestro caso) mediante la similitud o replicación, ¿cómo puede ser que la imagen del pensamiento sea "algo profundo"? ¿no debería ser algo externo, superficial que evoca lo más profundo (el pensamiento)?

Pero no acaban ahí nuestras desdichas. Al parecer Deleuze entiende que alguien podría pensar que la imagen del pensamiento es el "método" (pero ¿quién podría pensar eso? ¡Nadie en su sano juicio había pensado en el método al introducir Deleuze lo de "imagen del pensamiento"!) y se apresura a sacar al fantasmal lector un tanto despistado de su error: la imagen del pensamiento es "un sistema de coordenadas, de dinamismos, de orientaciones". Como no sabemos muy bien qué tienen que ver los dinamismos con las coordenadas, obviemos lo de "dinamismos" y quedémonos solo con las coordenadas u orientaciones. Añade Deleuze otro comentario cortesía de la casa: "lo que significa pensar, 'orientarse en el pensamiento'". Dejando aparte la defectuosa construcción sintáctica, la frasecita se las trae. Si pensamiento (RAE) primariamente es acción y efecto de pensar, ¿cómo va a significar pensar orientarse en su propia acción? En la textualidad de Deleuze parece que el pensamiento es un ámbito o espacio más amplio dentro del cual se encuentra el pensar, ahí perdido, y necesitado de orientarse dentro del resultado de su propia acción o actividad (el pensamiento).

Y solo estamos empezando...
Bin ich doch kein Philosophieprofessor, der nöthig hätte, vor dem Unverstande des andern Bücklinge zu machen.
No soy un profesor de Filosofía, que tenga que hacer reverencias ante la necedad de otro (Schopenhauer).


Jesús M. Morote
Ldo. en Filosofía (UNED-2014)
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Última Edición: 16 Ene 2024 10:58 por Nolano.
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