Abro este tema con un poco de miedo, pues es candidato a ser recipiente de ideas no muy filosóficas. No obstante creo que merece tener un lugar en el foro, y estoy seguro de que podremos darle un enfoque filosófico —sea lo que sea eso.
Lo primero que me gustaría sería poder abrir un debate sobre qué es exactamente y qué potencialidades tiene. Es decir, no se trata tanto de este caso particular (que todavía ni siquiera ha tenido lugar, por otro lado) sino de hablar un poco de los movimientos sociales, las manifestaciones, las revueltas, las revoluciones, las no-revoluciones (es decir, 'eso' que es una cosa u otra depende de a quién se pregunte).
Por otro lado me gustaría tematizar algo que creo no llega a cristalizar y que me intersa bastante. Se trata de hablar sobre esta sociedad que tenemos, en un sentido muy amplio, e intentar ver qué nos parece apropiado, qué nos gusta, qué no nos gusta, en qué se fundamenta, qué es legítimo, en fin.. un poco largo (no pretendo que nadie, yo desde luego no lo voy a intentar, haga una genealogía de la sociedad contemporánea, sino más bien poder hablar de algunos puntos que nos parezcan interesantes o especialmente significativos). Este asunto me parece el más importante, el que verdaderamente tiene calado histórico, filosófico, etc, y precisamente el que no puede llevarse a cabo en 'una tarde'. Tampoco, obviamente, puede ni debe llevarse a cabo desde una torre de marfil, y precisamente por eso se debe encontrar —supongo que esto ya existe, opera queramos o no, el asunto está en intentar ser capaces de determinar un destino más o menos deseable y tratar de imprimírselo a la realidad— algunos puntos que nos permitan conocer y así poder intentar un cambio paulatino, esta vez sí, a caballo entre la teoría y la práctica.
Personalmente me interesa especialmente el asunto de los derechos. Concibo estos —de momento— más bien como algo que debe poder tener consecuencias en la realidad, es decir, no ahistóricos sino políticos. Creo, y esto es una opinión, que no podemos seguir esperando a que se nos reconozcan o no se nos reconozcan. Sí me parece también interesante la crítica que habla de que los derechos son ficciones, es decir, el derecho a la vida, a la salud, el de los animales a no ser maltratados, etc, no están ahí (precisamente porque Dios no lo has puesto, aunque esto es curioso, pues la secularización parece haber quitado a Dios y no su creación eterna, como es ya archiconocido, y muchos de los defensores de estos derechos intentan fundamentarlos, erróneamente yo creo, en un presente o historia material, mientras que, por otro lado, aquellos que —y aunque esto sea una descripción extremadamente superficial— sí, por decirlo así, 'creen en Dios', son supuestamente los neoliberalistas que no están por la labor de reconocer libertades positivas, aunque esto se deba seguramente al caso español, donde neoconservadores y neoliberales se difuminan).
Es decir, creo que hemos, y esto si le corresponde a los teóricos me parece, ser capaces de superar este escollo de una vez por todas, es decir, o bien ser capaz de fundamentarlos —creo que este camino no tiene mucho futuro—, o bien no necesitar un fundamento teórico para determinados derechos, y por tanto necesitar constituirlos políticamente, sabiendo que no son ya 'derechos' en sentido fuerte, sino más bien frutos de un proceso contingente. Para esto hace falta lógicamente un poder que creo el movimiento 15m no tiene. Y creo que no lo tendrá nunca mientras intente jugar con la lógica que pretende refutar, dicho de otra manera, 'sopas y sorber no pueden ser'. No tiene ni fuerza productiva (paradójimanete esto es precisamente lo que pide, poder producir, poder trabajar) ni fuerza 'política' (como creo quedó demostrado en elecciones pasadas, aunque esto siempre puede cambiar) ni fuerza moral (pues esta fuerza no está apoyada en ningún sitio, no es, por ejemplo, como esa estrategia que describe Nietzsche de los judíos que invierten los valores morales —sí podría, quizá, erigir un nuevo fundamento, crearlo (no ya buscarlo) como ya hicieran los cristianos, por ejemplo). En fin, he intentado resumir todo lo que he podido.
Querría sí concretar algunas de los temas que me interesa hablar:
Parece que todo el mundo, o casi todo el mundo, está de acuerdo en que esta época que vivimos es un desastre —me refiero a la postmodernidad— pero no sé por qué no parece haber esfuerzo por que esto cambie. Creo, hemos de hacerlo ejerciendo nuestra capacidad poiética, nuestra herramienta creativa de fundamentar nuevos territorios que habitar. Sabemos, o creemos saber, que nada de lo anterior nos sirve, pero estamos asombrados ante el vacío. Esto significa, o se puede reflejar, en que no podemos cambiar el mundo —nuestra época— buscando en paradigmas anteriores. Podemos o bien esperar a que los acontecimientos históricos fuercen la situación y creen otros nuevos (la crisis se agrave, las tensiones internacionales aumenten, el sistema económico termine de hundirse o no) pero me parece, si algo útil pueden hacer los pensadores, los intelectuales, los filósofos... es intentar dirigir aunque sea un grado mínimo estos acontecimientos [quizá esto podría servir a la discusión en torno al papel de los filósofos...].
Pues eso, ya me diréis. Un saludo