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TEMA: Las mentiras

Las mentiras 26 Nov 2024 21:41 #85782

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Hola, voy a tratar de darle una vuelta a esto expresado.
Geiriz: No veo en Kant por ninguna parte que la importancia que pone en la persona sea una licencia para un tipo de mentira.

Una de las características de la moral en Kant es el personalismo ético, si el hombre respeta la ley que se impone a sí mismo, el hombre se respeta a sí mismo, se hace digno y, en ese respetarse, honra a la humanidad en su persona, no empleando a ningún hombre como medio, sino siempre al mismo tiempo como fin. Y esto es observable por todos, hasta por el más rudo de los hombres, por ello si no miente es por mirarse sin desprecio a sí mismo. Así, ante la desgracia, no saltarse el deber, le permite conservar la dignidad y honrar a la humanidad, evitándose la humillación de verse juzgado y condenado internamente por sí mismo. Aliviado por dentro pone en riesgo todo lo que puede hacer a la vida agradable, porque está respetando algo otro que la vida, algo con lo que, si se compara la vida, ésta carece de valor alguno.

Esto llevado al caso del médico, supondría que el médico debe decir la verdad para no deshonrarse a sí mismo y por tanto a la humanidad, por el hecho de mentir. Habré destrozado a esa madre, pero me miraré al espejo y pese al desmoronamiento emocional de aquella y el abocarla a vaya uno a saber que oscuridades y por cuánto tiempo, hay algo otro que la vida, la ley racional, y en comparación con ella, la vida carece de valor alguno.

La libertad en Kant es el reconocimiento y seguimiento de esa ley moral, pero Kant deja espacio para otra libertad que, en una disposición jerárquica, quedaría un escalón más abajo de esa primera. Entre los dos extremos de una distancia máxima que ocuparían la ley moral y la necesidad, se situaría el “arbitrio” (no el libre albedrío). En virtud del arbitrio, puedo transgredir la ley moral, no en el sentido de derribarla, pero si alumbrando esa otra libertad de no llevarla a término o de sortearla o de no prestarle toda la atención exigida.

Otro ejemplo también conocido. Durante la ocupación alemana de Francia, un hombre esconde en su casa a una familia judía. Cuando llaman a su puerta y le preguntan si se encuentran en su casa, el hombre miente y dice que no. Esa mentira sería válida para Kant, le hago un quiebro a la ley moral y me digo que yo hice una promesa con aquellos de protegerlos y no entregarlos, por tanto, la mentira se supedita a mi cumplimiento.

En La doctrina de la virtud, Kant flexibiliza los rigores de la Crítica de la razón práctica y de la Fundamentación para una metafísica de las costumbres, incorporando el factor humano, subrayando la importancia del carácter trágico de la naturaleza humana, su fragilidad, la inevitabilidad de enfrentarnos al mundo y relacionarnos con otros, desplegando una mayor condescendencia con los errores, pues son innumerables las situaciones en las que tenemos que juzgar y decidir y muchas también las pasiones que nos enturbian en el momento de hacerlo.
Última Edición: 26 Nov 2024 22:08 por Xna.
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Las mentiras 27 Nov 2024 14:02 #85784

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Sin embargo, conceptos como 'personalismo ético' o 'vergüenza ajena' no pertenecen al marco de la ética kantiana, así como el arbitrio Willkür como psoibilidad de elección no es un concepto sinónimo, equivalente e intercambiable con la voluntad Wille como una forma aceptable de libertad moral. Kant reconoce de hecho una desviación moral en la inclinación humana a actuar según deseos sensibles y lo considera una transgresión de la ley moral.

Haces una lectura e interpretación muy actual y vívida a partir de un matiz, la implementación de deberes imperfectos como ese rasgo de 'flexibilidad' en los agentes morales, pero en ningún punto que recuerde Kant admite en su sistema teórico la transgresión de deberes perfectos porque la incondicionalidad de la ley moral y la veracidad como deber perfecto, en Kant, no admite excepciones. La ética kantiana se basa en que la libertad interna de los agentes racionales reconocen una ley moral invariable guiada por la razón y precisamente sus estados de ánimo no pueden reescribir dicha ley. Es una producción que es natural nos haga pensar, reinterpretarla hoy, adaptarla a la reflexión contemporánea, por supuesto. Y seguro que puede salvarse algo de su marco y se pueden justificar en nustra reflexión actual y explícitamente cómo adaptamos lo que salvemos, pero no podemos asumir que el sistema kantiano avalaría estos cambios. En su propio marco no se encuentran nuestras consideraciones contextuales y no puede extenderse plenamente a ellas.

Kant era bastante rígido al respecto de estas cuestiones y hacia una división clara entre los cuerpos teóricos y prácticos donde se definen y establecen los deberes en perfectos e imperfectos sin que ninguno de estos tipos de deberes fueran inconsistentes con la universalidad del imperativo categórico (el que él desarrolla conceptualmente, no el que nosotros podemos interpretar libremente hoy). Los contextos prácticos, donde se dan los estados de ánimo, están subordinados en Kant completamente a la razón moral en la determinación del deber.

En el ejemplo que traes, al igual que en el que puse en el anterior post, la mentira socava la confianza general en la palabra de las personas y esto vulnera la dimensión moral de la humanidad; cumplir una promesa no es un principio universal (uno no puede usarse a sí mismo o a otro como medios) que pueda justificar una mentira porque la veracidad como deber perfecto es prioritaria. Este caso de mentir no podría convertirse en 'ley universal de comportamiento' sin contradecirse: si todos mentimos para proteger se socavaría el acto moral de prometer.
Última Edición: 27 Nov 2024 14:03 por Geiriz.
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Las mentiras 27 Nov 2024 22:50 #85786

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Mentimos para vivir y decimos la verdad para morir. Por eso la filosofía es un producto de la aristocracia griega, porque querían vivir y también querían morir. Una cuestión con visos de futuro es si la filosofía puede sobrevivir como ocupación de gentes espiritualmente "medias", como ocupación de clases medias, que quieren vivir pero temen morir.

Schopenhauer, maestro de Nietzsche, entendía que la voluntad es anterior a la razón. Es decir, que por querer ser, se dice el ser, no, pues, porque lo haya, sino porque se quiere que haya tal cosa. Pero un discurso de esta índole no justifica la mentira, solo la comprende en su necesidad trágica, diría.

Esta cuestión, a mi entender, puede llegar a estar bastante bien resuelta si, estudiando a los filósofos de la sospecha, se concluye que una cosa es mentir, ocultando su condición de mentira, y que otra es mentir exhibiendo su condición de mentira (su necesidad, o sea, tanto su causa vital o existencial como su producto, la razón, tan fuerte como es precisamente fuerte la necesidad de ser = raciovitalismo, por cierto). Schopenhauer, Nietzsche y Freud hicieron lo segundo, por esta razón son dignos de lectura. Freud comprende las mentiras que urde la psique y el psicoanálisis no se basa en urdir mentiras sino en enfrentar sus mimbres.

En la práctica tú mismo te respondes: sí se habla de la mentira en ámbitos filosóficos, tanto formales como informales, tú mismo lo haces pero, ah, claro, a tal fin no has podido decir ninguna mentira.

Los nuevos valores de Nietzsche no son por usar la mentira, sino por asumir que las grandes verdades lo son, lo cual plantea el panorama del superhombre, a saber: aquel que puede vivir sobre el filo de la navaja, no aquel que miente para, que sé yo, traernos de nuevo la Roma imperial o la Atenas de Pericles. Malentendidos estos de mucho aprovechamiento político.

El mundo futuro de Nietzsche es aquel que se sostiene sobre el éter de que: a la vez que irrumpe el ser humano en el mundo irrumpe el ser. Nunca lo hubo antes, nunca lo habrá después y solo lo habrá ahora por amor al vivir y entregado al vivir. En ese punto la discusión sigue y es cuando Nietzche deja de ser estimulante para volverse un motivo filosófico que recordarán todas las generaciones futuras que tengan la suerte de legar aunque solo fuera una parte de la cultura que poseemos hoy en día. El mundo ideal de Nietzche no es un intercambio de camelos entre vecinos, ese ya es nuestro mundo con todo el sazón puritano que el siglo mande.

Prácticamente, dije antes que la razón es una mentira. Lo reafirmo. Pero esto es otra discusión que se acerca más al otro hilo de si la filosofía es conocimiento. Solo diré, para que no suene a boutade, que la ciencia es tamaña mentira porque toda ella es perfectísimo subterfugio, el cual se aprecia en la naturaleza del axioma, cuya consistencia radica en la simpleza, en la no contradicción y en la elección pragmática.
Última Edición: 27 Nov 2024 23:44 por Julián.
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Las mentiras 28 Nov 2024 21:12 #85792

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Geiriz: Sin embargo, conceptos como 'personalismo ético' o 'vergüenza ajena' no pertenecen al marco de la ética kantiana, así como el arbitrio Willkür como psoibilidad de elección no es un concepto sinónimo, equivalente e intercambiable con la voluntad Wille como una forma aceptable de libertad moral. Kant reconoce de hecho una desviación moral en la inclinación humana a actuar según deseos sensibles y lo considera una transgresión de la ley moral.
Haces una lectura e interpretación muy actual y vívida a partir de un matiz, la implementación de deberes imperfectos como ese rasgo de 'flexibilidad' en los agentes morales, pero en ningún punto que recuerde Kant admite en su sistema teórico la transgresión de deberes perfectos porque la incondicionalidad de la ley moral y la veracidad como deber perfecto, en Kant, no admite excepciones. La ética kantiana se basa en que la libertad interna de los agentes racionales reconocen una ley moral invariable guiada por la razón y precisamente sus estados de ánimo no pueden reescribir dicha ley. Es una producción que es natural nos haga pensar, reinterpretarla hoy, adaptarla a la reflexión contemporánea, por supuesto. Y seguro que puede salvarse algo de su marco y se pueden justificar en nustra reflexión actual y explícitamente cómo adaptamos lo que salvemos, pero no podemos asumir que el sistema kantiano avalaría estos cambios. En su propio marco no se encuentran nuestras consideraciones contextuales y no puede extenderse plenamente a ellas.
Kant era bastante rígido al respecto de estas cuestiones y hacia una división clara entre los cuerpos teóricos y prácticos donde se definen y establecen los deberes en perfectos e imperfectos sin que ninguno de estos tipos de deberes fueran inconsistentes con la universalidad del imperativo categórico (el que él desarrolla conceptualmente, no el que nosotros podemos interpretar libremente hoy). Los contextos prácticos, donde se dan los estados de ánimo, están subordinados en Kant completamente a la razón moral en la determinación del deber.
En el ejemplo que traes, al igual que en el que puse en el anterior post, la mentira socava la confianza general en la palabra de las personas y esto vulnera la dimensión moral de la humanidad; cumplir una promesa no es un principio universal (uno no puede usarse a sí mismo o a otro como medios) que pueda justificar una mentira porque la veracidad como deber perfecto es prioritaria. Este caso de mentir no podría convertirse en 'ley universal de comportamiento' sin contradecirse: si todos mentimos para proteger se socavaría el acto moral de prometer.

El personalismo ético no es un concepto, es una característica de la moral kantiana, como lo es el apriorismo moral, la autonomía moral o el rigorismo ético. La moral kantiana es eminentemente personalista. La ley moral se la impone a sí mismo el hombre que se hace digno de respeto y haciéndolo respeta al resto de los hombres. Es el respeto el único sentimiento que trasluce su sistema moral, ni el amor, ni el bien, ni el mal, ni la verdad…, sino el respeto a la ley moral, ahí radica su libertad y no solo, la importancia de la persona también se refleja en uno de los imperativos categóricos, el que establece que el hombre es un fin en sí mismo y demás.

Kant distingue, entre los principios de orden moral, los que son subjetivos, las máximas (condición solo válida para la voluntad del individuo), de los objetivos, las leyes (condiciones válidas para todo ser racional). De entre estas leyes, las que son necesarias y universales, las denominará imperativos, distinguiendo entre aquellos que son válidos para algo (imperativo hipotético) y los son absoluta e incondicionadamente necesarios (imperativo categórico). Este desarrollo ya lo hice en otro hilo y lo traigo de nuevo para ubicar el arbitrio, que es una máxima y que es más que solo la posibilidad de elección. La máxima del arbitrio es expresión de la libertad del hombre, ¿en qué sentido?

De entrada, como dije en el anterior mensaje, no tiene nada que ver con el libre albedrío cartesiano, no está bajo el marco referencial de willkür, como el supeditar nuestras acciones a nuestras inclinaciones por ser seres sensibles, finitos y contingentes.
En una jerarquía de libertades, la esencia de la libertad se encontraría en el acatamiento de la ley moral, el imperativo categórico, la voz de la razón, en el otro extremo estaría la sensibilidad y la máxima del arbitrio se encuentre en el medio de ambos. No hay un dualismo de libertades, hay una libertad, la legislativa, de rango superior a otra, que sería ejecutiva, subordinada a la primera. Esta libertad ejecutiva sería el arbitrio, la capacidad del individuo que “escucha” la ley moral, de no acatarla, lo cual no significa que eleve otra ley que derogue el imperativo categórico, sino que, en ejercicio de su libertad, no lo obedece, esto no supone el abandonarse a sus inclinaciones, sino que se erige en una suerte “racionalidad contingente” (Adorno)

Efectivamente, en los textos fundacionales del discurso filosófico de Kant, la mentira es una transgresión de la ley moral, sin embargo, existen un montón de textos del filósofo en los que lleva ese formalismo moral a la situación singular, al caso concreto, como en La doctrina de la virtud entre otros, en los que va a hacer un análisis de deberes y plantea una casuística amplia. Por ejemplo, yo se que mentir es una transgresión de la ley moral porque emitiendo un enunciado o palabra intencionalmente falsa, llevo a otro a creerme y sin embargo emplear una palabra intencionalmente falsa en situaciones como, por ejemplo, estar bajo extorsión, no es mentir, no pone en cuestión la ley moral ni el sentido del imperativo categórico. Vuelvo al supuesto del anterior mensaje, el ser presionado para revelar si escondo a personas judías en mi casa durante la persecución nazi en la Segunda Guerra Mundial. La situación particular en la que no diciendo la verdad evito producir un daño a las personas a las que me he comprometido proteger, no va contra el sentido de la ley moral, porque estoy siendo fiel a la promesa realizada.

Existe la ley y existe el análisis de la complejidad de las situaciones concretas y será el hombre quien, al escuchar la “voz” de la razón, la ejecute o no. Es en ese marco y en ejercicio de la máxima del arbitrio cuando, dada una situación singularizada, el hombre, amparado en su libertad de ejecutar, actúa aplicando la Ley moral o no.
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Las mentiras 28 Nov 2024 22:11 #85793

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El marco ético kantiano es formalista y universalistă, no personalista porque se funda en el respeto a la racionalidad práctica universal y no en el individuo. Por lo que ese personalismo es una extrapolación y no una característica inherente al sistema conceptual de Kant a mi modo de ver.

Aunque no soy experto en Kant y por ello no entro a interpretarle desde una u otra lectura, no puedo ver cómo el arbitrio, cuando se desvía de la ley moral universal, no es una expresión de heteronomía y en su lugar es una expresión válida de libertad. Es la representación de la heteronomía frente a la autonomía, que es la única libertad bajo una ley moral universal.

Las cuestiones de la flexibilidad y la justificación de la mentira de las que hablas sencillamente no las conozco en Kant por mis lecturas y no sabría dónde encontrarlas. Estas implicam redefinir la incondicionalidad de los deberes –perfectos e imperfectos–, lo cual yo no veo por ninguna parte factible. Reitero que no soy experto y que puedo estar equivocado, si tienes por ahí donde Kant expone esto explícitamente estaría fenomenal porque significaría que lo he entendido fatal.

Hasta donde llego, las consecuencias no son apelables en la ética kantiana para justificar la desobediencia a su concepto de deber.

Puede que se encuentren en autores que ya le hayan utilizado para desarrollar sus propias ideas –ideas más afines al desarrollo de las corrientes contemporáneas de la ética–, pero no se trata del concepto de 'deber' interpretado por x, sino el de la conceptografía kantiana. Y recuerdo desde el otro post: eso no significa que Kant y su obra harían estás concesiones de flexibilidad y justificación, sino que sólo señala que hemos llegado a nuestros planteamientos más recientes a través de Kant, entre otros, naturalmente. No puedo recordar ni me encaja que de la obra de Kant se desprenda está flexibilidad personalista en la que mentir sea una virtud moral en unos casos y un defecto en otros y que esto sea compatible con el principio de universalidad del imperativo categórico independientmente de las contingencias prácticas del caso concreto.

Ahora, que sí podemos partir de su conceptografía para desarrollar una suerte de ideas más en la linea consecuencialista contemporánea donde esta flexibilidad y esta justificación está forzada, por supuesto.

Es cuestión de gustos y aunque encuentro que a muchas personas Kant se les puede hacer difícil de leer, en mi opinión es bastante claro –llano no, desde luego, pero sí se expresa de manera clara para mi gusto–, sobre todo teniendo en cuenta la época en la que se expresó. Por eso podemos seguir expresándonos claramente utilizando elementos de su conceptografía, aunque con ellos no sostengamos sus tesis.

Y si: hoy no nos parece que lo que hace el médico de mi ejemplo o el hombre que oculta judíos en su casa de tu ejemplo sea, en fraseología kantiana, contrario a estar sometidos a la razón ni tampoco una falta de respeto a la racionalidad práctica universal, pero a Kant todo apunta que sí se lo parecía. Una cosa es lo que Kant produjo y otra cosa lo que podamos desarrollar a partir de él.
Última Edición: 28 Nov 2024 22:12 por Geiriz.
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Las mentiras 29 Nov 2024 23:12 #85799

Que me dicen de la posverdad? Cuando los hechos objetivos pasan a segundo plano. Mentir se convierte en una herramienta para fines políticos, sociales y económicos.

Al mentir dañamos algo en la fabrica social pero al romperla damos lugar a algo nuevo.

La intención de la mentira es lo que deberíamos enfatizar. Mentir no es más que un reflejo humano. La intención con la que mentimos es una decisión conciente.
MAAC
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Las mentiras 30 Nov 2024 09:34 #85804

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Holaaa. Sobre Kant y la mentira, investigando veo que es un tema complicado porque la respuesta no es exactamente igual en distintas obras. Es más complicado que lo que normalmente hemos aprendido de las asignaturas de Kant.

Traigo donde Kant se refiere a que se puede callar la verdad, ocultarla cuando quieren aprovecharse de modo no ético de nuestra información y veracidad.
En "Lecciones de ética":
«Sin embargo, la tesis más llamativa en las Lecciones es que Kant justifica la mentira. Según se afirma allí, si fuéramos sinceros siempre, entonces seríamos muy vulnerables a la maldad: “Si quisiéramos permanecer fieles en todos los casos a la exactitud de la verdad, quedaríamos con frecuencia a merced de la maldad de quienes pretendan hacer un mal uso de nuestra sinceridad” (Kant, 2012, p. 447). La sinceridad incondicional puede llegar a exponernos al mal o, en otras palabras, hacer el bien puede derivar en un mal. (...)

La propuesta de Kant consiste, entonces, en darle sentido al concepto de “mentira por necesidad”, sin que ello implique renunciar al deber de la sinceridad; en otras palabras, Kant justifica la mentira por necesidad limitando su aplicación para que la necesidad no “sustituya a toda la moralidad”. ¿Cuándo entonces está justificado mentir por necesidad? Sobre este punto, Kant introduce un ejemplo: “Supongamos que al preguntarme alguien: ‘¿llevas dinero encima?’, de no responder infiriera de mi actitud que lo llevo, si contestase afirmativamente, me lo quitará y, respondiendo que no, mintiese; ¿qué debo hacer en este caso?” (Kant, 2012, p. 448). La respuesta es sorprendente, pues a partir de este caso, Kant postula la posibilidad de la “mentira como defensa” (p. 448), y explicita muy claramente la situación en la que puede hacerse uso de esta: “El único caso en que está justificado mentir por necesidad se produce cuando me veo coaccionado a declarar y estoy asimismo convencido de que mi interlocutor quiere hacer un uso impropio de mi declaración” (p. 448).
«así al proyectar él mismo hacer un mal uso de mi verdad, de este modo, si un enemigo me atenaza por el cuello y me pregunta dónde tengo el dinero, en tal caso puedo encubrir mis pensamientos, ya que él pretende hacer un mal uso de la verdad. (p. 447)».
«En las Lecciones de ética se abre la posibilidad de mentir por necesidad, aunque en sentido estricto, se trata más bien de la posibilidad de encubrir la verdad (falsiloquium) ante la circunstancia en que la verdad sea mal usada».

dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/8910684.pdf
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Las mentiras 30 Nov 2024 13:33 #85805

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Geiriz: El marco ético kantiano es formalista y universalistă, no personalista porque se funda en el respeto a la racionalidad práctica universal y no en el individuo. Por lo que ese personalismo es una extrapolación y no una característica inherente al sistema conceptual de Kant a mi modo de ver.

Si decidimos hablar de la ética kantiana, si la encaramos como género, habría dividirlo entre sus propiedades y diferencias y de entre éstas escoger aquella que fuera la diferencia específica, la que definiera la ética kantiana de forma que no subsumiera y difuminara en sí todas sus características, sino que las desplegase, que nos permitiera vislumbrarlas y de ahí elaborar nuestros juicios y razonamientos.
¿La ética kantiana es formalista?, lo es, su principio es la pura forma de la ley, hay un rigorismo ético. Los tres imperativos categóricos son matriz, pero también vacía, esa línea de puntos hemos de rellenarla cada uno en cada una de nuestras acciones en ejercicio de la autonomía de nuestra voluntad, en virtud de nuestra conciencia y bajo nuestra única responsabilidad.
Kant no nos dice cómo debemos de actuar, establece el marco y luego la pelota queda en nuestro tejado. El individuo se impone a sí mismo el respetar la ley moral o no. La autonomía lo es de la libertad de cada uno y esa libertad "legislativa", eminente y de grado superior lo es cuando es racional, lo que supone no someterla a ninguna intención que no proceda de la ley que se origina en la voluntad del mismo sujeto, de cada uno de los sujetos. Hasta ahí, de acuerdo, pero luego llega la situación concreta, la libertad “ejecutiva” (máxima del arbitrio), hemos de actuar. La razón solo puede moverse legítimamente dentro de los límites de la experiencia.
Geiriz: Aunque no soy experto en Kant y por ello no entro a interpretarle desde una u otra lectura, no puedo ver cómo el arbitrio, cuando se desvía de la ley moral universal, no es una expresión de heteronomía y en su lugar es una expresión válida de libertad. Es la representación de la heteronomía frente a la autonomía, que es la única libertad bajo una ley moral universal.

La heteronomía es seguir o estar impelido a seguir la ley de otro o la voluntad de otro. Si a mí se me impone actuar en ejercicio de la ley de otro y yo obedezco a ésta mi actitud es heterónoma. Sería autónoma si la desobedezco y actúo en el marco de la ley moral. Sin embargo, entiendo que la máxima del arbitrio expresa la libertad “ejecutiva” de obedecer la ley moral o no, no así de transgredir su sentido ni suplantarla por otra propia.
Geiriz: Las cuestiones de la flexibilidad y la justificación de la mentira de las que hablas sencillamente no las conozco en Kant por mis lecturas y no sabría dónde encontrarlas. Estas implicam redefinir la incondicionalidad de los deberes –perfectos e imperfectos–, lo cual yo no veo por ninguna parte factible. Reitero que no soy experto y que puedo estar equivocado, si tienes por ahí donde Kant expone esto explícitamente estaría fenomenal porque significaría que lo he entendido fatal.

Claro, ya he citado el texto de la Doctrina de la virtud en mis dos anteriores mensajes (he pedido el pdf, cuando me lo pasen, te lo envío, también las referencias a otros textos por donde disemina el ejercicio de la ética llevado al caso singular, tampoco yo soy experta, aunque, como a ti, Kant me interesa mucho) También leo que Ksetram ha encontrado ya esas referencias. Uno de los supuestos de decir una palabra intencionalmente falsa y que no atente contra el sentido de la ley moral sería el caso en el que dirijo una carta a una persona indeseable para mí pero en la que utilizo fórmulas de cortesía como “estimado…” u otras de ese tipo, por poner otro ejemplo (Doctrina de la esencia).
Geiriz: Hasta donde llego, las consecuencias no son apelables en la ética kantiana para justificar la desobediencia a su concepto de deber.
Puede que se encuentren en autores que ya le hayan utilizado para desarrollar sus propias ideas –ideas más afines al desarrollo de las corrientes contemporáneas de la ética–, pero no se trata del concepto de 'deber' interpretado por x, sino el de la conceptografía kantiana. Y recuerdo desde el otro post: eso no significa que Kant y su obra harían estás concesiones de flexibilidad y justificación, sino que sólo señala que hemos llegado a nuestros planteamientos más recientes a través de Kant, entre otros, naturalmente. No puedo recordar ni me encaja que de la obra de Kant se desprenda está flexibilidad personalista en la que mentir sea una virtud moral en unos casos y un defecto en otros y que esto sea compatible con el principio de universalidad del imperativo categórico independientmente de las contingencias prácticas del caso concreto.

Los casos que hemos expuesto de decir intencionalmente una palabra falsa no significan que sean virtud, son formas de actuar dentro de nuestra libertad “ejecutiva” siempre supeditada a esa otra “legislativa” (entrecomillo porque no son términos kantianos). Otros autores, más que usar esos casos para desarrollar ideas propias, lo han hecho para minar la ley moral kantiana, el imperativo categórico, para impugnar su formalismo y su lejanía de la experiencia real. Creo que Kant, desarrolla en sus textos canónicos su filosofía moral fundacional pero, contrariamente a esos ataques, pone el pie en tierra singularizando la aplicación del imperativo categórico en otros muchos textos. En cualquier caso, el hombre virtuoso kantiano, ante "el portón del instante" (eterno retorno nietzscheano) no diría sí a que cada momento de su vida volviera una y otra vez e infinitas veces.
Geiriz: Ahora, que sí podemos partir de su conceptografía para desarrollar una suerte de ideas más en la linea consecuencialista contemporánea donde esta flexibilidad y esta justificación está forzada, por supuesto.
Es cuestión de gustos y aunque encuentro que a muchas personas Kant se les puede hacer difícil de leer, en mi opinión es bastante claro –llano no, desde luego, pero sí se expresa de manera clara para mi gusto–, sobre todo teniendo en cuenta la época en la que se expresó. Por eso podemos seguir expresándonos claramente utilizando elementos de su conceptografía, aunque con ellos no sostengamos sus tesis.


La lectura de Kant no es un deleite, al menos para mí, ni es fresca, ni ágil ni envuelve ni arrolla, simplemente es una lectura clara y a ratos, algo espesa pero llega a puntos que, sin traspasarlos, sin siquiera darse cuenta, son hitos, lugares de arranque y de retorno para otras propuestas. “La grandeza de Kant reside en cierto sentido en su inacabamiento”, por ello creo que es el referente filosófico por excelencia.
Última Edición: 30 Nov 2024 13:37 por Xna.
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Las mentiras 30 Nov 2024 17:56 #85806

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Lamento no tener el tiempo que quisiera para enrollarme; precisamente leí ese artículo el otro día antes de ponerme a escribir el primer post, por si encontraba algo sustancial en contra a lo que tengo más o menos entendido. Es un artículo en el que se afirma, y varias veces, por un lado, una intención kantiana de "postular" cierto concepto de mentira legítima, y por otro lado la negativa explícita de Kant hacia cualquier concepto, forma y modo de mentira como legitima.

IMG_20241130_174145.jpg


Ese extracto viene de afirmar que Kant postula este concepto o defensa de la mentira por necesidad frente a una posición pragmática que surge de reconocer que la gente de ordinario es, digamos, refractaria a la veracidad. El uso del falsiloquium parece un intento ambiguo de suavizar la rigidez kantiana, a parte que Lecciones de ética es una recopilación de textos de sus estudiantes, no un texto de Kant como si lo es Sobre un supuesto derecho a mentir por filantropía, donde la incondicionalidad de la veracidad es fundamental.

Recuerdo que cuando lo leí pensé: deducir que Kant justificaría un falsiloquium como 'mentir por necesidad' citando, textualmente, cómo claramente rechaza esta idea cuando afirma que permitir excepciones destruye la universalidad del principio moral es una interpretación, como poco, problemática.

Os leo, en cuanto pueda respondo mejor.
Última Edición: 30 Nov 2024 17:58 por Geiriz.
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Las mentiras 09 Dic 2024 01:38 #85846

Descifrar a Kant, así como a otros pensadores, es un reto. Pensemos que las ideas de Kant son difíciles, por más que las queramos simplificar. El lenguaje y el contexto histórico también pueden poner una barrera en nuestro camino. Y si tomamos en cuenta que es parte de la naturaleza humana cambiar de parecer, ¿por qué nos resultaría raro que Kant (o cualquier otro filósofo) haya dicho que las mentiras eran inadmisibles y que en otra ocasión se retractara o creara "excepciones"? Todos lo hacemos. Kant no era más ni menos humano que tú o yo.

Lo bueno de nosotros, los filósofos, es que entendemos que cada quien interpreta algo desde su propia esfera subjetiva, pero que al exponerla a la lente de otros, alcanzamos a ver las verdades ocultas a nuestros ojos.
MAAC
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