Hablando hace unos días con un compañero de estudios me llamó la atención el hecho de que calificaba la filosofía teorética (por ejemplo, la Lógica, la Metafísica o la Epistemología) como filosofía esotérica diciendo que su objetivo central era el conocimiento de la realidad reservando el calificativo de exotérica para la filosofía práctica (Ética, Estética o Filosofía Política, etc.) como aquella que se ocupa de la acción.

Al margen del carácter reduccionista del contenido que adjudica a ambas ramas, me sonó un tanto extraño este uso de los términos esotérico y exotérico en el marco de la filosofía contemporánea, puesto que yo tenía entendido que esta distinción en el contexto filosófico quedaba circunscrita al ámbito de las escuelas filosóficas griegas, en las que el exoterismo se usaba para referirse al aspecto más exterior de una doctrina que comprende las cuestiones preliminares y más fácilmente comprensibles, y por consiguiente susceptible de estar al alcance de todos de una manera más amplia, mientras que el esoterismo se correspondería con aquel ámbito más profundo y de orden más elevado, reservado a los discípulos predilectos de la escuela, y cuya enseñanza era fundamentalmente oral.

¿Alguien puede iluminar este dilema? A mi modo de entender los adjetivos exotérico y esotérico en la actualidad son más propios del ámbito místico o religioso que del estrictamente filosófico y, en todo caso, no creo que puedan usarse como sinónimos de praxis y teoría respectivamente.

La RAE es clara con el término esotérico en una de sus acepciones:
Abbagnano lo recoge según lo hemos entendido siempre:

"Las obras que han llegado hasta nosotros comprenden solamente los escritos que Aristóteles compuso para las necesidades de su enseñanza. Además de estos escritos, que se han llamado acroamáticos, por estar destinados a los oyentes, o esotéricos, esto es, conteniendo una doctrina secreta, pero que en realidad sólo son los apuntes de que se servía para su enseñanza, Aristóteles compuso otros escritos siguiendo la tradición platónica, en forma dialogada, que él mismo llamo exotéricos, esto es, destinados al público, en los cuales empleaba mitos y otros adornos vivaces y aparecía tan elocuente como enjuto y severo se muestra en los escritos escolares. Pero de estos escritos exotéricos no quedan más quepocos fragmentos, de cuyo valor para la comprensión de la personalidad de Aristóteles la crítica sólo se ha dado cuenta recientemente."

Copleston, sin embargo, sí advierte cierta ambigüedad en el término esotérico, a propósito de si la crítica de Aristóteles se dio a la teoría de Platón o a la que los platónicos contaban en la Academia:

"La forma matemática de la teoría sería, probablemente, un complemento de la misma, o, más bien, justificación especulativa y aclaración de ella, una versión «esotérica» (si hemos de emplear un término que comporta algunas asociaciones desafortunadas, sin querer decir a la vez que aquella versión matemática fuese otra teoría distinta)."

Acaso esta simplificación, un tanto grosera, viene de que en la filosofía que llamas teorética es donde principalmente se dieron estas cuestiones ocultas, más profundas, o reservadas, que en la filosofía práctica. Pero indudablemente, hay muchas cuestiones de Lógica, Metafísica y Epistemología que eran de dominio público, como evidencian las propias obras escritas de Aristóteles en las que aborda estas áreas.

Comparto con vosotros el estupor sobre el uso de la dicotomía esotérico/exotérico como términos para calificar ciertas áreas materiales de la filosofía. En realidad se trata de una diferencia basada en el público hacia el que va dirigido el escrito, como bien expresan las citas que ofrece Kierkegaard.

No obstante, sobre la definición del DRAE y las citas de Kierkegaard, hay que hacer notar que esa dicotomía no hay por qué reducirla a los filósofos de la antigua Grecia. Así por ejemplo, podemos leer en "La filosofía de la física" de Lawrence Sklar (Alianza editorial, 1994, págs. 38-39): "En la filosofía profunda de Leibniz, su verdadera metafísica, se niega la existencia per se de la materia, así como la del espacio y el tiempo. En este Leibniz esotérico, el mundo está constituido por entidades fundamentales de tipo mental, las mónadas... Su concepción menos profunda, exotérica, del espacio y el tiempo posee una suerte de estatus intermedio entre la concepción que dota de existencia a la materia, al espacio y al tiempo, y la última concepción monadológica". No me parece mal que, como hace Sklar y por analogía con lo que ocurría en la antigua Grecia, se use la dicotomía exotérico/esotérico para calificar los escritos de ciertos filósofos que a veces se dirigían a un público más amplio y a veces a un público más especializado.

Gracias por las respuestas. Sin duda, resulta una clasificación cuanto menos poco ortodoxa. En todo caso, si en filosofía limitamos el uso de los adjetivos esotérico/exotérico para calificar y distinguir ciertas doctrinas y determinados escritos atendiendo exclusivamente al tipo de público al que se dirigen, ¿podemos, en esos términos, hablar actualmente de filosofía esotérica?

Si entendemos por exotérico la acepción de dirigirse al gran público, desde luego la divulgación filosófica, introductoria, de primera aproximación, lo sería. Mientras que la reservada a especialistas, usualmente más abstrusa en el lenguaje - aunque no necesariamente - y conceptualmente más sutil sería esotérica.

Pero si entendemos por exotérico lo que es "público" y por esotérico lo que sería "privado", sólo concedido a "mis alumnos" a quienes les cuento mis tesis más profundas y secretas de viva voz... no te lo puedo contar

En la Antigüedad, algunas escuelas cultivaban, junto a una doctrina accesible a todos, otras doctrinas ocultas, reservadas a los iniciados. En algunas culturas el saber era custodiado celosamente por castas sacerdotales y algunos conocimientos fueron solamente patrimonio de círculos restringidos. El problema de su transmisión a través de la historia ha dado lugar a tradiciones parciales o fundadas en otros contextos desligados de sus fines primordiales.

La esotérica era una de las formas en que en la Grecia antigua se administraba la enseñanza, que sólo podía ser recibida en el interior de las escuelas, y que se oponía a la que se destinaba al público y era impartida al aire libre.

Los discípulos de Pitágoras se habrían dividido en exotéricos y esotéricos: los primeros eran simples aspirantes sin investiduras, los segundos estaban completamente iniciados en la doctrina real del maestro.

Para Platón y Aristóteles, los caracteres exotéricos o esotéricos se aplican sólo a las doctrinas. Habría existido en Platón una doble filosofía: una accesible a todos, expuesta en sus diálogos, y otra más técnica, reservada sólo a los iniciados. Aristóteles divide sus obras en esotéricas o acroamáticas, y exotéricas. Los comentadores admiten que esta distinción no se basa en las cuestiones ni en sus soluciones, sino en la forma y los procedimientos de exposición. En las obras exotéricas sólo se dan los argumentos más claros y para las esotéricas se reservan los más oscuros y decisivos.

Sería semejante, pues, a los actuales y metódicos estudios científicos de las academias con relación a las divulgaciones que de tales disciplinas pueden hacerse. La idea de una doctrina misteriosa reservada a los iniciados se observa en numerosas sociedades tales como el movimiento Rosacruz o la Francmasonería.

Según René Guénon, todas las religiones poseen un núcleo esotérico, que por su complejidad simbólica, permanece oculto para la mayoría de los creyentes, y el significado real de los rituales religiosos sería sólo comprendido por los iniciados.

Hoy en día, en las escuelas y universidades, solamente se enseña una educación superficial, mundana, exotérica, carente del profundo significado que tiene la sabiduría esotérica.

La filosofía esotérica No separa a uno mismo de la realidad, pues uno mismo es Real, no separa a uno mismo del Ser pues uno mismo Es, y cuando se habla de la realidad o del Ser se está hablando de uno mismo.
No podemos hablar de la naturaleza como si uno mismo no fuese la naturaleza,como si uno mismo fuese antinatural, ni podemos hablar del Ser como si uno mismo no fuese. Eso sólo es un conocimiento superficial, mundano, exotérico, de afuera. Es negarse a sí mismo.Aunque es la educación que el sistema a empleado para el Vulgo, para el público, pues es accesible a todos hasta para los más tontos, aunque carente de todo fin.
Han escondido las llaves del conocimiento verdadero y las han olvidado, porque cuando el hombre se conozca a sí mismo, conocerá la Verdad y la Verdad le hará libre.
Y eso es un peligro para muchos intereses.

Manteniendo al Vulgo dormido y entretenido, sin acceso al conocimiento verdadero, se les maneja al antojo.

mira mira mira mira mira Goooooooooooooooooooooooooooooooool del Betis.

Saludos.