A mí, Corrientes I es la asignatura que más esfuerzos me ha costado de todo el Grado, con diferencia. No tanto por el modo de calificar de la profesora (el curso pasado, el 2018/2019 aprobaron, según las estadísticas oficiales el 94.85% de los matriculados), sino por todo lo demás. Y todo lo demás es:
-La asignatura se llama Corrientes Actuales de la Filosofía, pero, en realidad, no sigue el espíritu de las Historias de la Filosofía de los tres primeros cursos del Grado, donde el alumno se asoma a una síntesis de los distintos tiempos históricos-filosóficos y a una explicación general de los sistemas de los autores, en sus aspectos fundamentales. Y es que en esta asignatura no se estudia tanto Historia de la Filosofía como Fenomenología. Todo el acento de la materia está puesto en examinar, con un detenimiento que a mí me parece excesivo, los conceptos fundamentales de la Fenomenología. Y poco más.
-El manual, entonces, es un detalladísimo (más de 800 páginas) informe de cómo los autores tratados abordaron dichos conceptos. En cada filósofo, la profesora va comentando, obra a obra, cómo los autores conciben, reforman y estructuran su pensamiento fenomenológico, obviando en su mayor parte la consideración sobre el resto de su pensamiento.
-Por otra parte, el manual tiene una bajísima intención pedagógica. Llama la atención de que, en 800 páginas, apenas hay ejemplos, y las explicaciones están tan ajustadas al texto original de los autores que no ayudan al entendimiento. Las reiteraciones son continuas, porque el procedimiento no es la síntesis sino el comentario por extenso de los textos originales. No tiene, entonces, vocación de manual, sino que parece un esfuerzo (titánico, eso sí) por registrar exhaustivamente la parte fenomenológica de los autores con una finalidad que no parece docente.
-El estilo del manual es bastante monótono. Esto es una apreciación personal mía y, si bien, cierta agilidad estilística es más que recomendable para todo texto que haya de ser explicativo, entiendo que no todos los profesores tienen por fuerza talento literario. Pero en una asignatura en la que se estudian dos (¡dos!) premios Nobel de Literatura (Bergson y Sartre), llama la atención la monotonía del manual.
Si yo tuviera que cursarla de nuevo, lo tengo claro: me estudiaría Bergson y Husserl del manual (ahí se ponen las bases de la fenomenología, y son los autores pioneros de la fenomenología) y para el resto acudiría a otras fuentes. Claro, al acudir a otras fuentes (hay un hilo de 2016 o 2015 de Conrado en el que detallaba las fuentes concretas para cada autor), uno corre el riesgo de eludir la dimensión fenomenológica del resto de autores (que es lo que a la profesora más le interesa y pregunta), pero es que la alternativa del manual termina resultando bastante frustrante.