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TEMA: Los que se marchan de Omelas

Los que se marchan de Omelas 28 Abr 2024 06:53 #82967

  • zolaris
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La interpretación antropológica me parece adecuada.

En la misma medida que Ser y tiempo es también antropología filosófica. Notable medida, a mi entender.

Un saludo.
A Flaubert que le den.
Última Edición: 28 Abr 2024 07:29 por zolaris.
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Los que se marchan de Omelas 28 Abr 2024 11:10 #82968

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Nolano escribió:
Lo inquietante de este relato distópico no es lo que tiene de irreal, sino lo que tiene de reflejo de una realidad social (moral y política) bien real.

Sin duda, es un relato demoledor. A mí particularmente me dejó "muda" varios días...

Y es que, ¿es posible establecer un sistema de convivencia justo?

En "Persona y democracia" María Zambrano nos dice que para el ser humano existen dos modos de estar en la historia: pasivamente (dejarse llevar, sin cuestionarse nada); o por el contrario, aceptando la responsabilidad de saberse "dueño de su historia". Para esta autora, hasta la fecha, la historia de la humanidad es una "historia sacrificial", según la cual las personas ejercen o el papel de ídolos o de víctimas (debajo de todo castillo y sala opulenta, hay prisiones...(Ella utiliza tan, tan bien las metáforas...)

Pues bien, este sugerente relato, me recordó esas páginas.

Y ya que he sacado a colación a María Zambrano os voy a dejar una cita de su obra "Para una historia de la Piedad" creo que es una cita de lo más adecuada en estos tiempos...en este foro de filosofía:

"...Apenas sabemos tratar sino con aquellos que son casi una reproducción de nosotros mismos. El hombre moderno al asomarse al mundo va buscando un espejo que le devuelva su imagen y cuando no la encuentra, se desconcierta y, a menudo, quiere romper el espejo. Nos hemos hecho terriblemente incapaces de soportar que haya hombres distintos de nosotros. Se ha inventado, para llenar este
vacío, la tolerancia, palabra favorita del léxico del hombre moderno. Pero “tolerancia” no es
comprensión, ni trato adecuado, es simplemente, el mantener a distancia respetuosamente, eso sí, aquello con lo cual no se sabe tratar."


Un abrazo.
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Los que se marchan de Omelas 28 Abr 2024 15:25 #82969

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¿Cómo define un individuo su identidad y sus valores éticos cuando estos están en contradicción con las normas sociales aceptadas?
Esto es lo que yo me planteo ante este conflicto ético entre principios deontológicos-utilitaristas, donde <la maximización de la felicidad para el mayor número a cualquier coste> se enfrenta directamente con <la importancia de adherirse a cualquier coste a principios morales inquebrantables>.

Ser miembro de una sociedad como esta implica hacer profundas concesiones que afectan la coherencia moral y la lógica ética a nivel individual. Conceptualmente (el relato es meramente conceptual), conocer la existencia de este sacrificio moral —ya sea de manera indirecta o mediante la experiencia directa de aquellos que observan el sufrimiento del niño, o incluso de quienes participan activamente en él pateándolo— no difiere en términos de responsabilidad ética.
Su conocimiento genera un sentido de pertenencia y deber moral hacia los individuos no incluidos en el sacrificio, lo cual es paradójico y problemático, pues la felicidad obtenido es simultáneamente causa de culpa. Esta contradicción no es o no debería ser tolerable en la conciencia y lógica ética de los individuos.

No sé si es una paradoja ética, pero alguna alarma tiene que sonarnos en la cabeza al ver que <la conciencia de la injusticia no necesariamente conduce a la acción correctiva>.
El precio de la felicidad no es la opresión ni la tortura: esto no es razonable.

Aquellos que se marchan de Omelas están realizando un acto de autodefinición en oposición a la identidad colectiva, no sólo tomando una decisión por motivos éticos. Precisamente lo que el relato muestra es la ausencia de acción directa. Su inoperatividad en casos reales en los individuos y los grupos humanos. La narrativa nos sugestiona con la habituación a la condición de sacrificio moral para la felicidad de la ciudad, al punto que mostrarnos las alternativas del ‘pasar de largo’ sean las únicas válidas: 1)pasar de largo y aceptar este sacrificio moral de uno u otro modo, o 2)pasar de largo abandonando Omelas lanzándose a lo desconocido.

El relato, pienso, no nos invita a interpretarlo como modelo simplificado de situaciones sociales complejas que intrigantemente podemos extrapolar a la realidad en la clave que nos da el relato, sino a darle una solución directa al dilema ético que presenta en la forma en la que lo presenta. Sin duda describe lo que parece ser el comportamiento desenfadadamente egoísta del individuo medio, con un sentido del deber y del uso de la razón bastante domesticado.

Me ha resonado, en las consecuencias de las decisiones de los ciudadanos de Omelas, a las de la tripulación, ciega a su destino, de El Buque de los Necios de Kaczynski. En ambos se ve cómo las normas sociales ciegan a los individuos frente a las injusticias evidentes y cómo la inercia colectiva suprime una acción individual significativa. Como en el buque, en Omelas los individuos se enfrentan a la disyuntiva entre la comodidad y la conveniencia y el reconocer, posicionarse severamente y actuar contra unas injusticias fundamentales.
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Los que se marchan de Omelas 28 Abr 2024 18:31 #82972

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Nolano escribió:
Futaki escribió:
1. La narradora niega toda felicidad al niño, incluso aunque sea liberado, aunque no [sé] por qué. Nos tenemos que fiar de su palabra. Ya que oculta la causa, la deja a nuestra interpretación.

Me he permitido añadir un "sé" intercalado, que me parece omitido por error, pues si no, no se entiende bien la frase.

Por mi parte, creo que la autora es bastante explícita en este punto. Primero había apuntado que el niño "Parece de seis años, pero realmente tiene cerca de diez. Es débil mental. Quizá nació discapacitado, o quizá se ha convertido en imbécil debido al miedo, la malnutrición y el abandono."

Y casi al final explica: "Pero conforme avanza el tiempo comienzan a darse cuenta [los que sienten pena por el niño] de que incluso si el niño fuese liberado, no obtendría mucho beneficio de su libertad: un ligero placer de calor y comida, sin duda, pero poco más. Está demasiado degradado e imbécil para conocer ninguna alegría real. Ha estado atemorizado demasiado tiempo para estar libre de miedo. Sus hábitos son demasiado rudos para responder a un trato humano. En verdad, después de tanto tiempo, probablemente estaría incómodo sin muros a su alrededor para protegerlo, y oscuridad para sus ojos, y sus propios excrementos donde sentarse."

Efectivamente, ha sido una errata. Quería decir que no se explica por qué el niño no es liberado. En ese fragmento se relata que de ello que no obtendría mucho beneficio. ¿Pero no sería lógico que alguien se arriesgase a sacarlo de allí para proporcionarle una vida más digna? El propio niño, en el único parlamento de la novela, afirma que quiere escapar del sótano. Y pide ayuda.

Al final del relato se dice que los ciudadanos de Omelas tampoco son libres ni su felicidad, irresponsable "They know that they, like the child, are not free". Me sigue faltando la posibilidad de esa tercera vía que citaba en mi anterior mensaje y a la que también se refiere Geiriz: el intento de liberación.

Son incontables los relatos en que aparecen personajes encerrados en sótanos, celdas, etc., desde los textos sagrados o cuentos infantiles a novelas realistas. Generalmente, hay un proceso o intento de liberación. Más allá de la literatura, en Marx, en Nietszche o en Freud encontramos esos contenidos reprimidos de los que se espera la liberación, bien a través de la revolución, de la voluntad de poder o de la terapia. No obstante, en estos autores esos contenidos reprimidos son inconscientes y la toma de conciencia es condición necesaria para la liberación.

En Omelas no sucede lo mismo, lo que nos lleva a una narrativa más propia de Beckett (en su tema, no en su desarrollo). O al Buñuel de "El ángel exterminador". Hay un conformismo producto del utilitarismo. La culpa no es motor de acción. El narrador, solo de soslayo, parece contemplar esa posibilidad. Ese "olvido" narrativo de la tercera vía es paralelo al que sufren los ciudadanos de Omelas. En mi opinión, el narrador omite la inacción para resaltarla narrativamente. El silencio resulta más significativo que las palabras, como el 4,33 de John Cage que ha puesto Geiriz en Das blaue Dasein. Y esa omisión niega la capacidad de acción de la ciudadanía y, por lo tanto, su derecho a ser libres.

La imagen de los que se van de Omelas me ha recordado la leyenda del judío errante, aunque creo que no casa a la perfección con este relato. No obstante, esto me ha llevado a releer "El inmortal", de Borges, donde aparece esta figura. Copio un pequeño fragmento:

"Por sus pasadas o futuras virtudes todo hombre es acreedor a toda bondad, pero también a toda traición, por sus infamias del pasado o del porvenir. Así como en los juegos de azar las cifras pares y las cifras impares tienden al equilibrio, así también se anulan y se corrigen el ingenio y la estolidez, [...] Sé de quienes obraban el mal para que en los siglos futuros resultara el bien, o hubiera resultado en los ya pretéritos… Encarados así, todos nuestros actos son justos, pero también son indiferentes. No hay méritos morales o intelectuales".

Traigo este fragmento porque se puede considerar que esa mayoría que permanece en Omelas no se considera a sí misma ni buena ni mala. Son indiferentes. Saben que en la balanza de la justicia la tortura del niño no pesa más que sus buenas obras. Y quizás así sea.

Para terminar, una pequeña duda sobre el "drooz".¿Alguien sabe si se trata de un juego de palabras?
Última Edición: 28 Abr 2024 18:35 por Futaki.
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Los que se marchan de Omelas 29 Abr 2024 10:36 #82984

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Futaki:

Tal como yo lo entiendo en "El inmortal" los hechos acaban por ser indiferentes, sin méritos morales ni intelectuales porque cuando hay tiempo para ello, sucede todo. Y con tal condición los hechos son necesarios, por tanto no libres y así no morales.

En cualquier caso, volviendo a Omelas, os sigue faltando la vía de la liberación, probablemente porque comprendéis la ciudad y la habitación en el mismo plano ontológico. Y creo que desde ahí tampoco se comprenden las dos escobas o que la persona encerrada no tenga género.

Un saludo
A Flaubert que le den.
Última Edición: 29 Abr 2024 12:50 por zolaris.
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Los que se marchan de Omelas 29 Abr 2024 23:15 #82990

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zolaris escribió:
Futaki:

Tal como yo lo entiendo en "El inmortal" los hechos acaban por ser indiferentes, sin méritos morales ni intelectuales porque cuando hay tiempo para ello, sucede todo. Y con tal condición los hechos son necesarios, por tanto no libres y así no morales.

En cualquier caso, volviendo a Omelas, os sigue faltando la vía de la liberación, probablemente porque comprendéis la ciudad y la habitación en el mismo plano ontológico. Y creo que desde ahí tampoco se comprenden las dos escobas o que la persona encerrada no tenga género.

Un saludo

Señoría!!! He sufrido un déjà vu. Con la venia, mañana le respondo, que me vence el sueño.
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Los que se marchan de Omelas 01 May 2024 07:34 #83010

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Tranqui Futaki, estamos ya en mayo y mi atención se enfoca ya directa y completamente en los exámenes. Ya seguiremos conversando quizás sobre Omelas, o quizás sobre otra cosa. Como siempre, un placer.


Edito: por cierto, y en relación a un mensaje de otro hilo, y que demuestra lo diferentes por fortuna que somos los humanos, yo no le quitaría el título de Licendiado en Filosofía a alguien que no entendiera este relato. Aunque lo mereciera, pero el merecimiento no es el todo, aunque eso no parezca muy lógico.
A Flaubert que le den.
Última Edición: 01 May 2024 07:52 por zolaris.
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Los que se marchan de Omelas 01 May 2024 11:47 #83016

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Disculpa, zolaris, ayer se me echó el tiempo encima. Ya que estás muy ocupado, solo tres pinceladas breves. Dos preliminares:

1. La interpretación que haces del relato en tu primer mensaje me parece espléndida y muy sugerente.

2. Utilicé "El inmortal" a modo de ejemplificación, no de interpretación, ya que usar un cuento de Borges para interpretar uno de Le Guin sería un caso de sobreinterpretación, salvo que en el segundo hubiese referencias explícitas o implícitas al primero, que no es el caso.

----

Mi interpretación proviene del estatus de la narradora y de cómo maneja la información. En la primera parte se nos muestra que Omelas es un espacio literario construido ad hoc, de ahí las sugerencias al lector para que añada fuentes o lo que desee . El "no lugar" del que hablas en realidad es el espacio superior, el espacio utópico. Recordemos que etimológicamente "utopía" significa "no lugar". Sin embargo, es un espacio que dentro de la ficción se muestra como ficticio. Y como las utopías no existen, la narradora lo pone constantemente en duda con preguntas del tipo: ¿No me creen, verdad? Al final se reconoce que esa supuesta utopía no es tal, que se basa en el sufrimiento del Otro, y eso le otorga un carácter más real. Se pasa de un "no lugar" a un lugar, de un espacio metaliterario a un espacio que se convierte en un speculum mundi. "¿Que piensan ahora de ellos? ¿No son más dignos de crédito?". Si quieres, en otro momento y con más tiempo, analizamos los mimbres con que es construido ese espacio superior que mezcla diversas tradiciones literarias.

Constatamos que la utopía no es tal cuando descendemos al inframundo, al sótano. A diferencia del primero, es un espacio mucho más real. (Abro un paréntesis para aclarar que el par de "escobas" son "mops", es decir, "fregonas"). Es también un espacio simbólico, pero no tiene ese carácter metaficcional que la narradora otorga al primero.

Yo no tendría inconveniente en separar a los ciudadanos de Omelas en dos tipos: los horrorizados que escapan y los que aceptan el horror. De hecho, el niño acaba aceptando su papel de chivo expiatorio. Sin embargo, como ya dije, el niño pide ayuda y solicita ser liberado en el único parlamento del cuento. ¿No es lógico que nos preguntemos por qué nadie se atreve a excarcelarlo? ¿Por qué unos huyen y otros se quedan sin que nadie le conceda una vida más prospera? Que sea el único parlamento, desde un punto de vista estructural, le otorga una singular importancia.

La liberación del niño supondría la ruptura de esa felicidad arcaica, que no es tal. Una felicidad sustentada sobre el sufrimiento, que impide a los ciudadanos ser libres. No se trata solo de la felicidad, sino de la libertad. La única solución para liberar a los ciudadanos de Omelas es la liberación del niño, pero no se atreven. Sería romper el status quo e iniciar una revuelta. Aquí no nos encontramos, como en el marxismo, ante una mayoría oprimida por una minoría privilegiada, sino ante una minoria oprimida ante una mayoría privilegiada. Y se abre entonces el problema del utilitarismo. ¿El mal de uno justifica el bien de muchos? Sin embargo, los ciudadanos de Omelas (salvo los que se van) cierran los ojos, porque "eso sería, por supuesto, reconocer la culpa, admitir el delito". Una de las características fundamentales de la utopía es la ausencia de crimen. Y en el relato se nos describe que en Omelas apenas hay normas, no hacen falta, porque no hay crimen, ni delito, ni bombas...

La narradora es muy moralizadora. El relato es una especie de fábula o parábola que intenta que nos sintamos culpables, porque sabemos que la felicidad del mundo desarrollado se sustenta en la infelicidad del subdesarrollado. Y a juzgar por el efecto causado por este relato, parece que lo consigue. Pero eso no debe despistarnos, ya que es una narradora muy manipuladora (con más tiempo, igualmente, podemos discutirlo).

No creo confundir los planos ontológicos (aunque entiendo tu crítica). Todo relato alegórico o con fuerte simbolismo debe partir, tanto en su composición como en su interpretación, del significado literal en todos sus elementos (locativos, temporales, actanciales, etc.). A partir de ahí, deducimos el figurado. Si no existe una relación coherente entre ambos, la narración se derrumba (esto sucede, por ejemplo, en el colapso que sufre en la cueva la protagonista de "Pasaje a la India", de E.M. Forster, del que también podremos hablar en otro momento; es un episodio en el que se mezcla el plano literal y el figurado, un fallo de composición). El deseo de liberación por parte del niño está en el relato, no me la invento yo. Pide ayuda.

En definitiva, no creo que mezcle planos ontológicos, sino que los interpreto de manera diferente. Hay una conexión entre el mundo de arriba y el de abajo que no se produce a la inversa. El movimiento contrario supondría la liberación, a la que nadie parece estar dispuesto. La culpa de los habitantes de Omelas proviene de no subvertir la situación y suprimir la diferencia entre los dos espacios.

Igualmente, zolaris, siempre es un placer contrastar interpretaciones contigo.

Edito: Igual no he estado muy acertado en lo de "pinceladas breves".
Última Edición: 01 May 2024 11:47 por Futaki. Razón: CONTRADICCIÓN
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Los que se marchan de Omelas 03 May 2024 19:41 #83041

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Yo creo que no es pertinente derivar hacia lo "ontológico" o "antropológico" la fábula "Los que se marchan de Omelas"; quizá mi traducción en el título del hilo no es muy afortunada, porque no recoge los matices de la expresión inglesa "to walk away". Según el Diccionario de Cambridge el significado sería: "to stop being involved in a situation because it is difficult to deal with or does not give you any advantages", o sea: dejar de estar involucrado en una situación porque es difícil de gestionar o no ofrece ninguna ventaja. ¿Quizá "abandonar" o "desentenderse"? ¿Quizá "irse a la francesa"?

El caso es que a mí me parece que se trata, claramente, de una fábula político-moral; este carácter creo que es patente ya por sí mismo, pero aún más si ponemos en conexión este relato con el de "El día antes de la Revolución", de la misma autora. Siguiendo esta línea interpretativa, os propongo el siguiente argumento sobre cómo interpreto yo este relato, siguiendo, por supuesto solo vagamente, el estilo de la Ethica ordine geometrico demonstrata de Spinoza.

Postulado 1:
La base de la Moralidad es la siguiente: No trates a los demás como medios, sino como fines en sí mismos (Imperativo categórico de Kant, en su segunda formulación).

Postulado 2:
No hay moral sin sociedad

Postulado 3:
Toda sociedad necesita una organización

Definición:
Llamamos sistema político a las reglas que rigen las relaciones de los miembros de una sociedad y que, por tanto, sustentan su organización social

Proposición 1: Todo sistema político alguna de cuyas reglas permita la infracción del Postulado 1 debe ser calificado como inmoral.
En efecto, si el sistema político admite una regla de conducta inmoral, todo el sistema político queda contaminado de inmoralidad.

El sistema político que rige en Omelas es necesariamente, según lo anterior, inmoral, puesto que utiliza al niño encerrado no como fin en sí mismo, sino como mero medio para la felicidad del resto de los ciudadanos. En realidad nos da igual que sea un solo niño: sería inmoral si los utilizados como medios fueran dos, tres, etc. niños o adultos: en todos los casos el sistema político sería inmoral.

Corolario 1:
Un sistema político inmoral es injusto y, por tanto, ilegítimo
La justicia de un sistema político depende de la justicia de las reglas que lo rigen. Por lo tanto, si alguna de estas no es justa, el ejercicio del poder en dicha sociedad es ilegítimo (aunque, naturalmente, puede ser legal, en términos de Derecho positivo, de Derecho vigente, positum, "puesto").

Corolario 2:
No son aceptables las comparaciones intersubjetivas de utilidad (o desutilidad) entre miembros de la sociedad.
No voy a desarrollar este punto de momento. Únicamente resaltar que este corolario desautoriza el utilitarismo como guía moral y política: no puede justificar el sacrificio de un miembro de la sociedad porque la utilidad de todos los demás sea, cuantitativamente, mucho mayor que el sacrificio o desutilidad de aquel. Las utilidades y desutilidades individuales no tienen la propiedad aditiva.

Proposición 2:
Un miembro cualquiera de la sociedad puede desobedecer las prescripciones o reglas vigentes de un sistema político ilegítimo.
Si alguien se ve afectado por una regla inmoral, puede legítimamente desobedecerla.
Esta sería la actitud que adoptan los que se marchan de Omelas: rechazan un sistema político injusto y se sienten desvinculados del mismo.

Desde aquí alguno podría dar un paso más y deducir lo siguiente: "Un miembro cualquiera de la sociedad tiene el deber moral de intentar derribar un sistema político ilegítimo." Pero, en mi opinión, tal conclusión sería falsa. La conclusión correcta sería más bien:

Proposición 3:
Un miembro cualquiera de la sociedad tiene el deber moral de intentar derribar un sistema político ilegítimo, siempre y cuando proponga sustituirlo por otro sistema político que sí sea legítimo.
En efecto, aunque cualquiera está legitimado para desobedecer las reglas de un sistema ilegítimo, solo estará legitimado para ello (posibilidad moral de desobediencia pasiva al Derecho), pero no puede intentar imponer a los demás, a cambio, otro sistema injusto o ilegítimo, puesto que eso viciaría también de ilegitimidad su propia pretensión.

No sabemos si en Omelas rige un sistema dictatorial o un sistema democrático (es decir de votaciones sobre las decisiones políticas que se toman por mayoría o sobre la elección de los gobernantes que las van a adoptar). Sea como sea, nos encontramos ante tres posibles "salidas" al problema de Omelas:

1. Desobediencia pasiva: abandonar Omelas.

2. En el caso de que en Omelas rija un sistema "democrático": votar a favor de gobernantes que establezcan leyes no inmorales.

Pero teniendo en cuenta que es muy probable, e incluso indefectible, que la mayoría de la gente vote pensando en sus propios intereses (su propia utilidad) en perjuicio de los intereses de la minoría, no nos queda más que una tercera salida:

3. Derrocar el sistema político de Omelas para sustituirlo, mediante la fuerza (Revolución), por otro sistema político moral, justo y, por tanto, legítimo, donde no se trate a nadie como simple medio, sino a todos como fines en sí mismos.

Y ahí es donde está el nudo gordiano de la cuestión: ¿es posible tal sistema político?

Aquí lo dejo, para que se expongan opiniones acerca de todo esto.

NOTA: Sobre la opción 3 quizá merezca la pena reproducir un fragmento del final del relato "El día antes de la Revolución" (traducción mía); también aquí conviene matizar que "before" en inglés es una preposición de tiempo, pero también de lugar: "El día ante la Revolución". La vieja revolucionaria, a la puertas del triunfo de la Revolución (en el relato se trata de una Revolución de corte anarquista, no comunista) por la que tanto había luchado:
Ursula K. Le Guin escribió:
"La huelga general", decían una voz, dos voces, diez voces, en la habitación de abajo, detrás de ella. "La huelga general", murmuró Laia, descansando un momento en el rellano. Arriba, delante, en su habitación ¿qué le esperaba? El golpe (stroke) privado. (...) Ahí delante, las flores secas blancas se balanceaban y susurraban en los campos abiertos de la noche. Setenta y dos años y nunca había tenido tiempo de aprender su nombre.

OTRA NOTA:
Futaki escribió:
Para terminar, una pequeña duda sobre el "drooz".¿Alguien sabe si se trata de un juego de palabras?
Creo que es una palabra inventada por la autora, pero por el contexto yo la interpreto como "droga" (¿tal vez una deformación intencionada de "drug"?)
Bin ich doch kein Philosophieprofessor, der nöthig hätte, vor dem Unverstande des andern Bücklinge zu machen.
No soy un profesor de Filosofía, que tenga que hacer reverencias ante la necedad de otro (Schopenhauer).


Jesús M. Morote
Ldo. en Filosofía (UNED-2014)
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Última Edición: 03 May 2024 20:23 por Nolano.
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Los que se marchan de Omelas 05 May 2024 20:57 #83060

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Nolano escribió:
Y ahí es donde está el nudo gordiano de la cuestión: ¿es posible tal sistema político?
Aquí lo dejo, para que se expongan opiniones acerca de todo esto.

Atendiendo únicamente a los dos relatos de Ursula K. Le Guin, respondería de manera negativa. Creo que se muestra desesperanzada ante la posibilidad de un sistema justo en que, como comentas, los ciudadanos sean fines en sí mismos.

En el segundo de los relatos, la protagonista nos ofrecen dos definiciones de anarquismo (las copio de su traducción al castellano):

“«Sean ustedes los que piensen sin que nadie les diga lo que deben hacer».
«Esto no es anarquismo, es puro y simple obscurantismo».
«¡No pensarán que la libertad y la disciplina son incompatibles, verdad?».”

[…]

"«¿Qué es un anarquista? Aquel que por elección acepta la responsabilidad de la elección»”.


En la segunda se plantea la necesidad de elegir libre y responsablemente, mientras que en la primera -según lo entiendo- se anula la contradicción entre "libertad" y "disciplina"; por tanto, se desecha la idea de una libertad radical Encuentro aquí una actitud algo paradójica, ya que la idea de disciplina supondría la de que todos los ciudadanos tendrían que remar todos en la misma dirección, aceptar su sistema como el mejor sistema posible, y eso contravendría la propia idea de libertad. Es decir, estaríamos ante un sistema político en que todos tuviesen que estar convencidos de su conveniencia.

El presunto anarquismo del segundo relato se muestra más en las descripciones (como los pisos comunitarios o el Banco Agrícola de Alimentos) que en las definiciones.


Omelas es un pueblo de aparente felicidad conseguida mediante la falta de libertad. Los ciudadanos no son libres para liberar al muchacho. En cambio, en el segundo relato los ciudadanos son libres, pero no quedo tan claro que sean felices. De hecho, las condiciones de vida descritas no se corresponden con lo que conocemos como Estado de Bienestar: hacinamiento, prostitución, delito... Mientras que en Omelas no existe el crimen, en este nuevo lugar la harina se tiene que guardar en la caja fuerte.

En el tema del "before", yo diría que se usa con sentido temporal muy simbólico. De alguna manera, representa una revolución que no termina nunca, que siempre se sitúa en el día previo. Decía Ortega que las revoluciones duraban como mucho diez o quince años antes de regresar a otro estado similar al anterior. Yo creo que no es una ley automática, como se puede comprobar con la Revolución de los claveles, pero tal vez sí lo era en tiempos de Ortega. Y qué duda cabe que muchas revoluciones acaecidas durante el s. XX no han propiciado mejores sistemas políticos que aquellos que derribaron. Véase África, por ejemplo. Por qué una revolución puede ser exitosa en Portugal y no en Nigeria nos llevaría a un debate de un calado histórico que quizás sobrepase este hilo.

Rescato otras palabras de Laia:
“¿Qué sentido había en luchar toda la vida por la libertad y después terminar por no tener ni siquiera un poco?".

Se refiere a su propia libertad personal, pero en mi opinión alude metafóricamente a la dificultad de alcanzar la libertad social. Su propia apoplejía, su desencanto, el tener que ir siempre un paso más allá, parece sugerir la imposibilidad de alcanzar la utopía.
Nolano escribió:
No son aceptables las comparaciones intersubjetivas de utilidad (o desutilidad) entre miembros de la sociedad.
No voy a desarrollar este punto de momento. Únicamente resaltar que este corolario desautoriza el utilitarismo como guía moral y política: no puede justificar el sacrificio de un miembro de la sociedad porque la utilidad de todos los demás sea, cuantitativamente, mucho mayor que el sacrificio o desutilidad de aquel. Las utilidades y desutilidades individuales no tienen la propiedad aditiva.

Este es un punto que me interesa especialmente. En principio estoy de acuerdo, pero en mi práctica docente diaria a veces tengo que emplear estrategias que podrían catalogarse de utilitaristas, y me causan muchas dudas. Pongo un ejemplo. En un grupo hay un muchacho con un trastorno grave de conduta. Como el resto de sus compañeros. tiene derecho a una educación y su familia tiene derecho a que su hijo reciba una educación de calidad. Además él no es responsable de sufrir un trastorno y -muy importante- es menor de edad y se encuentra en plena formación de su personalidad. Por otro lado, su trastorno le lleva a reventar clases, crear ambientes de tensión, puede ser violento, ignora cualquier advertencia o sanción, etc., de manera que se produce una colisión entre el derecho a la educación entre el alumno con trastornos de conducta y el resto de alumnos que tienen derecho a recibir una educación de calidad. A veces se tienen que tomar medidas que perjudican al primero, a pesar de ser víctima de sí mismo. Se prima a la mayoría, al grupo, frente a la minoría o el individuo. Esta experiencia que expongo imagina que será extensiva a muchos otros colectivos. Y francamente, no sé si mis elecciones son siempre acertadas.
Última Edición: 05 May 2024 21:03 por Futaki.
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