Siendo el sorteo entre la totalidad de la población, Tarkovsky, la probabilidad de que salga alguien famoso de la televisión es muy remota. Por lo demás no sé qué tienen de común los individuos que citas. En un sorteo puede salir cualquiera, con cualquier ideología, nivel cultural, edad, etc. Se realizarían, como en Grecia, tal vez ciertos desacartes iniciales de acuerdo con una legislación para las asambleas sorteadas. Podría descartarse, por ejemplo, a personas que no pasasen un sencillo test psicotécnico (para evitar a los psicópatas). Podría proponerse el descarte de personas muy famosas de la televisión (en el remoto caso de que saliesen en el sorteo) para evitar que puedan influir sobre los demás (pero eso habría que valorarlo detenidamente porque tampoco veo tan terrible que durante dos semanas que dure el cargo puedan liarla un poco, tiendo en cuenta, además, que habría grupos de trabajo internos en la asamblea que serían los verdaderamente influyentes y que no todos los días le tocaría asistir al mismo grupo a una misma persona).
Pulpo, precisamente el objetivo de esta idea es poner coto a los partidos políticos. Se mire como se mire, ante unas cámaras que cambian de ciudadanos cada dos semanas y a las que los políticos directamente no tienen acceso, es muy dificil que los partidos puedan influir, máxime si se añaden sanciones y controles en esta dirección (como ocurre con los tribunales del jurado).
Lo mismo ocurre con los intereses de los mercados, que tanta influencia tienen sobre los políticos. Con este sistema su capacidad de influir se limita tremendamente (pues no existe ya toda la red clientelar e, incluso de vínculos familiares, que hay actualmente entre los políticos y las empresas).
Otra cosa muy distinta es la influencia de los medios de comunicación sobre el pueblo que saldría de esta lotería. Los medios sí influirían mucho. Esto se suavizaría un poco si lográsemos un sistema (sobre todo de televisión) más plural y democrático. Pero esta cuestión es dificil de arbitrar y merece un debate a parte. Otra cuestión que también merece reflexión y que excede de los propósitos de este debate es la de la necesaria democratización de los mercados.
Estoy de acuerdo en lo que señalas de que son los que tienen el poder los que tendrían que modificar, por ejemplo, la ley electoral y lamentablemente, no parece probable que lo hagan. Pero bueno, todos los cambios políticos empiezan porque hay gente que reflexiona y protesta, y contra todo pronóstico, consigue cambiar algo.