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TEMA: Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont

Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont 01 Mar 2024 21:10 #82060

  • Nolano
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rdomenech31 escribió:
En este texto veo más bien al Kuhn moderado. Dice lo siguiente:

sugirió nuevos experimentos, particularmente los de Gay-Lussac sobre la combinación de volúmenes, y estos produjeron aún otras regularidades, que los químicos ni habían podido soñar anteriormente. Lo que los químicos tomaron de Dalton no fueron nuevas leyes experimentales sino una nueva forma de practicar la química (él mismo lo llamó “nuevo sistema de filosofía química”), y eso se mostró fructífero de forma tan rápida que solo unos pocos de los más viejos químicos de Francia y Gran Bretaña pudieron resistirse.

Parece estar reconociendo que lo que llevó a la aceptación definitiva del paradigma fue precisamente su mayor éxito explicativo, predictivo y experimental, que por lo que cuenta fue extraordinario (aunque no absoluto, claro).

Creo que ha merecido la pena reproducir el texto de Kuhn, para poder evaluar adecuadamente la crítica de Sokal y Bricmont. Creo que se ve con claridad que, si aquí hay alguien desenfrenado, no es Kuhn, sino Sokal y Bricmont, que utilizan unas cortas frases de Kuhn para desacreditar a este.

Cierto que los términos usados respecto a Kuhn son mucho más cautelosos que respecto a otros como Lyotard (y otros tantos de los que se ocupan en su libro). Al fin y al cabo, Kuhn es un prestigioso profesor de Universidad norteamericana, y, como se suele decir, en este caso aplicable a Sokal, entre bomberos no vamos a pisarnos las mangueras. No obstante, se malinterpretan ciertas frases (no sé si intencionadamente o por descuido o ignorancia) para atizar al muñeco de paja.

Haciendo un resumen de lo que la teoría de Dalton supuso (si alguien cree que me equivoco en mi lectura de Kuhn, que me corrija, porque ya dije que yo de química atómica no sé casi nada) hay que partir del estado previo de los conocimientos químicos. Kuhn lo explica muy bien centrándose en dos creencias vigentes en la época. La primera es que las diferentes sustancias se formaban y se deshacían por afinidad. Si a través de Copérnico, Galileo, Newton y tantos otros el mundo de la Física había salido de su estado precedente, mediante el establecimiento de un nuevo paradigma, no había ocurrido lo mismo con la Química. Claro que Galileo o Newton trabajaban con fenómenos perfectamente visibles y medibles: esferas de diferentes pesos y tamaños, medición precisa de pesos y distancias, etc. En el mundo químico eso no era posible, pues la composición de las sustancias no es observable de forma directa y ni siquiera con microscopio, y menos aún con los de la época (finales del siglo XVIII). Por tanto, la química todavía estaba atrapada en el misterio de lo ignoto (siendo imposible penetrar en la materia y los fluidos para observar sus procesos internos); yo diría que todavía vivía en el mundo renacentista de la magia natural en el que predominaba la idea de la simpatía o atracción entre sustancias, o su rechazo mutuo (el interesado en estas cuestiones puede acudir al libro de Cornelio Agripa "Magia natural", 1533).

La segunda creencia es la de la indiferenciación de las distintas formas de combinarse las sustancias: mezcla, aleación, solución, reacción química, que se veían como modalidades de combinación, sin una clara distinción entre cada uno de esos procesos desencadenantes de un nuevo compuesto.

En consecuencia, era imposible aplicar el método matemático que ya se había asentado firmemente en la Física, al carecerse de parámetros numéricos con los que trabajar, realizar experimentos y hacer predicciones de largo alcance. Eso es lo que cambia con Dalton, que introdujo ciertas hipótesis numéricas ciertamente arbitrarias y sin ninguna base experimental, aunque a la larga se mostraran enormemente fructíferas. Ni siquiera, como a veces se propugna, no sin razón, en el caso del heliocentrismo, los principios de Dalton tenían un apoyo en una mística de algún tipo, como la solar, que se había extendido en el mundo renacentista. Salvo que pensemos que Dalton pertenecía a una secta pitagórica o algo así y quisiera reintroducir los números como componentes elementales del mundo :silly:

O sea, que el caso Dalton, como afirma Kuhn, es de la máxima relevancia en su tesis de los cambios de paradigma como motor de las revoluciones científicas y, a la larga, de la Historia de la Ciencia. Ni había evidencia empírica o experimental del nuevo paradigma, ni este era fruto de ninguna ideología o cambio cultural especial (aunque sí cabe pensar que los modelos matemáticos de la Física habían introducido en la mente de los científicos a partir del siglo XVII la idea de que solo la modelización matemática podía, a la larga, rendir frutos en la ciencia). A partir de aquí creo que podemos analizar el texto de Kuhn citado por Sokal y Bricmont, y desmontar la absurda crítica de estos al Kuhn presuntamente desencadenado.
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Jesús M. Morote
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Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont 02 Mar 2024 12:02 #82073

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rdomenech31 escribió:
En este texto veo más bien al Kuhn moderado. Dice lo siguiente:
sugirió nuevos experimentos, particularmente los de Gay-Lussac sobre la combinación de volúmenes, y estos produjeron aún otras regularidades, que los químicos ni habían podido soñar anteriormente. Lo que los químicos tomaron de Dalton no fueron nuevas leyes experimentales sino una nueva forma de practicar la química (él mismo lo llamó “nuevo sistema de filosofía química”), y eso se mostró fructífero de forma tan rápida que solo unos pocos de los más viejos químicos de Francia y Gran Bretaña pudieron resistirse.

Parece estar reconociendo que lo que llevó a la aceptación definitiva del paradigma fue precisamente su mayor éxito explicativo, predictivo y experimental, que por lo que cuenta fue extraordinario (aunque no absoluto, claro).

En efecto, pero el Kuhn excesivo (immoderé en el original) aparece en las últimas líneas. Es el que dice que los químicos forzaron a la naturaleza para que encajara en la teoría atómicas (beat nature into line en el original), que para ello cambiaron los porcentajes de composición de las sustancias, y que como resultado el propio mundo en el que los científicos trabajaban cambió. Aquí es fácil ver una postura constructivista, según la cual los científicos habrían impuesto una teoría apriorística (el atomismo en este caso) manipulando los datos, en vez de ser los datos los que corroboren la teorías. Pero Sokal y Bricmont no llegan a hacer esta interpretación, sino que explican muy bien lo difícil que es comprender a Kuhn: aunque por las palabras que elige parece sugerir que los científicos manipulan los datos para defender hipótesis falsas, evidentemente Kuhn no podía pensar eso (al fin y al cabo era un físico de formación), y el problema está en la ambigüedad con que se expresa, sin que, por ejemplo, quede claro si cuando habla de un cambio en los porcentajes que forman los compuestos se refiere a los porcentajes mismos o al conocimiento de los porcentajes. La ambigüedad de Kuhn no es una mera opinión de Sokal o Bricmont, es algo conocido que hace que todavía continúe estudiandose lo que quería decir Kuhn. Por ejemplo, el concepto de paradigma es muy ambiguo, se suele entender como un marco teórico general, pero su sentido original es el de un caso ejemplar, una solución a un problema científico concreto que por su relevancia se convierte en un ejemplo a imitar. Esta ambigüedad es la que hace que aparezcan dos versiones de Kuhn, un Kuhn moderado que se limita a mostrar que el progreso de la ciencia no es tan lineal como parece, y un Kuhn excesivo que defiende la irrelevancia de los factores empíricos en la adopción de paradigmas. Este Kuhn excesivo se convirtió en uno de los padres fundadores del relativismo posmoderno, probablemente, como dicen Sokal y Bricmont, en contra de su voluntad, pero desde entonces no ha dejado de apelarse a Kuhn para cuestionar la objetividad de la ciencia. Imposturas intelectuales es un libro escrito para defender la verdad científica del ataque del relativismo posmoderno, en el contexto de las llamadas guerras de la ciencia, y la parte dedicada a Kuhn tiene el objetivo de señalarle como culpable de dar pie al relativismo, aunque seguramente él mismo no fue un relativista, sino más bien un autor no lo suficientemente claro. En mi opinión, la crítica de Sokal y Bricmont a Kuhn es impecable.
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Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont 02 Mar 2024 12:09 #82075

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No estoy en desacuerdo con lo que explica Kuhn ni con cómo le interpretas tú. Dalton no creó el nuevo paradigma en base a observaciones o experimentos ni se empezó a usar en base a estos. Pero, como el propio Kuhn afirma en el fragmento que cité, lo que llevó a que triunfara de manera generalizada, a que se consolidara y a que fueran vencidas todas las reservas fue su enorme éxito experimental, la enorme cantidad de nuevas regularidades que permitió detectar con éxito y que eran impensables antes. Si en lugar de este éxito se hubiera producido un enorme fracaso experimental, el paradigma habría acabado siendo abandonado y sus críticos habrían triunfado.

Lo que determina el avance de la ciencia es, al final, el éxito experimental o predictivo, que muestra lo bien o mal que un paradigma o teoría representa la realidad. Los argumentos de Kuhn bastan para hechar por tierra el neopositivismo y el falsacionismo, pero no conducen a ningún relativismo.

Estoy de acuerdo en que Sokal y Bricmont critican una versión de Kuhn basada en una mala interpretación. Pero esa mala interpretación no tiene su origen en Sokal y Bricmont, sino que fue una interpretación muy habitual de su obra. Lo que critican es principalmente una versión radical de la tesis de la inconmensurabilidad de las teorías científicas, que ciertamente el propio Kuhn no pretendía defender (o a mí no me lo parece) pero a la que dio pie con ciertos comentarios más bien ambiguos, como el de que los defensores de distintos paradigmas viven en mundos distintos o la de que la teoría que mantenemos afecta a lo que percibimos.

No creo que el respeto que le muestran Sokal y Bricmont a Kuhn se deba a que sea profesor universitario. Kuhn era, más allá de toda duda, un gran filósofo. Dentro de la filosofía de la ciencia era un auténtico gigante, admirado no solo por cualquier filósofo sino también por muchos científicos.
Última Edición: 02 Mar 2024 12:12 por rdomenech31.
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Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont 02 Mar 2024 12:11 #82076

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Pedro Pablo, no había leído tu mensaje cuando escribí mi anterior mensaje. Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices. Y no creo que Kuhn pretendiera defender esas posiciones radicales, pero sin duda dio pie a ellas con ambigüedades como las que señalas.
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Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont 02 Mar 2024 13:48 #82079

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Parece, pues, que no hay discrepancias respecto del relato que hace Kuhn del estado del conocimiento químico de la época y de cómo cambió a raíz de las propuestas de Dalton. ¿De acuerdo en esto? Sokal y Bricmont ni siquiera impugnan la narración de Kuhn.

Podemos, por tanto, pasar a analizar la crítica de Sokal y Bricmont, partiendo de lo siguiente:
Sokal y Bricmont:
En cambio, el Kuhn desenfrenado, aquel que se ha convertido, quizá contra su voluntad, en uno de los padres fundadores del relativismo contemporáneo, está convencido de que los cambios de paradigma se deben principalmente a factores no empíricos y que, una vez adoptados, condicionan hasta tal punto nuestra percepción del mundo, que sólo pueden ser confirmados por nuestras experiencias posteriores.

Yo a este texto no le encuentro mucho sentido, realmente. Seguramente se debe a una mala traducción y que lo que realmente digan Sokal y Bricmont es que "condicionan hasta tal punto nuestra percepción del mundo que nuestras experiencias posteriores no pueden sino confirmarlo [el paradigma]". No dispongo del texto original, solo de la traducción al español, para verificarlo. ¿Alguien puede facilitar el texto original?

Bajo esta nueva traducción que presupongo, creo que lo que dicen Sokal y Bricmont sobre la hipótesis de Kuhn es correcto. Sigamos, pues:
Sokal y Bricmont:
...si bien es cierto que las experiencias científicas no brindan su propia interpretación, la teoría tampoco determina la percepción de los resultados experimentales.

Aquí ya debo discrepar. Evidentemente no en que "las experiencias (experimentos) científicas no brindan su propia interpretación", sino que discrepo en que "la teoría tampoco determina la percepción de los resultados experimentales". Si los experimentos no brindan su propia interpretación y tampoco lo hace la teoría, entonces, ¿qué es lo que se interpone entre las percepciones sensibles (fruto de un experimento) y nuestro modelo científico del mundo, y que da lugar a una interpretación de cómo es realmente el mundo? Si la experiencia es científicamente "ciega" y no dejamos intervenir al paradigma o teoría previa, ¿cómo vamos a interpretar lo que dicen sobre el mundo los experimentos?

Como les gusta decir a los anglosajones (creo que la imagen procede de Russell o de Quine), al arrojar el agua sucia de la bañera del niño (el juicio científico teñido por los prejuicios del paradigma), hemos arrojado con ella al niño (el conocimiento científico en su totalidad).

Continuemos.
Sokal y Bricmont:

...es la idea de que la experiencia que tenemos del mundo está condicionada, de forma radical, por nuestras teorías, que, a su vez, dependen del paradigma. Así, por ejemplo, Kuhn observa que, después de Dalton, los químicos dieron las proporciones de los compuestos químicos como razones de números enteros, en lugar de decimales.

Como se puede ver repasando los textos de Kuhn que he reproducido en los mensajes precedentes, efectivamente, los químicos, a partir del paradigma de Dalton, empezaron a presentar los datos de sus experimentos como proporciones de números enteros. Eso, evidentemente, parece demostrar que la hipótesis de Kuhn es correcta: que la teoría o paradigma predetermina la interpretación de los datos obtenidos experimentalmente por los científicos. Si Sokal y Bricmont piensan otra cosa deberían dar su criterio alternativo acerca de la interpretación de los datos por los científicos, impugnando el criterio de Kuhn. Pero no vemos nada de eso en la crítica de Sokal y Bricmont, lo que hace que esta sea realmente endeble.

Seguiré en mensajes posteriores analizando otros textos relevantes de la crítica de Sokal y Bricmont. De momento solo apuntaré mi opinión al respecto: Sokal y Bricmont confunden, en mi opinión, "hechos" con "datos". Creen que el científico trabaja con "hechos", pero realmente con lo que trabaja es con "datos" (reflejos mentales de las percepciones sensibles que originan los "hechos", la realidad que nos es desconocida e inaccesible directamente, y solo es accesible mediante una actividad mental intermediaria: la percepción). La naturaleza no tiene números ni exactos ni con decimales en sus compuestos; en realidad, no tiene números de ninguna clase (supuesto que los números son creaciones mentales simbólicas del hombre, no realidades, al menos si no somos creyentes de la secta pitágórica). Los datos con los que trabajan los científicos sí tienen forma numérica, porque no son los "hechos" ni la "realidad": son una modelización simbólica (numérica) de los hechos.
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Jesús M. Morote
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Última Edición: 02 Mar 2024 20:54 por Nolano.
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Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont 02 Mar 2024 19:24 #82083

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Sokal y Bricmont:

La conclusión que extrae Kuhn es radical:
"A la vista de las pruebas, los químicos no podían aceptar sin más la teoría de Dalton, ya que una buena parte de ellas seguían siendo negativas. Sin embargo, una vez aceptada, tuvieron que forzar la naturaleza para que se adaptara a ella, un proceso que, en este caso, aún se prolongó casi durante toda una generación, después de lo cual, cambió incluso el porcentaje de la composición de los compuestos más conocidos. Los propios datos habían cambiado. Éste es el último de los sentidos en que podemos afirmar que, después de una revolución, los científicos trabajan en un mundo diferente (Kuhn, 1970, pág. 135)".
Pero, ¿qué quiere decir exactamente «tuvieron que forzar la naturaleza para que se adaptara a ella»?

Como bien ha dicho Pedro Pablo la expresión que usa Kuhn en el inglés original es "they had still to beat nature into line", que yo he traducido como "todavía no habían reconducido a la naturaleza". Evidentemente, Kuhn no podía querer decir que los científicos fueran a cambiar la naturaleza tal como es para que se adaptase a su imagen teórica. Lo que sí podían y pueden hacer los científicos es cambiar la formulación de sus datos para que, bajo esta nueva formulación, encaje con el paradigma o teoría adoptada en sustitución de la antigua, ya que los datos, formulados bajo el antiguo paradigma, no eran consistentes bajo el nuevo.

Es cogérsela con papel de fumar decir que Kuhn usa un lenguaje ambiguo, cuando usa una frase retórica con un significado nada ambiguo. Por ejemplo, véase el fragmento de Voltaire que se cita en la página 626 de la Historia de la Ciencia de Solís y Sellés. Ahí dice Voltaire que un francés que llega a Londres "ha dejado el mundo lleno; se lo encuentra vacío... Entre nosotros, es la presión de la Luna la que causa el flujo del mar; entre los ingleses, es el mar el que gravita hacia la Luna...". ¿Realmente alguien en sus cabales piensa que lo que dice Voltaire es que en París el mundo era materia compacta sin vacío y en Londres un vacío, con tan poca materia que cabía toda ella en una cáscara de nuez? Por favor... Y lo mismo si alguien dice: cuando Elcano completó la vuelta a la Tierra, el hombre se había acostado en una Tierra plana y se levantó en una Tierra esférica.

Eso pasa por no saber distinguir entre los hechos (el mundo puede ser lleno o vacío, la Tierra puede puede ser plana o esférica) y los datos: los científicos han formado una imagen científica del mundo de tal o cual forma. Al formular Dalton el nuevo paradigma los químicos tuvieron que hacer una reformulación de sus datos para reconducir (su imagen de) la naturaleza al nuevo paradigma. Creo que eso lo ve cualquiera.

Respecto del "cambió incluso el porcentaje de la composición de los compuestos más conocidos", es igualmente obvio su significado tal y como expone Kuhn la cuestión, por ejemplo al decir: "Los químicos dejaron de escribir que los dos óxidos de, digamos, carbono contenían el 56 por ciento y el 72 por ciento de oxígeno por peso; en su lugar, escribieron que el peso uno de carbono combinaría bien con 1’3, bien con 2’6 pesos de oxígeno. Cuando el resultado de los antiguos experimentos se registró de esta forma, saltó a la vista una proporción de 2:1; y lo mismo ocurrió con el análisis de muchas reacciones bien conocidas y también de las nuevas". Es evidente que si el nuevo paradigma está basado en el enlace de un determinado número entero de átomos de un elemento con otro determinado número de átomos de un segundo elemento para formar una molécula de un nuevo compuesto, la proporción de átomos de uno y otro en el nuevo elemento será muy diferente al porcentaje de cada uno de ellos en el nuevo compuesto calculada en base a la ponderación de las masas o densidades de cada elemento en la masa o densidad del nuevo compuesto. Es decir, en vez de hablar de que el monóxido de carbono tiene un 56% de oxígeno y un 44% de carbono, y que el dióxido de carbono tiene un 72% de oxígeno y un 28% de carbono, como se hacía antes, tras el paradigma de Dalton la expresión pasó a ser monóxido de carbono=CO y dióxido de carbono=CO2.
Sokal y Bricmont:
¿Está sugiriendo Kuhn que, después de Dalton, los químicos manipularon sus datos y que, hoy en día, sus sucesores continúan haciendo lo mismo para que concuerden con la hipótesis atómica? ¿Está sugiriendo también que dicha hipótesis es falsa? Evidentemente no es esto lo que Kuhn piensa, pero aun así, hay que reconocer que se expresa de forma ambigua.

Pues si no está Kuhn sugiriendo nada de eso, como resulta patente a todas luces, ¿a qué viene ese reproche de ambigüedad que, por mi parte, no veo por ningún sitio? Kuhn habla con mucha claridad, de forma que hasta un profano en química como yo lo puede entender.
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Última Edición: 02 Mar 2024 22:53 por Nolano.
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Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont 04 Mar 2024 13:07 #82101

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Nolano escribió:
Sokal y Bricmont:
En cambio, el Kuhn desenfrenado, aquel que se ha convertido, quizá contra su voluntad, en uno de los padres fundadores del relativismo contemporáneo, está convencido de que los cambios de paradigma se deben principalmente a factores no empíricos y que, una vez adoptados, condicionan hasta tal punto nuestra percepción del mundo, que sólo pueden ser confirmados por nuestras experiencias posteriores.

Yo a este texto no le encuentro mucho sentido, realmente. Seguramente se debe a una mala traducción y que lo que realmente digan Sokal y Bricmont es que "condicionan hasta tal punto nuestra percepción del mundo que nuestras experiencias posteriores no pueden sino confirmarlo [el paradigma]". No dispongo del texto original, solo de la traducción al español, para verificarlo. ¿Alguien puede facilitar el texto original?

No tengo el texto original, pero yo lo interpreté de la misma manera que tú.

Sokal y Bricmont:
...si bien es cierto que las experiencias científicas no brindan su propia interpretación, la teoría tampoco determina la percepción de los resultados experimentales.

Aquí ya debo discrepar. Evidentemente no en que "las experiencias (experimentos) científicas no brindan su propia interpretación", sino que discrepo en que "la teoría tampoco determina la percepción de los resultados experimentales". Si los experimentos no brindan su propia interpretación y tampoco lo hace la teoría, entonces, ¿qué es lo que se interpone entre las percepciones sensibles (fruto de un experimento) y nuestro modelo científico del mundo, y que da lugar a una interpretación de cómo es realmente el mundo? Si la experiencia es científicamente "ciega" y no dejamos intervenir al paradigma o teoría previa, ¿cómo vamos a interpretar lo que dicen sobre el mundo los experimentos?

Como les gusta decir a los anglosajones (creo que la imagen procede de Russell o de Quine), al arrojar el agua sucia de la bañera del niño (el juicio científico teñido por los prejuicios del paradigma), hemos arrojado con ella al niño (el conocimiento científico en su totalidad).

Yo interpreto lo que dicen Sokal y Bricmont de la siguiente manera: la teoría científica que defendemos no determina ni condiciona nuestra percepción pero sí que es la responsable de cómo interpretamos esa percepción.

Pongo un ejemplo que utilicé en mi trabajo de final de grado: si yo y un médico miramos una radiografía de tórax en la que se ve una mancha blanca en la zona del pulmón, hay un cierto sentido en que puede decirse que el médico ve un tumor y yo no. En ese sentido, el médico ve ese tumor a causa de la interpretación que le proporciona la teoría y, ciertamente, su observación no es neutral. Pero si el médico me ha de explicar la radiografía a mí, seguramente empezará buscando una descripción común de lo que ambos observamos y me dirá algo como "fíjese en esa mancha de color blanco que hay ahí". Sin duda, ambos estaremos viendo esa mancha. A cierto nivel, nuestra percepción sensible es, por lo menos, lo bastante neutral como para que podamos entendernos. Luego esa percepción es interpretada y puede que esa interpretación sea tan inmediata que podamos decir que se está viendo el tumor, pero siempre podemos situarnos a un nivel en que todos veamos, hasta cierto punto, lo mismo independientemente de las teorías en cuestión.

Creo que lo que quieren decir Sokal y Bricmont es que lo que percibimos no cambia según la teoría, sino únicamente la manera en que lo interpretamos y, por lo tanto, en que lo describimos. Pero siempre es posible, por así decirlo, una descripción fenoménica en que los defensores de distintos paradigmas puedan coincidir. A partir de allí podrán discutirse ambas interpretaciones y examinar cuál de los dos paradigmas tiene mayor éxito, aunque sea en sus propios términos. Una teoría nos dice cómo interpretar lo que vemos, pero esa interpretación, a no ser que se trate de una teoría pseudocientífica, no hará que toda observación (interpretada según la teoría) encaje con lo predicho por ella.

Continuemos.
Sokal y Bricmont:

...es la idea de que la experiencia que tenemos del mundo está condicionada, de forma radical, por nuestras teorías, que, a su vez, dependen del paradigma. Así, por ejemplo, Kuhn observa que, después de Dalton, los químicos dieron las proporciones de los compuestos químicos como razones de números enteros, en lugar de decimales.

Como se puede ver repasando los textos de Kuhn que he reproducido en los mensajes precedentes, efectivamente, los químicos, a partir del paradigma de Dalton, empezaron a presentar los datos de sus experimentos como proporciones de números enteros. Eso, evidentemente, parece demostrar que la hipótesis de Kuhn es correcta: que la teoría o paradigma predetermina la interpretación de los datos obtenidos experimentalmente por los científicos. Si Sokal y Bricmont piensan otra cosa deberían dar su criterio alternativo acerca de la interpretación de los datos por los científicos, impugnando el criterio de Kuhn. Pero no vemos nada de eso en la crítica de Sokal y Bricmont, lo que hace que esta sea realmente endeble.

No creo que Sokal y Bricmont estén en desacuerdo con la que realmente es la opinión de Kuhn, sino únicamente con cierta interpretación radical de este. Esa interpretación radical estará o no justificada, pero es un hecho histórico que fue la interpretación mantenida por muchos autores y me atrevería a decir que durante un tiempo fue incluso la interpretación predominante.

Al último párrafo de tu primer mensaje creo que ya he respondido con mi interpretación de lo que dicen Sokal y Bricmont. Voy con tu segundo mensaje.

Evidentemente, Kuhn no podía querer decir que los científicos fueran a cambiar la naturaleza tal como es para que se adaptase a su imagen teórica. Lo que sí podían y pueden hacer los científicos es cambiar la formulación de sus datos para que, bajo esta nueva formulación, encaje con el paradigma o teoría adoptada en sustitución de la antigua, ya que los datos, formulados bajo el antiguo paradigma, no eran consistentes bajo el nuevo.

Estoy de acuerdo.

Es cogérsela con papel de fumar decir que Kuhn usa un lenguaje ambiguo, cuando usa una frase retórica con un significado nada ambiguo. Por ejemplo, véase el fragmento de Voltaire que se cita en la página 626 de la Historia de la Ciencia de Solís y Sellés. Ahí dice Voltaire que un francés que llega a Londres "ha dejado el mundo lleno; se lo encuentra vacío... Entre nosotros, es la presión de la Luna la que causa el flujo del mar; entre los ingleses, es el mar el que gravita hacia la Luna...". ¿Realmente alguien en sus cabales piensa que lo que dice Voltaire es que en París el mundo era materia compacta sin vacío y en Londres un vacío, con tan poca materia que cabía toda ella en una cáscara de nuez? Por favor... Y lo mismo si alguien dice: cuando Elcano completó la vuelta a la Tierra, el hombre se había acostado en una Tierra plana y se levantó en una Tierra esférica.

Eso pasa por no saber distinguir entre los hechos (el mundo puede ser lleno o vacío, la Tierra puede puede ser plana o esférica) y los datos: los científicos han formado una imagen científica del mundo de tal o cual forma. Al formular Dalton el nuevo paradigma los químicos tuvieron que hacer una reformulación de sus datos para reconducir (su imagen de) la naturaleza al nuevo paradigma. Creo que eso lo ve cualquiera.

Respecto del "cambió incluso el porcentaje de la composición de los compuestos más conocidos", es igualmente obvio su significado tal y como expone Kuhn la cuestión, por ejemplo al decir: "Los químicos dejaron de escribir que los dos óxidos de, digamos, carbono contenían el 56 por ciento y el 72 por ciento de oxígeno por peso; en su lugar, escribieron que el peso uno de carbono combinaría bien con 1’3, bien con 2’6 pesos de oxígeno. Cuando el resultado de los antiguos experimentos se registró de esta forma, saltó a la vista una proporción de 2:1; y lo mismo ocurrió con el análisis de muchas reacciones bien conocidas y también de las nuevas". Es evidente que si el nuevo paradigma está basado en el enlace de un determinado número entero de átomos de un elemento con otro determinado número de átomos de un segundo elemento para formar una molécula de un nuevo compuesto, la proporción de átomos de uno y otro en el nuevo elemento será muy diferente al porcentaje de cada uno de ellos en el nuevo compuesto calculada en base a la ponderación de las masas o densidades de cada elemento en la masa o densidad del nuevo compuesto. Es decir, en vez de hablar de que el monóxido de carbono tiene un 56% de oxígeno y un 44% de carbono, y que el dióxido de carbono tiene un 72% de oxígeno y un 28% de carbono, como se hacía antes, tras el paradigma de Dalton la expresión pasó a ser monóxido de carbono=CO y dióxido de carbono=CO2.

Yo interpreto a Kuhn igual que tú y me parece hasta cierto punto sorprendente que se le interpretara de manera radical. Imagino que se debió a expresiones algo sensacionalistas: "quienes defienden distintos paradigmas viven en mundos distintos", "los paradigmas determinan nuestra percepción", "aún había que reconducir la naturaleza", etc.

Estoy de acuerdo en que una lectura atenta de Kuhn deja claro que estas afirmaciones deben entenderse como formas de hablar, pero que muchos no lo entendieron así y usaron las ideas de Kuhn como base para teorías constructivistas es un hecho histórico. Sokal y Bricmont parecen darse cuenta de que eso no era lo que pretendía Kuhn (al fin y al cabo afirman que se convirtió en padre de posiciones relativistas seguramente a su pesar). La crítica de Sokal y Bricmont se dirige contra esas interpretaciones radicales.

Por cierto, Kuhn un poco ambiguo sí que era, es famoso por ello. Se han escrito montones de artículos sobre los distintos sentidos en que Kuhn usa el término "paradigma". No estoy muy al tanto sobre esas discusiones pero sé que algunos autores han llegado a identificar unos cuantos usos distintos de la palabra en el mismo libro (el que nos ocupa). Sentidos cercanos entre sí, pero distintos. Tal vez se pueda discutir si esos análisis son correctos o no (y yo no cuento con los conocimientos para ello), pero quería señalar que la acusación de ambigüedad a Kuhn no es obra de Sokal y Bricmont, sino que se ha convertido en un tópico.

En cualquier caso, creo que los tres estamos de acuerdo en lo esencial. La interpretación moderada de Kuhn nos parece correcta en lo esencial, la interpretación radical de sus ideas nos parece incorrecta y además creemos que Kuhn pretendía defender la versión moderada. Creo que Sokal y Bricmont estarían de acuerdo en estas tres cosas (y creo que por las razones correctas). Si estamos de acuerdo en esto, podríamos pasar a Feyerabend, cuyas ideas eran a menudo genuinamente radicales.
Última Edición: 04 Mar 2024 13:09 por rdomenech31.
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Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont 04 Mar 2024 20:09 #82118

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Sí, estamos de acuerdo, pero entonces lo que ocurre es que Sokal y Bricmont realmente no estarían haciendo una crítica a Kuhn, sino a seguidores "desviados" o "inmoderados" de Kuhn. No se puede hacer responsable a Kuhn de eso.

Por otro lado, si lo que quieren criticar es cierta ambigüedad en Kuhn, deberían haber aportado los distintos textos en los que Kuhn presuntamente se contradice a sí mismo. Nada de eso leo en el texto de Sokal y Bricmont, sino tomar un único pasaje (el referente a Dalton) y retorcerlo hasta pretender que diga lo que Sokal y Bricmont quieren que diga, y no lo que realmente dice bajo una lectura e interpretación de buena fe. Por eso afirmé que su crítica a Kuhn es realmente endeble.

Antes de pasar a Feyerabend, me gustaría hacer un último apunte sobre la crítica de Sokal y Bricmont a Kuhn. Me refiero al final de este apartado:
Sokal y Bricmont:
La segunda objeción que se puede oponer a la versión radical de la historia kuhniana de la ciencia -objeción que también utilizaremos, más adelante, contra el «programa fuerte» de sociología de la ciencia- es la de la autorrefutación. La investigación en historia, y en particular en historia de la ciencia, utiliza métodos que no se diferencian radicalmente de los que se utilizan en ciencias naturales: se analizan documentos, se hacen las inferencias más racionales, se efectúan inducciones basadas en los datos disponibles, etc. Si argumentos de este tipo, usados en física o en biología, no nos permitieran llegar a conclusiones más o menos fiables, ¿por qué deberíamos darles crédito en la historia? ¿Por qué hablar, de modo realista, de categorías históricas -empezando por los paradigmas- si es una quimera referirse, de modo realista, a conceptos científicos como los electrones o el ADN, que, dicho sea de paso, están definidos con mucha mayor precisión?

Ese argumento de la autorrefutación es, básicamente, el mismo argumento que se utiliza a menudo contra el escepticismo: "Si usted afirma que lo cierto es que no se puede conocer la verdad, se está usted autorrefutando, puesto que está afirmando algo con pretensiones de verdad en contra de lo que usted mismo afirma". Esa paradoja es muy conocida (y no muy distinta a la paradoja "del mentiroso") y significa desconocer lo que es el metalenguaje y que no se deben mezclar niveles distintos de lenguaje, salvo que queramos incurrir en paradojas de ese tipo. Sokal y Bricmont no solo desconocen eso, sino que amenazan con usar el mismo argumento contra el "programa fuerte" de sociología en la ciencia. En cualquier caso los textos de Kuhn que hemos comentado no son de "investigación histórica" de la ciencia (siendo una ciencia también la Historia) sino de Filosofía de la Ciencia. Los paradigmas de Kuhn son una herramienta teórica para interpretar cómo funciona el conocimiento científico humano, no una herramienta de investigación histórica científica.
Bin ich doch kein Philosophieprofessor, der nöthig hätte, vor dem Unverstande des andern Bücklinge zu machen.
No soy un profesor de Filosofía, que tenga que hacer reverencias ante la necedad de otro (Schopenhauer).


Jesús M. Morote
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Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont 05 Mar 2024 15:32 #82134

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Nolano escribió:

Antes de pasar a Feyerabend, me gustaría hacer un último apunte sobre la crítica de Sokal y Bricmont a Kuhn. Me refiero al final de este apartado:
Sokal y Bricmont:
La segunda objeción que se puede oponer a la versión radical de la historia kuhniana de la ciencia -objeción que también utilizaremos, más adelante, contra el «programa fuerte» de sociología de la ciencia- es la de la autorrefutación. La investigación en historia, y en particular en historia de la ciencia, utiliza métodos que no se diferencian radicalmente de los que se utilizan en ciencias naturales: se analizan documentos, se hacen las inferencias más racionales, se efectúan inducciones basadas en los datos disponibles, etc. Si argumentos de este tipo, usados en física o en biología, no nos permitieran llegar a conclusiones más o menos fiables, ¿por qué deberíamos darles crédito en la historia? ¿Por qué hablar, de modo realista, de categorías históricas -empezando por los paradigmas- si es una quimera referirse, de modo realista, a conceptos científicos como los electrones o el ADN, que, dicho sea de paso, están definidos con mucha mayor precisión?

Ese argumento de la autorrefutación es, básicamente, el mismo argumento que se utiliza a menudo contra el escepticismo: "Si usted afirma que lo cierto es que no se puede conocer la verdad, se está usted autorrefutando, puesto que está afirmando algo con pretensiones de verdad en contra de lo que usted mismo afirma". Esa paradoja es muy conocida (y no muy distinta a la paradoja "del mentiroso") y significa desconocer lo que es el metalenguaje y que no se deben mezclar niveles distintos de lenguaje, salvo que queramos incurrir en paradojas de ese tipo. Sokal y Bricmont no solo desconocen eso, sino que amenazan con usar el mismo argumento contra el "programa fuerte" de sociología en la ciencia. En cualquier caso los textos de Kuhn que hemos comentado no son de "investigación histórica" de la ciencia (siendo una ciencia también la Historia) sino de Filosofía de la Ciencia. Los paradigmas de Kuhn son una herramienta teórica para interpretar cómo funciona el conocimiento científico humano, no una herramienta de investigación histórica científica.

Yo creo que el argumento de la autorrefutación no puede equipararse a las paradojas semánticas como la del mentiroso. Si yo digo "este enunciado es falso" no estoy diciendo nada sobre la realidad sino que, de forma extraña, creo un enunciado que lo único que hace es decir algo sobre sí mismo. Este problema se resuelve distinguiendo entre distintos niveles del lenguaje de manera que se impida la autorreferencia.

En el caso del argumento de la autorrefutación, no sucede lo mismo. Empezaré refiriéndome al argumento aplicado al escepticismo, por ser más sencillo en ese caso y luego hablaré del uso que le dan Sokal y Bricmont.

Si yo digo "no podemos conocer nada con certeza", estoy afirmando algo sobre una realidad distinta del propio enunciado. Estoy afirmando (según lo que quiera decir) que la mente humana es de tal manera que no puede conocer nada con certeza, o que la realidad misma es de tal manera que no puede ser conocida con certeza, o algo por el estilo. Pero si la mente es de tal manera que no puede conocer nada con certeza, tampoco podrá conocer con certeza cuáles son sus propios limites, no podrá conocer con certeza qué es lo que puede conocer o no. Este argumento no se puede eliminar distinguiendo entre distintos niveles del lenguaje. El enunciado no es autorreferencial, pero aquello que dice sobre la mente tiene implicaciones sobre la posibilidad de conocer la verdad o falsedad del propio enunciado.

Señalar también que no hay en este enunicado paradoja alguna. Decir que "no podemos conocer nada con certeza" no es contradictorio. Es perfectamente posible que la frase sea verdadera (aunque no podamos estar seguros).

De hecho, Sexto Empírico resolvía el problema asumiendo sus consecuencias y afirmando que tampoco la doctrina escéptica podía ser conocida y que él no la afirmaba, sino que se limitaba a comunicar cómo le parecían las cosas en cada momento, sin estar seguro de ello.

Voy ahora con el uso que Sokal y Bricmont hacen de ese argumento. Kuhn hace filosofía de la ciencia, como dices, pero apoya su filosofía de la ciencia en sus conocimientos sobre historia de la ciencia. Lo que dicen Sokal y Bricmont es que las conclusiones de Kuhn afectarían también a la historia de la ciencia y, por tanto, la historia en que se basa sería también el resultado de una construcción social y no podría proporcionar conclusiones sobre la realidad.

Dos cosas sobre este argumento: 1) se dirige contra la versión radical de las tesis de Kuhn, que ya hemos dicho que no es la que el propio Kuhn defendía. 2) Presupone que las conclusiones de Kuhn son válidas también para la historia, pero sin embargo esta es muy distinta de las ciencias de que habla Kuhn. La historia no busca regularidades sino que reconstruye hechos del pasado, por lo que no está nada claro que las conclusiones de Kuhn se le puedan aplicar. Por ello, el argumento me parece, en este caso, endeble.

De todos modos, creo que el argumento sí que es correcto si se aplica a la nueva sociología de la ciencia, pues la sociología sí que busca leyes o regularidades. De hecho, muchos de los representantes de la nueva sociología de la ciencia respondieron al argumento dándolo por bueno y afirmando que su propia teoría era también una construcción social. Pero de esto ya hablaremos al llegar a la parte correspondiente del libro.
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Imposturas intelectuales. Sokal y Bricmont 05 Mar 2024 23:26 #82148

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Paso a la crítica de Sokal y Bricmont a Feyerabend. Como vengo denunciando que hacen en su crítica a otros autores, utilizan también multitud de trucos para desacreditar a Feyerabend. En cierto modo la inquina hacia este tiene, me parece, las mismas raíces que la inquina que ya vimos contra Lyotard. Un izquierdista totalitario como Sokal se tiene que revolver contra frases como esta: "Quiero sentar de nuevo dos puntos: primero, que la ciencia puede sostenerse por sí sola y no necesita ayuda de racionalistas, humanistas seculares, marxistas y demás movimientos religiosos" (Prefacio a la 2ª edición, de 1988, p.xviii en 2010). Traduzco de la edición de 2010 de "Against Method", que es la que tengo en casa. La posición política de Feyerabend es, en este sentido, muy similar a la de Lyotard, en cuanto defensor de la importancia de hacer posible la discrepancia en el discurso público, contra cualquier tipo de totalitarismo.

Uno de los trucos más evidentes de Sokal y Bricmont es hacer citas de textos de Feyerabend que el mismo Feyerabend ya fue suprimiendo en ediciones posteriores de "Against Method". Eso imposibilita (salvo que tengamos a nuestro alcance una biblioteca con las tres ediciones de dicha obra) verificar lo que dijo Feyerabend y contextualizarlo adecuadamente.
Sokal y Bricmont:
Si Feyerabend se hubiese limitado a mostrar, a través de ejemplos históricos, las limitaciones de cualquier codificación general y universal del método científico, no podríamos sino estar de acuerdo con él. Pero, desgraciadamente, no se queda ahí, sino que va muchísimo más lejos: "Todas las metodologías tienen sus límites, y la única «regla» que sigue siendo válida es: «Todo vale»."(Feyerabend, 1975, pág. 296).
Ésta es una inferencia errónea, aunque característica de la actitud relativista: de una observación correcta -«todas las metodologías tienen sus límites»-, Feyerabend salta a una conclusión completamente falsa: «Todo vale».

Esta frase ("todo vale": anything goes) la toman Sokal y Bricmont como el punto central del pensamiento de Feyerabend. Pero hay que acudir al propio Feyerabend para entender el sentido de esa expresión.
Feyerabend, Prefacio a la 2ª edición, p.xvii

En 1970 Imre Lakatos, uno de los mejores amigos que he tenido, me llevó a una esquina en una fiesta. "Paul", me dijo, "tienes unas ideas muy extrañas. ¿Por qué no las anotas? Yo escribiré una réplica, publicamos el conjunto y te garantizo que nos vamos a divertir un montón." Me gustó la sugerencia y empecé a trabajar..."

A continuación cuenta Feyerabend las peripecias de su manuscrito y cómo Lakatos falleció antes de poder escribir su respuesta, por lo que Feyerabend decidió publicar sus notas en solitario. Sokal y Bricmont tildan a Feyerabend de payaso o bufón. Leamos qué continúa diciendo Feyerabend:
Feyerabend, Prefacio 2ª edición:

"Esta historia explica el formato del libro. No es un tratado sistemático; es una carta a un amigo y dirigida a sus idiosincrasias (...) A Lakatos le gustaba confundir a sus oponentes serios con bromas e ironía y por eso yo también ocasionalmente escribía en una vena bastante irónica. Un ejemplo es el final del Capítulo 1: "todo vale" ("anything goes") no es un principio que sostuviera yo -yo no pienso que se puedan usar "principios" y discutirlos de forma fructífera fuera de la investigación concreta a la que se supone que afectan- sino la exclamación aterrorizada de un racionalista cuando mira a la historia de forma más detallada.
(Negritas mías)

A destacar, además, que la cita que ofrecen Sokal y Bricmont de este famoso "principio" (clave de bóveda, según Sokal y Bricmont, del pensamiento de Feyerabend) es de la primera edición de 1975. Yo no he encontrado esa frase en la cuarta edición en el lugar que ellos dicen, pero al parecer ya no estaba tampoco en la segunda edición de 1988. Es verdad que sigue estando la expresión en el Capítulo 1, como dice Feyerabend en su Prefacio a la segunda edición, con el sentido que él mismo explica. Pero la suprimió del resto de su texto, seguramente por las malas interpretaciones que gente como Sokal venía dando a esa expresión del "todo vale".
Feyerabend, Prefacio 2ª edición:

Leyendo las críticas meticulosas, serias, sesudas y ampliamente equivocadas que recibí después de la publicación de la primera edición inglesa, a menudo recordé mis intercambios con Imre (Lakatos); ¡cómo nos habríamos reído ambos si hubiéramos podido leer esas efusiones juntos!
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Última Edición: 05 Mar 2024 23:33 por Nolano.
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