Moni dice:
En primer lugar y para empezar, y ¿por qué debería tener algún sentido?. Por lo cual y al ser un prejuicio, desde la lógica cuestionarse lo contrario, no tiene ningún fundamento.
Moni, en tus propias palabras tienes la respuesta: Moni dice: El propio Nietzsche argumenta en este mismo sentido: ‘Quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo’.
La filosofía nació, se desarrollo y volverá a renacer, para cumplir su objetivo, responder a las preguntas humanas sobre el universo que le rodea y que el mismo conforma. Una de las más básicas: el sentido de la vida. Que en el momento del conocimiento que llevo a afirmar que dios había muerto, no se encontrara una respuesta sustitutoria, no significa que se deba renunciar a la pregunta, todo lo contrario, debe ser formulada otras mil veces.
Moni dice:
Así vistas las cosas, ¿será que la vida no tiene sentido?, o ¿dependerá del cristal con que se mire?
(…)No podemos esperar sentados a que la vida un día nos revele el sentido de nuestra existencia. Los seres humanos somos los verdaderos hacedores de nuestra biografía y debemos encontrarle su verdadero sentido.
(…)Pero cabría la posibilidad que la vida no tuviera sentido en su sentido más estricto y su verdadero sentido fuera que nosotros se lo intentáramos otorgar
Si metes la mano desnuda en acido clorhídrico te quedas sin mano. Si te das un paseo con camisa hawaiana por los 350 grados centígrados de Mercurio te quedas algo churruscado. Y eso lo mires con el cristal que lo mires. Quizás el universo trata de decirnos algo y estamos demasiado ocupados preguntándonos porque nos preguntamos las cosas, y respondiéndonos que como nosotros hacemos las preguntas y son de nuestra propiedad, podemos responderlas a nuestro antojo.
Moni dice:
O desde tesis existencialistas en la joya literaria de Viktor E. Frankl, ‘El hombre en busca de sentido’, nos comenta al respecto: ‘Si la vida tiene algún objeto, éste no puede ser otro que el de sufrir y morir. Pero nadie puede decirle a nadie en qué consiste este objeto: cada uno debe hallarlo por sí mismo y aceptar la responsabilidad que su respuesta le dicta. Si triunfa en el empeño, seguirá desarrollándose a pesar de todas las indignidades‘.
Este texto no refleja bien la postura de Viktor E. Frankl, creo que esta selección de “El hombre en busca de sentido” (un prisionero psicologo en un campo de concentración nazi) dan una mejor idea de lo que intenta comunicar.
(…)El prisionero que perdía la fe en el futuro —en su futuro— estaba condenado. Con la
pérdida de la fe en el futuro perdía, asimismo, su sostén espiritual; se abandonaba y decaía
y se convertía en el sujeto del aniquilamiento físico y mental
(…)Los que conocen la estrecha relación que existe entre el estado de ánimo de una
persona —su valor y sus esperanzas, o la falta de ambos— y la capacidad de su cuerpo para
conservarse inmune, saben también que si repentinamente pierde la esperanza y el valor,
ello puede ocasionarle la muerte. La causa última de la muerte de mi amigo fue que la
esperada liberación no se produjo y esto le desilusionó totalmente; de pronto, su cuerpo
perdió resistencia contra la infección tifoidea latente. Su fe en el futuro y su voluntad de
vivir se paralizaron y su cuerpo fue presa de la enfermedad, de suerte que sus sueños se
hicieron finalmente realidad. (Murió)
(…)La unicidad y la resolución que diferencian a cada individuo y confieren un significado a
su existencia tienen su incidencia en la actividad creativa, al igual que la tienen en el amor.
Cuando se acepta la imposibilidad de reemplazar a una persona, se da paso para que se
manifieste en toda su magnitud la responsabilidad que el hombre asume ante su existencia.
El hombre que se hace consciente de su responsabilidad ante el ser humano que le espera
con todo su afecto o ante una obra inconclusa no podrá nunca tirar su vida por la borda.
Conoce el "porqué" de su existencia y podrá soportar casi cualquier "cómo".
(…)Pedí a aquellas pobres criaturas que me escuchaban atentamente en la oscuridad
del barracón que hicieran cara a lo serio de nuestra situación. No tenían que perder las
esperanzas, antes bien debían conservar el valor en la certeza de que nuestra lucha
desesperada no perdería su dignidad ni su sentido. Les aseguré que en las horas difíciles
siempre había alguien que nos observaba —un amigo, una esposa, alguien que estuviera
vivo o muerto, o un Dios— y que sin duda no querría que le decepcionáramos, antes bien,
esperaba que sufriéramos con orgullo —y no miserablemente— y que supiéramos morir.
El eje de su Logoterapia es la importancia que tiene para los humanos tener un sentido de vida fuerte, sea el que sea, y que este nos ayuda a superar cualquier sufrimiento. Asimismo se centra en el sufrimiento y la supervivencia pues después de su experiencia extrema en un campo de concentración, perdiendo en ellos a sus padres, hermano y esposa, el sufrimiento y cómo afrontarlo se convierte en algo que inunda sus reflexiones, como es natural.
A su experiencia personal y profesional hay que acompañar estudios recientes de psicología centrados en detectar que diferencia a las personas que sobreviven de las que no en la misma situación extrema, y abundando en las conclusiones de Viktor, el resultado es que en la mayor parte de las ocasiones no tienen que ver la fuerza física, el carácter, la preparación, la adaptación, que la mayor parte de las veces el factor fundamental para la supervivencia en situaciones extremas, es tener un sentido de vida muy fuerte, y este prácticamente siempre está referido a otros humanos, no a sí mismo.
Soy dice:
¿quien es la vida? no que es la vida, sino quien es la vida, porque precisamente la vida no tiene sentido porque no es un que, sino un quien.
Es la misma vida la que se pregunta por ella misma, la que se estudia a si misma, la que crea los sentidos.
La palabra “vida” en prácticamente todas sus acepciones, y en este contexto aun mas, hace referencia a un proceso, a un movimiento a través del tiempo, siempre es algo dinámico (estado de actividad de los seres orgánicos, espacio de tiempo entre el nacimiento y la muerte de un animal o vegetal, duración de las cosas…)
Por tanto no es aplicable un “quien”, en todo caso un “que”. Para ser más precisos deberíamos de preguntar por el sentido de la vida del universo, del ser vivo, de la humanidad, del individuo, pero siempre hablaríamos de un proceso en el tiempo, ya que ninguno de los conceptos es estático, todos son dinámicos en el tiempo. Y por tanto, al ser la vida un proceso, es difícil que un proceso se pueda estudiar a sí mismo, eso por ahora solo lo hacen los humanos, y no como especie, si no individuo a individuo. Y como individuos pueden señalar con su dedo lo que quieran.
Soy dice:
Siempre tiene que haber un principio el cual no tenga sentido ninguno
¿Por qué? (preguntado con sana curiosidad)
Soy dice:
Y preguntarse ¿que sentido tengo? no tengo sentido.
¿Por qué?
Soy dice:
Solamente el autoconocimiento de mi misma, pero eso no es el sentido , es solo el medio para darme cuenta que no tengo sentido
¿Por qué?
Pulpo dice:
aunque el sentido que doy a mi vida es que pueda ayudar a los demás a que su vida sea más llevadera.
Hermoso sentido, a Gandhi, uno de los mejores humanos que jamás hayan existido, le bastaba.
Bud dice:
Citando a Montaigne
Ninguno de nosotros piensa lo bastante que solo es uno más. (Ensayos. Libro Segundo. Capítulo XIII)
Exacto. Y no nos sirva esto para resaltar nuestra insignificancia, todo lo contrario, es para resaltar nuestra grandeza, de todos y cada uno. Cada cual aporta lo que puede, nada podría haber conseguido Newton si no hubiera detrás suyo toda una sociedad humana, con sus agricultores, médicos, maestros, panaderos y todas aquellas funciones que son imprescindibles para que una sociedad funcione. Ninguno es imprescindible pero todos somos necesarios.