Hola:

Bueno, pues con calma y sin tener idea formada ni de lejos sobre si a algunas personas les es más o menos propicio el estudio de la filosofía, he recordado con este hilo un capítulo de la serie Doctor en Alaska, donde Marilyn, la recepcionista india de la consulta médica, dice esto a un amigo que no habla: "Las palabras dan muncho peso, si los pájaros hablaran no podrían volar."

Y un viejo forero de Arjaí, ya graduado, de brillante dialéctica, recuerdo que una vez escribió esto en un post: "Claro que me gusta la filosofía y de hecho la dedico muchas horas de mi vida, pero de vez en cuando acudo a la poesía, porque necesito volar".

Y Schopenhauer en un pasaje de El mundo como voluntad y representación: "Finalmente, lo que más apreciamos en los demás, son un par de cosas que no eseñan ni la filosofía, ni la ciencia, ni la religión, como son la honestidad espontánea y la nobleza de la intención."

Muy linda Sofía sí, pero la vida puede ser hermosa sin filosofía. Puede que incluso más.

Saludos.

El recuerdo de Abel me ha sacudido. Gracias por traerlo a colación en este hilo, Cum Lupus. Abel está vivito y coleando, como se suele decir. Osea, que Abel sí sigue existiendo, y sí sigue siendo alucinate. Por si alguien lo ha podido dudar.
Y a lo que voy.
Cum Lupus. Zalmoxis. Os veo como dos caras de una misma moneda. Pasa en política, pasa en la vida práctica.
Y, adelanto. No sé si seré capaz de explicarme.
Creo que, como siempre, el término intermedio tiene la razón. NO. No es imprescindible que un buen filósofo tenga que demostrar que su capacidad psíquica está dentro de la normalidad, no es necesario, basta con que la idea sea profunda, o nueva, o indague planteamientos por otros derroteros. Y NO. No es imprescindible que se tenga que demostrar la capacidad psíquica adecuada normalizadamente.
Posiblemente, lo que sí sea aceptable, es que cualquier idea se pueda pasar por el filtro de la educación y el sentido común, y no roce en absoluto algo que pueda sonar a partidismo, o normalización oficializada. Y siempre con respeto.
Así que, os doy la razón a los dos, Cum Lupus, Zalmoxis. Sin ningún tipo de duda.

Hace mucho tiempo, cuando los humanos, al jugar con los perros corrían con ellos a cuatro patas. Cuando al jugar con los gatos, les maullaban y se estiraban con ellos desperdigados por el suelo. Cuando entendían todavía el lenguaje sutil y desenfadado de los pájaros, importante y tan extrañamente lleno de fe como para ser cantado. ¡Hace tanto, sí! Cuando todavia la peculiar forma de la oreja humana escuchaba los fluidos susurros de la Luna y el esplendor enorme y retumbante del Sol, ¡no existía aún la locura!
Fue mucho más tarde, cuando las criaturas humanas cuadricularon y subyugaron al mundo y a sí mismos, que la unidad del círculo en sí mismos pareció dejar de acompañarles y sus orejas se volvieron animales demasiado tímidos, propias de animales demasiado humanos, falsos, henchidos de sí. Ya no escuchaban el círculo de sí mismos, el círculo de todas las cosas, que siempre fueron una y la misma cosa. Para entonces, a los susurros del mundo y a los susurros en sí mismos, que raramente escuchaban, llamaron arte. ¡En lugar de llamarlo uno mismo mundo mismo y Luna y pájaro y origen! En lugar de eso, lo llamaron así: simple bello sueño. Sí, así, así fue que la locura trepó por todas partes, conforme se marchitaba a su alrededor el círculo de la Naturaleza.

Este homenaje me hace recordar la tesis doctoral de Michel Foucault, "El nacimiento de la clínica". En ella podemos apreciar una clara inspiración en las ideas de Nietzsche. Su cuestionamiento a la autoridad es exquisito. Quizás lo más relevante, a mi parecer, es cómo Michel Foucault destaca que la medicina se convirtió en un instrumento de control social. ¿Estarían de acuerdo conmigo en que en países como Estados Unidos, el excesivo precio de los tratamientos médicos y la cultura de los medicamentos "milagrosos" están sospechosamente cercanos a lo que Foucault propuso?

Saludos compañeros

Pude conectarme al Seminario cuatro, como mucho cinco veces y no todo el tiempo. Me encantó lo que escuché. Sobre todo cuando eran psiquiatras, psicólogos, trabajadores de a pie en los centros hospitalarios. No sé si el filósofo está demasiado cerca de entender al llamado enfermo mental y diagnosticado como tal. No sé si el filósofo mantiene una pose de querer entender al que está fuera de lo que la sociedad considera normal.

Y más allá de estas pequeñas disquisiciones....

Me pregunto si los que os habéis apuntado en diferido os ha llegado el enlace al Seminario.

Anuska- escribió:

Anuxa, esa cercanía del filósofo al no poder responder, pero entender la locura se debe, a mí parecer, a qué los filósofos cuestionamos la realidad. Cuántas personas se preocupan de eso hoy día?
Piensa también que nos esforzamos por ser originales y que abusamos a veces de nuestra intuición e imaginación. Para el establecimiento convencional no estamos bien de nuestras facultades al cien porciento.

Y aún así, muchos somos los que le damos importancia a las cosas y los que buscamos que la razón y la lógica sobresalgan.

Contradictorio , no crees?