ksetram escribió:
Creo que por ese texto, se puede intuir generalidades. Me parece un ejercicio literario,
con tintes fantásticos, sobre un protagonista al que no le gustaba su siglo, y por lo visto no lo comprendía. También transmite la nostalgia de un antiguo orden, que considera más profundo. Creo que no se está expresando desde la razón, sino literariamente. En la literatura, la emoción se une al pensamiento. Por eso por ejemplo, el texto expresa una nostalgia, lo cual es una emoción y no una razón.
Hasta aquí, estoy de acuerdo con tu descripción. Bunge pretende hacer más un ejercicio literario que una crítica fundamentada (al fin y al cabo está presentando un libro en el que se realiza dicha crítica, poco sentido tendría tratar de hacer en 2 páginas lo mismo que luego Andrade trata de hacer en el resto del libro).
Lo de Husserl me ha sorprendido, porque que yo sepa, justamente es un autor netamente racional, que intenta hacer ciencia incluso. Su Fenomenología, creo que es una de las aportaciones más científicas o próximas a la ciencia, que nos haya traído la filosofía. Bastante distante en numerosos puntos, de las corrientes posteriores posmodernas. Por eso no comprendo el comentario de Bunge.
Bunge es muy crítico con Husserl. A mí tampoco me gusta. Creo que hay cosas valiosas en sus Investigaciones lógicas y en Ideas (aunque en esta segunda bastante menos) pero en la mayoría de sus obras ya puramente fenomenológicas me parece que su filosofía es bastante superficial. Lo que disgusta a Bunge es el uso por parte de Husserl de una terminología abtrusa cuyos términos a menudo no se definen con claridad (en eso es en lo que lo considera un precedente de los posmodernos). En mi opinión, limitarnos a describir lo que aparece ante nuestra conciencia es desentendernos del mundo. Entiendo por qué lo hace Husserl, pero creo que es más interesante una filosofía que renuncie a la seguridad absoluta pero que trate de conocer esa realidad que Husserl pone entre paréntesis.
Además, aunque coincido en considerar esos fenómenos de los que habla la fenomenología como "las cosas mismas" (en la medida en que son realidades, aunque no sean la única realidad), creo que la empresa fenomenológica está condenada al fracaso. Nuestras descripciones de las cosas mismas no son ya las cosas mismas. Tampoco nuestros pensamientos sobre las cosas mismas lo son (esos pensamientos son también fenómenos, son también "las cosas mismas" pero unas "cosas mismas" distintas a aquellas sobre las que reflexionan. De hecho, la psicología cognitiva ha mostrado que nuestros juicios sobre nuestros propios procesos mentales, e incluso sobre nuestras percepciones, no son tan fiables como creemos, por lo que la fenomenología no puede lograr esa seguridad que busca. Como afirma el propio Bunge en "Vigencia de la filosofía", la transparencia absoluta que busca la fenomenología no es posible.
Hay gente a la que le gusta Mario Bunge. Yo no le conozco como para tener un criterio sobre él. Así que me parece interesante conocerlo, aunque por el camino ya he ido intuyendo que veo muchas cosas distintas o totalmente distintas.
A mí me gusta leerlo, es muy interesante sobre todo lo que dice cuando habla de epistemología. Pero no comparto su forma de entender la filosofía. Bunge defiende una especie de cientificismo según el cual la filosofía tiene que elaborar una teoría general sobre la realidad que sea compatible con el conjunto de las ciencias y que refleje sus principios más generales, siendo esta la única justificación que la teoría en cuestión necesita. Yo creo que eso es un error. Russell ya advirtió que, mientras que las predicciones y consecuencias de las teorías científicas aceptadas no suelen variar (y suelen aumentar de manera acumulativa), los aspectos más generales de las teorías científicas sí que cambian mucho, por lo que no resulta sensato basar una filosofía en esos aspectos generales de las ciencias.