rdomenech31 escribió:
Retomando lo del embrague y el desembrague y lo de los sistemas de referencia. Creo que el texto de Latour que cité deja claro que el autor identifica las distintas perspectivas literarias con los distintos sistemas de referencia inerciales. Por ello, creo que la crítica de Sokal y Bricmont es correcta. Creo que esos distintos escenarios a que, según Latour, el narrador lleva al lector son, según él, también distintos sistemas de referencia en el sentido de la teoría de la relatividad. Por tanto, Sokal y Bricmont aciertan con su crítica y muestran que Latour comete un error muy burdo.
Nota: ¿Soy el único que está viendo a Pedro Pablo al revés?
Me tendréis que disculpar, pero he tenido algunos problemas médicos en mi familia y no he tenido tiempo para continuar este diálogo. En todo caso, no voy a continuar con el libro de Sokal y Bricmont, porque ya he dicho prácticamente todo lo que tenía que decir al respecto.
Mi siguiente paso va a ser estudiar el libro de Henri Bergson "Duración y simultaneidad" (1922), sobre la teoría de la Relatividad de Einstein. De momento lo estoy traduciendo del francés y analizándolo a medida que hago la traducción. De momento, y tras una primera lectura rápida del texto de Bergson, me parece que la tesis de Latour procede claramente de Bergson.
Bergson, Apéndice 3 de la segunda edición, traducción mía:
Desde el punto de vista físicomatemático, es, por otra parte, irrepochable: el físico pone en la misma línea las medidas efectivamente tomadas en un sistema y las que, de este sistema, aparecen como efectivamente tomadas en otro. Con estas dos especies de medida, confundidas dentro del mismo tratamiento, construirá una representación científica del mundo; y como tiene que tratarlas de la misma forma, les atribuirá el mismo significado. Muy otro es el papel del filósofo. De una manera general, quiere distinguir lo real de lo simbólico; más precisamente y más especialmente, se trata aquí para él de determinar lo que es el tiempo vivido o capaz de ser vivido, tiempo efectivamente medido, y lo que es tiempo simplemente representado en el pensamiento, tiempo que se desvanecerá en el mismo instante en el que un observador de carne y hueso se transportase sobre los lugares para medirlo efectivamente. Desde este punto de vista nuevo, no comparando más que lo real con lo real, o bien luego lo representado con lo representado, veremos reaparecer, allí donde la aceleración parecía haber traído la disimetría, un reciprocidad perfecta. Pero examinemos de cerca el texto que acabamos de citar.
Se habrá notado que el sistema de referencia se define allí como «un sistema en el cual todos los puntos están el mismo estado de movimiento. De hecho, el «sistema de referencia ligado a M1» se supone en traslación uniforme, mientras que el «sistema de referencia ligado a M2» está en estado de movimiento con variaciones. Sean S y S' esos dos sistemas. Está claro que el físico real se da a sí mismo un tercer sistema S" donde se supone instalado y que está, por eso mismo, inmovilizado: S y S' pueden moverse solo por referencia a aquel sistema. Si solo existieran S y S', necesariamente se situaría en S o en S', y necesariamente uno de los dos sistemas se hallaría inmovilizado. Pero entonces, estando el físico real en S", el tiempo real, quiero decir el vivido y efectivamente medido, es el del sistema S". El tiempo del sistema S, siendo el tiempo de un sistema en movimiento en relación con S", ya es un tiempo ralentizado: lo que no es, por otro lado, más que un tiempo representado, quiero decir atribuido por el observador en S" al sistema S. En ese sistema S suponemos un observador que lo toma como sistema de referencia. Pero, de nuevo, si el físico tomase realmente ese sistema como sistema de referencia, se colocaría en él, lo inmovilizaría; desde el momento en que se queda en S" y deja al sistema S en movimiento, se limita a representarse un observador que tomaría S como sistema de referencia. En resumen, tenemos en S lo que llamamos un observador fantasmático, encargado de tomar como sistema de referencia ese sistema S que el físico real en S" se representa en movimiento. Entre el observador en S (si se convirtiese en real) y el observador real en S" la reciprocidad, por otro lado, es perfecta. El observador fantasmático en S, vuelto real, enseguida encontraría el tiempo real del sistema S", ya que su sistema se habría inmovilizado, ya que el físico real habría sido transportado, ya que los dos sistemas, en tanto que referentes, son intercambiables. En S" habría pasado el tiempo fantasmático.
Tal vez Latour y Bergson no entendieron la teoría de la Relatividad; puede ser. Lo que es casi seguro, visto lo visto, es que Sokal y Bricmont difícilmente son capaces de entender lo que dice Bergson (o lo que dice Latour).
Nota: yo también veo a Pedro Pablo con la cabeza hacia abajo